La situación de las mujeres en Turquía es crítica. Solo en el mes de julio, se registraron 36 femicidios, a lo que se suma que otras 11 mujeres fueron encontradas muertas en circunstancias sospechosas. Estas cifras se desprenden del último informe presentado por la plataforma “Vamos a detener los femicidios” (Kadın Cinayetlerini Durduracağız, KCDP). Según la organización, el 92 por ciento de las mujeres fueron asesinadas el mes pasado por sus esposos, parejas, padres o hijos.
El informe de la KCDP se conoció cuando, en Turquía, crecen las protestas en rechazo a la violencia contra las mujeres y en demanda de que se respete la Convención de Estambul, un tratado rubricado por Ankara y que fue impulsado por el Consejo Europeo de 2011 para establecer normas para prevenir y combatir la violencia contra la mujer y en el hogar. Las agrupaciones de mujeres del país vienen alertando que el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan busca derogar esta convención, al mismo tiempo que impulsa política para cercenar los derechos de las mujeres.
Las manifestaciones de las mujeres aumentaron luego de la desaparición de Pinar Gultekin, de 27 años, en la provincia de Mugla. El cuerpo sin vida de la joven fue hallado en un bosque, dentro de un barril cubierto con hormigón, y la autopsia determinó que, antes de ser escondida allí, había sido estrangulada. Su ex pareja, Cemal Metin Avci, fue arrestado y acusado por el asesinato.
La agencia de noticias ANF informó que, en la investigación de KCDP, se remarcó que, en 18 de los casos, no se pudo establecer por qué las mujeres fueron asesinadas, a cinco mujeres las mataron por “razones financieras” y otras 13 porque reclamaban divorciarse o separarse de sus parejas.
El informe destacó que “no fue posible determinar si habían obtenido previamente una orden de protección de las autoridades de seguridad, como una prohibición de acercamiento o contacto, por ejemplo”. A esto, hay que sumar que solo en el 8 por ciento de los casos “se puede descartar definitivamente que las mujeres pudieron hacer uso de la Ley de Protección contra la Violencia”.
Desde la KCDP, expresaron que “el hecho de que no se puedan determinar los antecedentes en 18 casos de femicidio es consecuencia de la ocultación de la violencia contra las mujeres y el femicidio. Mientras no se descubra por qué y por quién son asesinadas, los perpetradores no son procesados y no hay sanciones disuasorias, no se implementan medidas de prevención, y el grado de violencia contra las mujeres seguirá creciendo”.
En el informe, también se detalló que, de los femicidios en el mes de julio, 24 mujeres fueron baleadas, cinco apuñaladas, tres estranguladas, una golpeada hasta la muerte y otra arrojada desde un edificio. Además, el 50 por ciento de las mujeres fueron asesinadas en sus propias casas.
Desde la KCDP, enfatizaron que aquellos que se sienten “perturbados” por la igualdad de género afirman que la Convención de Estambul pondría en peligro o destruiría las estructuras familiares tradicionales y la cohesión familiar. “A pesar de la sorprendente tasa de femicidios, el gobierno del AKP ha estado debatiendo durante algún tiempo si retirarse de la Convención, que tiene como objetivo frenar la violencia contra las mujeres, especialmente la violencia doméstica, y fortalecer la igualdad de género”, remarcó la plataforma en su informe.
Para la KCDP, “los círculos conservadores en Turquía incluso atribuyen el aumento de femicidios en el país a la Convención de Estambul, aunque 2011, el año en que se redactó la ley del Consejo de Europa, tiene una de las tasas de femicidios más bajas en Turquía”.
Por último, la plataforma constató que más de 3.000 mujeres y niñas fueron asesinadas desde 2010 en Turquía.
Ante la actual situación de riesgo que atraviesan las mujeres en Turquía, desde el Partido Democrático de los Pueblos (HDP, por sus siglas originales), criticaron duramente al gobierno, al cual acusaron de permitir los femicidios.
Ayşe Acar Başaran, portavoz del HDP, se refirió al tema hace más de una semana y alertó sobre el aumento de los casos de acoso sexual y violación en la región kurda de Turquía (sudeste del país). La dirigenta mencionó el intento de violación de una niña de 13 años en la ciudad de Şırnak y la violación de una adolescente de 17 años en la localidad de Batman. En ambos casos, reveló Başaran, los autores fueron suboficiales del ejército turco. “Se está haciendo evidente casi todos los días que este es un método de guerra especial de la coalición gobernante del AKP y el MHP”, denunció la también diputada de la formación encabezada por los kurdos.
La legisladora recordó que las fuerzas de seguridad turcas utilizan perros para torturar a las militantes, arrestan a mujeres mayores de edad y criminalizan a las agrupaciones que defienden los derechos de las mujeres. “Esto es una señal que nos dice que nos enfrentamos a todos los instrumentos de violencia cuando nos defendemos de los ataques contra las mujeres”, manifestó la diputada kurda.
“Por cada asesinato de una mujer, declaramos nuevamente que es el resultado de la política del AKP. Solo en junio, 27 mujeres fueron asesinadas, otras 23 mujeres murieron de manera sospechosa. Desde que el AKP llegó al poder, más de 3.000 mujeres han sido asesinadas. Esto es un femicidio”, advirtió Başaran.
La diputada también abordó el debate sobre la retirada de Turquía del Convenio de Estambul: “Todos los días, hay debates televisivos sobre este tema, pero las mujeres no tienen la oportunidad de hablar. Se pretende que la Convención de Estambul sea un acto de misericordia por parte del gobierno. Eso no es cierto. La Convención de Estambul es el resultado de una lucha liderada por miles de mujeres. No permitiremos que se nos quite este logro. No tenemos ninguna garantía del gobierno, la policía o el poder judicial, que, con su política de impunidad, alienta a los hombres violentos. Nuestra garantía son los derechos por los que hemos luchado y a los que nunca renunciaremos”.
Por su parte, a mediados de julio, la activista Esra Can declaró que “el número dramático de femicidios registrados en Turquía en 2019 es un número de tiempos de guerra” y agregó que el número de casos no reportados probablemente sea aún mayor.
Can denunció la complicidad de las fuerzas policiales con los femicidas y criticó a la justicia que niega “sanciones disuasorias para los perpetradores”. En otros países, indicó la activista, “los gobiernos han actuado durante mucho tiempo en vista de la dramática situación de las mujeres. No es así en Turquía, donde el objetivo es silenciar a las mujeres en todos los niveles. El gobierno cree seriamente que deberíamos aceptar ser explotadas, ignoradas y asesinadas. No nos quedaremos en silencio cuando se nos inflija violencia patriarcal. Continuaremos luchando, porque la lucha de liberación de las mujeres es nuestra única seguridad para sobrevivir”.
FUENTE: La tinta