Las Unidades de Defensa de las Mujeres (YPJ) Internacional remarcaron que su lucha por la liberación de los oprimidos y las oprimidas continuará.
En una declaración escrita difundida por su oficina de prensa, indicaron que muchas luchadoras de las YPJ Internacional participaron en la ofensiva Tormenta de Cizîre para liberar Siria del Estado Islámico (ISIS). “Participamos en la liberación y evacuación de decenas de miles de civiles y en la rendición controlada de los combatientes de ISIS y sus familias, así como en las últimas batallas para acabar con el califato fascista”, expresaron.
Desde las YPJ Internacional, señalaron que “como mujeres que forman parte de una unidad de autodefensa, la lucha reciente “fortaleció nuestra conciencia sobre las razones y los motivos por los que vinimos y dejamos nuestros hogares todo este tiempo”.
“Al enfrentarnos directamente a la fealdad de la ideología patriarcal y anti-libertad de ISIS, al enfrentarnos a la fealdad de sus almas y mentes, escritas en sus rostros, vemos aún más la belleza de los valores, la belleza de la lucha por un mundo libre y una vida libre para todas, escrita en los rostros de las YPJ, las YPG y las FDS”, aseveraron en el comunicado.
Desde la organización explicaron que las mujeres de ISIS también llegaron a Siria de diferentes partes del mundo, pero que arribaron para “apoyar un sistema de opresión y odio”. “Mujeres que viven una vida como esclavas y objetos sexuales de los hombres”, remarcaron. Además, aclararon que “no tenemos nada en común excepto que no hemos crecido aquí”.
“Estamos luchando para liberarnos a nosotras y a todos los oprimidos. Esto significa luchar contra el enemigo que nos rodea, así como el enemigo dentro de nosotras mismas”, manifestaron en la declaración.
Las YPJ Internacionales reconocieron que muchas mujeres que integran esa fuerza de autodefensa, estaban “llenas de enfoques patriarcales hacia nosotras mismas y entre nosotras, lo que nos frena, nos hace pequeñas y nos quita la creencia y el amor en nuestro género”. “Queremos convertirnos en mujeres libres –afirmaron-. Para eso estamos aquí y por eso es una pregunta importante para nosotras el cómo es posible que haya mujeres que quieran exactamente convertirse en lo contrario. ¿Cómo puede una mujer sentir su propia opresión, y la opresión y la violencia contra otras mujeres como algo bueno?”.
Las milicianas de las YPJ, explicó la declaración, les preguntaron a las mujeres que vivían en el Califato cuáles eran sus motivos para defender ese sistema opresivo. “No pocas de ellas dijeron que antes no eran felices en sus vidas. No pudieron vivir su religión de la manera que querían. Entonces fueron a una comunidad, que está aceptando solo una forma de creencia –explicaron-. Dijeron que ya no querían que los hombres las vieran de forma sexista, que tenían experiencias realmente malas con esto. Así que escaparon de una vida donde solo eran objetos invisibles y sirvientas para los hombres”.
“Dijeron que estaban tristes por el enfoque materialista de la vida que la gente de los países occidentales está siguiendo –agregaron en el comunicado-. Para ello se unieron a una cultura que está celebrando la muerte más que la vida. Dijeron que se sentían solas y deprimidas al ser individualizadas en el sistema capitalista y decidieron formar parte de un grupo que está totalmente cerrado de los demás. Vinieron solo por ellas mismas y no por alguien más”.
Para las YPJ Internacional, las explicaciones de estas mujeres son “grandes contradicciones”, al mismo tiempo que muchas reconocieron “que realmente no encontraron lo que buscaban”. “Ellas son movidas por el odio. Eligieron una vida que se construyó matando, torturando y esclavizando a mujeres y niños, haciendo de las mujeres nada más que un objeto, despersonalizándolas de todo –continuó la declaración-. Dentro de esto no vemos ningún contraste o lo opuesto a la vida en el patriarcado capitalista, sino incluso un paso más profundo pero de una peor forma”.
La opción de las mujeres de integrar el Estado Islámico “no es una alternativa radical, porque no está resolviendo ningún problema de la humanidad. No es una alternativa en absoluto, sino simplemente otra esquina de la misma jaula: fascismo, patriarcado y mentalidad de Estado”, destacaron desde las YPJ Internacional.
