La salida abrupta de Estados Unidos de Siria sería una bendición para Irán e ISIS

En un artículo reciente en Foreign Policy (FP), la prestigiosa publicación estadounidense, informó que Estados Unidos está planeando seriamente poner fin a su presencia militar en Siria. Citando fuentes de alto nivel dentro de los Departamentos de Estado y de Defensa, FP escribió que la Casa Blanca “ya no está interesada en sostener una misión que percibe como innecesaria”, y se están llevando a cabo discusiones internas para determinar la logística y el momento de la retirada. Actualmente, Estados Unidos tiene aproximadamente 900 tropas en el noreste y sureste de Siria, en una misión aparentemente destinada a prevenir el resurgimiento del Estado Islámico (ISIS). La mayoría de las fuerzas estadounidenses están ubicadas en las áreas controladas por su principal aliado, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en el noreste sirio, como en las provincias de Hasakah y Raqqa. Además, desde 2016, Estados Unidos también controla la base de al-Tanf, en una zona remota de Siria, cerca de donde se unen las fronteras de Siria, Jordania e Irak. La presencia estadounidense en la base fue acordada con Rusia y forma parte de una “zona de desconflicto” de 55 kilómetros , que patrullan las fuerzas estadounidenses y aliadas. Desde entonces, Rusia ha pedido a Estados Unidos que se retire de Al-Tanf.

Desde hace bastante tiempo se viene argumentando que la fatiga bélica del pueblo estadounidense está aumentando y que hay mucha presión sobre la administración Biden para que se retire de Siria. Además, Irán está tratando de ampliar el conflicto actual entre Israel y Hamás en Gaza, atacando los intereses estadounidenses en la región. Las tropas y bases estadounidenses en Siria se han convertido en un objetivo conveniente para las milicias pro-Irán, y el espectro de una guerra más amplia entre Estados Unidos e Irán hace que su presencia sea aún más riesgosa. Sin embargo, las autoridades estadounidenses deberían sopesar cuidadosamente todos los posibles resultados de la retirada de las tropas de Siria. Los beneficiarios más obvios de una retirada total serán Irán e ISIS. Irán se ha involucrado en el conflicto sirio al presentarse a sí mismo, y a su llamado “Eje de Resistencia”, como un garante de seguridad adicional y principal respaldo del régimen sirio. Los posibles escenarios de lo que podría seguir a una retirada estadounidense presentan una plétora de oportunidades para que Irán expanda su influencia no sólo en Siria sino también en la región. La apresurada retirada de Estados Unidos seguida del rápido colapso del gobierno pro occidental de Afganistán sumió al país en un caos total. Del mismo modo, una salida abrupta de Estados Unidos de Siria ciertamente creará una especie de caos, especialmente en el noreste sirio.

ISIS será un beneficiario neto del caos en el noreste del país. Como indica la historia reciente de este grupo, cada vez que sobreviene el caos, ISIS se aprovecha de él. Cabe recordar que las FDS siguen deteniendo a miles de miembros del grupo terrorista y a sus familias en campos de prisioneros. Y si las FDS están demasiado ocupadas luchando por su supervivencia después de la salida de Estados Unidos, entonces será una oportunidad de oro para que ISIS ataque estos campos de prisioneros y libere a sus miembros más duros. Esto será un gran impulso para la insurgencia actual de ISIS en Siria y más allá, y puede presagiar el regreso dinámico del grupo. Incluso, a pesar de tener una fuerza muy pequeña de novecientos efectivos estadounidenses, Estados Unidos sigue desempeñando un papel fundamental en la lucha contra el terrorismo. La base aérea estadounidense de al-Tanf se utiliza principalmente, aunque no exclusivamente, para recopilar información de inteligencia y objetivos antiterroristas, así como para detener operaciones de contrabando de armas. Si se retira la presencia estadounidense en al-Tanf, la capacidad de Estados Unidos para llevar a cabo operaciones contra ISIS requeriría permiso de los gobiernos ruso y sirio, o pondría a Estados Unidos en riesgo por misiles tierra-aire o fuego terrestre del ejército sirio y posiblemente fuerzas rusas o iraníes. Con el tiempo, la salida militar de Estados Unidos crearía un vacío de seguridad en la frontera entre Siria e Irak, que muy probablemente será llenado por milicias respaldadas por Irán o ISIS.

El aliado más leal de Washington en Siria son las FDS. Sus intereses compartidos incluyen la eliminación completa de ISIS, hacer que Medio Oriente sea seguro para la democracia, promover el empoderamiento de las mujeres y asegurar los yacimientos de petróleo y gas. Las FDS están lejos de ser perfectas, pero están luchando por construir una sociedad multiétnica, secular y democrática en el área que controlan, oficialmente llamada Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES). Washington tiene un papel vital que desempeñar para garantizar que el experimento democrático de las FDS en la AANES sobreviva y tenga éxito. Y para que pueda utilizarse como punto de referencia para el éxito de la democracia en el inestable y caótico Medio Oriente. La salida de Estados Unidos será vista como un abandono de sus antiguos socios kurdos; será un duro golpe para la misión antiterrorista y causará un daño permanente a la credibilidad de Estados Unidos. También transmitirá una imagen negativa de Estados Unidos a sus aliados clave en la región y, gradualmente, incluso sus socios más cercanos se verán obligados a pensar que no se puede confiar en los estadounidenses como aliados a largo plazo. Lo mejor para las autoridades estadounidenses será mantener, al menos, una pequeña fuerza en Siria, lo que permitirá una modesta recopilación de información de inteligencia y podría servir como punto de apoyo si el liderazgo estadounidense decide enviar tropas de regreso a Siria.

FUENTE: Manish Rai / North Press Agency / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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