Turquía trata de modificar la historia de un antiguo sitio religioso llamado Nebi Huri, a unas 35 millas (45 kilómetros) de la ciudad de Afrin, en Rojava, región ocupada por el ejército turco y sus mercenarios. Las fuerzas ocupantes están reemplazando las características kurdas actuales con estructuras de estilo otomano y destruyendo las características romanas antiguas del sitio.
Un paso más allá de simplemente reescribir la historia, Turquía parece estar tratando de rediseñar Nebi Huri para fabricar una historia predominantemente otomana.
El sitio arqueológico, que contiene un cementerio de la época romana, se remonta al año 300 d.C. El lugar tiene la influencia de la era romana, el período bizantino, la era del Imperio Otomano y, más recientemente, la influencia cultural kurda. Después de que el gobierno turco comenzó a ocupar la región predominantemente kurda a principios de 2018, los ocupantes cavaron en el sitio y lo revisaron en busca de artefactos que pudieran venderse en el mercado ilegal.
A mediados de 2020, luego de otras renovaciones en partes del sitio arqueológico de Nebi Huri, el Estado turco anunció “trabajos de renovación” en ese espacio.
El sitio incluye un cementerio piramidal de la época romana, que data de mediados del siglo III d.C. Por otro lado, el khan (posada del viajero) y la mezquita del lugar datan solo del año 1859, según una inscripción en la puerta de la mezquita. El khan y la mezquita se construyeron durante el período otomano. El sitio también está rodeado por un muro e incluye un pozo.
La comunidad kurda local había otorgado un profundo significado espiritual al templo de Nebi Huri. Según sus tradiciones, los residentes locales colocaban una piedra en una pared del sitio o ataban una tira de tela colorida a un árbol, para hacer una ofrenda. Esta práctica tenía un significado espiritual, porque era una forma de oración.
Ahora, estos árboles de oración han sido talados y el sitio ha sido destruido para futuros trabajos de excavación.
Los otomanos habían buscado cambiar la naturaleza de este sitio histórico, transformándolo de un cementerio romano en un centro islámico, y ahora el gobierno turco está haciendo lo mismo.
Nuevas imágenes publicadas en las redes sociales muestran que el sitio ha tenido una transformación. Las paredes blancas y lisas del sitio han sido removidas y ahora muestran la piedra gris. El colorido púlpito kurdo ha sido arrancado y reemplazado por un púlpito de madera simple con marcadores de diseño otomano.
El “trabajo de renovación” turco, realizado con excavadoras, no solo ha cambiado el sitio, sino que ha destruido sin ningún tipo de sentido las capas de tierra que lo rodean.
Un informe elaborado por la Dirección de Antigüedades de Afrin, en diciembre de 2020, concluyó lo siguiente: “La Dirección hizo una comparación entre los documentos visuales que recibió con fecha de (10/8/2018, 6/10/2018, 3/11/2018 , 15/11/2019 y 23/06/2020) que prueban que las autoridades turcas y sus milicias afiliadas (facción Suqur al-Shamal en particular) llevaron a cabo excavaciones destructivas y aleatorias con maquinaria pesada (bulldozers), que destruyeron las capas arqueológicas sin documentarlas, además de la destrucción de materiales arqueológicos frágiles como vidrio, cerámica, alfarería, mosaicos, etc.”.
Esta restructuración es un intento de alterar el registro histórico de la tierra que ocupan. No es suficiente que Turquía busque controlar el presente, también está intentando controlar el pasado.
FUENTE: Syrian Democratic Times / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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