Las milicianas internacionalistas apuntaron que se sumaron a la lucha en Rojava (norte de Siria) ante la crisis que vive la humanidad. “Al darnos cuenta de la historia del patriarcado de 5000 años (de antigüedad) y sus consecuencias para cada persona. Percibiendo que todas las personas tienen que salir de esta manera y liberarse, o continuaremos destruyendo los fundamentos de la vida hasta que sea demasiado tarde para cambiar algo”, reflexionaron.
A su vez, analizaron que en el mundo existe “una profunda creencia en la capacidad de la humanidad para vivir en paz y en diversidad con los demás. Esta creencia se nutre al conocer el 99 por ciento de la historia de la humanidad, lo que existía antes del patriarcado”.
“Nos mueve el amor. Luchamos por una comunidad que permita que todas las identidades se desarrollen y crezcan de manera libre, mientras vivimos en verdadera solidaridad. Ofrecemos nuestras manos de ayuda para que también los hombres comiencen a cambiar para construir una sociedad igualitaria. Estamos siguiendo el camino para crear una mentalidad de acuerdo con la valía de la vida, no de la muerte. Ninguna de nosotras vino por sí misma, sino por todos los demás”, expresaron.
En el comunicado, recordaron que las integrantes de las YPJ Internacional “vimos el genocidio y el feminicidio en Shengal contra las mujeres y niñas yazidí, y no cerramos los ojos y los corazones hacia su esclavitud por parte de ISIS. Cada aliento de ISIS contra las mujeres y la humanidad estaba haciendo crecer una tormenta a nuestras espaldas, impulsándonos a seguir nuestro reflejo humano de autodefensa”.
Al referirse nuevamente a la problemática actual de las mujeres de ISIS, reconocieron que muchas de ellas torturaron a otras mujeres y “cerraron los ojos a todo lo que les rodea”. También señalaron que las mujeres de ISIS “se quedaban dentro de las casas que fueron robadas de otros. Sabemos de estas mujeres que enviaron a sus hijos pequeños a aprender cómo cortar cabezas practicando con pollos. Sabemos de ellas, que casaron a sus hijas tan jóvenes con los viejos. Las conocemos, solo querían hacerse ricas a través de un hombre, aceptándolo todo, incluso ser objeto sexual”.
“Sabemos todo esto y sabemos que no tenemos nada en común con ellas, excepto que no hemos crecido aquí –expresaron las YPJ Internacional-. Repetimos esto, porque al venir de sociedades similares y usar palabras similares, el significado de estas palabras es tan diferente como puede ser. Cuando decimos que no estamos contentas con el patriarcado capitalista, nos referimos a la necesidad de superar este sistema y reconstruir la conexión entre el individuo y la comunidad. Cuando estas mujeres dicen que están tristes en este sistema, pretenden crear una única forma de vida, que se distingue por la opresión. Pretenden destruir las raíces de la libertad matando las huellas más pequeñas de una mente libre”.
En el comunicado, las internacionalistas analizaron que “en el patriarcado capitalista, estas mujeres aprendieron a odiarse como mujeres, a odiar su propio género y siguieron esta idea. Intentamos exactamente no actuar como esta herramienta fuerte del patriarcado. La mayor prueba de esto, tal vez se muestre en nuestra práctica: cuando estas mujeres, después de todo lo que hicieron, salieron de Baghouz, las tratamos bien y no pensamos en la venganza. Nuestro éxito no se trata del número de muertos, sino de cuántas vidas se salvaron”.
“Estas mujeres son expresión de opresión, mientras que nosotras, como parte de las YPJ, somos expresión de resistencia. Mientras estas mujeres subyugaron bajo la mentalidad patriarcal de los hombres en sus formas más pervertidas, vinimos a luchar contra esta mentalidad y a dar nuestro deber de construir una vida libre. La vida verdaderamente libre significa diversidad. Esto significa que habrá muchas soluciones para muchas personas diferentes. Significa que el derecho a expresarse libremente estará protegido para cada identidad. Significa que la humanidad vuelve a ser una, entre sí y hacia la naturaleza”.
“La colorida diversidad es lo que nos trajo aquí, no la uniformidad negra. Y al final, encontramos lo que buscábamos”, resumieron en la declaración.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina