Casa de Suministros, o “Vina Jin”, se considera uno de los proyectos económicos más importantes que ayuda a las mujeres, en particular en el trabajo, en la ciudad de Kobane, en el norte de Siria.
El proyecto brinda oportunidades de trabajo a varias mujeres que no tienen títulos universitarios, o a aquellas que no saben leer ni escribir. También ayuda a las empleadas que trabajan en las instituciones y organizaciones a asegurar los suministros para el hogar, con la calidad y el precio adecuados.
Jamila Fares, una mujer de 38 años que es supervisora del proyecto, dijo a North Press Agency que la preparación de la Casa de Suministros comenzó a principios de este mes y durará seis meses. En el lugar, se preparan suministros para el hogar, como verduras secas, mermeladas, puré de tomate, pasta de pimiento, hojas de uva y mahashi (berenjenas y calabacines rellenos de arroz y carne), dependiendo de la disponibilidad de estos productos en el mercado o de acuerdo con su temporada de cosecha.
“Vina Jin” fue iniciada por el Comité de Mujeres en la Administración Autónoma en Kobane hace tres años, y luego fue completada por el Comité de Mujeres de Kobane en 2019. El proyecto funciona con un capital de tres millones de libras sirias (casi 6.000 dólares).
Jamila Fares agregó que el objetivo es empoderar y apoyar económicamente a algunas mujeres, señalando que ahora diez mujeres se benefician directamente del proyecto. La mayoría de ellas son mayores y pobres que necesitan trabajo, y ahora ganan entre 35.000 y 45.000 libras siria por mes (entre 60 y 75 dólares).
Fares explicó que el Comité de Mujeres coordina con uno de los comerciantes de verduras en el bazar de la ciudad para obtener los mejores tipos de alimentos diariamente.
Las mujeres trabajan siete horas al día en la fábrica, que se encuentra en el sur de la ciudad, de 8 a 3 de la tarde, con un descanso.
“Estamos trabajando en este proyecto ya que ahora estamos haciendo mahashi. Durante la temporada de tomate, hacemos puré de tomate, también hojas de uva, mermeladas, makdous (berenjenas rellenas de nuez y pasta de pimienta bañadas con aceite de oliva), especias, pasta de pimiento, malva silvestre y todas las verduras secas, y ganamos un buen salario por seis meses mientras ayudamos a nuestras familias”, dijo Fatima Ahmad Sheikh, de 50 años y una de las beneficiarias del proyecto.
Fátima agregó que su trabajo no es tan agotador. Como no puede leer ni escribir, el trabajo es apropiado para ella. También hay una especie de comodidad al trabajar en la fábrica, donde las mujeres se sienten en familia y comparten el trabajo por igual.
Los productos de la Casa de Suministros se venden directamente a los clientes en una tienda especial ubicada en la calle Al Tilal, en el centro de la ciudad, a precios bajos, para que las trabajadoras obtengan beneficios, así como las mujeres que no pueden preparar los suministros para el hogar debido a sus trabajos y empleo. De modo que tanto las trabajadoras como las empleadas en otros trabajos pueden beneficiarse al mismo tiempo. A su vez, Halima Darwish, que tiene 55 años, vende los productos a los clientes en la tienda de la calle Al Tilal. “En la fábrica preparan los suministros para llevarlos a la tienda. Los pongo en bolsas y los vendo a las personas según las cantidades que piden”, dice Halima.
Darwish confirma que los locales, especialmente las mujeres, compran la mayoría de sus productos en su tienda debido a la buena calidad, ya que son mejores que los productos de fábricas. Además, la mayoría de las mujeres de la ciudad trabajan, por lo que no tienen suficiente tiempo para preparar los suministros para sus casas, y los precios también son justos.
Laila Roumi, una mujer de 31 años que confía en “Vina Jin” para satisfacer sus necesidades, explica que, como todas las mujeres empleadas en Kobane, no tiene tiempo para preparar suministros para el hogar, por lo que depende de esta tienda. A esto agrega que casi todos los productos para el hogar están disponibles en la tienda.
Roumi señala que la calidad de los productos en la tienda es muy buena, porque está hecha por manos de mujeres, y no en fábricas. Su calidad se distingue por el cuidado de los productos por parte de las mujeres trabajadoras y la supervisión de su limpieza, y los precios son aceptables en comparación con los salarios de los trabajadores. Roumi también pide la preparación de queso y makdous, que actualmente no están disponibles. Estos tipos de suministros para el hogar son muy importantes.
Cabe mencionar que la proporción de mujeres trabajadoras en Kobane, como en otras ciudades del norte de Siria, es alta, especialmente en los últimos años debido a la migración de hombres jóvenes al extranjero.
FUENTE: North Press Agency / Co-operation in Mesopotamia / Edición: Kurdistán América Latina