Desde su creación, la prisión de la isla de İmralı ha tenido como objetivo desgastar gradualmente a los reclusos, tanto mental como físicamente, y las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y los informes del Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT) han confirmado que las condiciones de reclusión constituyen una tortura.
Así lo denunciaron los integrantes del bufete de abogados Asrın, que representa al líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, encarcelado en Turquía desde 1999.
Los letrados se opusieron el martes pasado que el líder kurdo sea objeto de debates especulativos de los políticos antes de las elecciones del 14 de mayo. A su vez, reiteraron la demanda del fin inmediato del aislamiento e incomunicación al que es sometido Öcalan, medida punitiva que ya dura 25 meses.
En una declaración escrita, los y las abogadas recordaron los debates preelectorales sobre una presunta reunión entre Öcalan y funcionarios del gobierno turco, que supuestamente era un intento del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de ganar el crucial voto kurdo.
Los y las abogadas subrayaron que las condiciones en la prisión de İmralı, que describen como un sistema de aislamiento, no pueden tratarse a la ligera, y recordaron que Öcalan y los otros tres presos recluidos en la isla militar llevan más de dos años en aislamiento absoluto.
Los abogados no han tenido ninguna información sobre las condiciones de detención o la salud de sus clientes desde el 25 de marzo de 2021.
Según la declaración, que proporciona información sobre las condiciones en la prisión de İmralı basada en el conocimiento de los abogados antes de esta fecha, Öcalan solo tuvo acceso a un único canal de radio durante los primeros 14 años de su detención. Hasta 2013 no se le concedió acceso a la televisión, que, por lo demás, está a disposición de todos los presos en Turquía. Sin embargo, según informa el Consejo de Vigilancia Penitenciaria de Turquía, la administración carcelaria restringió los canales de televisión y le entregaron la prensa diaria con 40 días de retraso.
Durante diez años y nueve meses, Öcalan fue el único detenido en la prisión insular. Y después de 2009, cuando otros detenidos fueron enviados a İmralı, solo se le permitió reunirse con ellos durante seis horas a la semana, según informes del CPT de 2016 y 2019.
El copresidente del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Pervin Buldan, que formó parte de la delegación que mantuvo conversaciones con Öcalan como parte del proceso de paz de 2013, habló a la revista Tükenmez Kalem sobre las condiciones de detención de Öcalan en la prisión de İmralı en 2014.
Buldan y el ahora encarcelado ex copresidente del HDP, Selahattin Demirtaş, habían recibido permiso del Ministerio de Justicia para visitar la celda de aislamiento de Öcalan, donde había pasado 15 años.
“Tiene 12 metros cuadrados, sólo hay un escalón entre la cama y el escritorio de enfrente, y el retrete está dentro de la celda”, había dicho Budan. “Es un retrete diminuto. Al lado hay una tetera, con la que se prepara el té. Las paredes están llenas de fotos. Fotos de cárceles enviadas por compañeras… Fotos de Mardin (Mêrdîn), fotos del lago Van (Wan), de la isla de Akdamar (Akhtamar), fotos de sus amigos mártires, Zilan, Mahsum Korkmaz, y tarjetas de otras cárceles… Fotos de rosas en tarjetas… Fotos de su propia familia. La foto de su tío de un recorte de periódico que pegó en la pared. Una foto de su madre de un periódico. Sus libros sobre la mesa…”.
Buldan había declarado que salieron de la celda llorando y dijeron que esas condiciones de vida no eran política ni moralmente aceptables.
FUENTE: Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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