El domingo 15 de abril, en la 29ª Cumbre de la Liga Árabe, varios ministros árabes de Asuntos Exteriores se reunieron en Dhahran, Arabia Saudí, para condenar la influencia de Turquía e Irán en la región. Asharq Al-Awsat, que recibió una copia de los proyectos de resolución, señaló que la Liga Árabe rechazaba las reivindicaciones de Turquía sobre el cantón de Afrin en Siria y exigía su retirada inmediata de los territorios iraquíes.
La Liga Árabe se reunió por primera vez desde que Egipto, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein aislaran a Qatar mediante un bloqueo bajo la acusación de que apoya al terrorismo en la región. Entre otros temas discutidos en la cumbre se trató el apoyo continuado al yemení Abd Rabbo Mansour Hadi, su reivindicación de apoyo a la lucha palestina por la autodeterminación y, por último, la condena del ataque de Assad a los territorios anteriormente controlados por los rebeldes de Ghouta Oriental.
El martes posterior, Turquía respondió a estas declaraciones argumentando que estaba tratando de garantizar la seguridad nacional de sus fronteras. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hami Aksoy, también indicó que la Liga Árabe ignoraba los esfuerzos de Turquía por apoyar un proceso político en Siria.
“Es una desgracia inmerecida para Turquía que la Liga Árabe haya hecho caso omiso de las contribuciones del país, que ha asumido una grave responsabilidad relacionada con el alojamiento de millones de refugiados, el progreso del proceso político y la reducción de la violencia y del derramamiento de sangre y lágrimas desde el comienzo de la crisis siria”, dijo Aksoy.
Según las estimaciones más conservadoras, cientos de civiles fueron asesinados por las Fuerzas Armadas de Turquía y sus fuerzas afiliadas del FSA (Ejército Libre Sirio) durante la denominada Operación Rama de Olivo. Se calcula que 137.000 personas fueron desplazadas de Afrin, según las Naciones Unidas. Las milicias del FSA aliadas de Turquía también han sido acusadas de saqueo, secuestro de mujeres, destrucción del patrimonio cultural y conversión forzosa de yezidíes.
“Las fuerzas turcas y los grupos armados antigubernamentales deben poner fin al saqueo y destrucción desenfrenados de la propiedad civil que está teniendo lugar en Afrin, y los soldados del gobierno deben dejar de bloquear a los que intentan huir”, reclamó Human Rights Watch en una declaración reciente.
Arabia Saudí, anfitriona de la Cumbre del Liga Árabe, y los Emiratos Árabes Unidos han sido acusados de inflamar lo que la ONU ha llamado la peor crisis humanitaria del mundo en Yemen.
FUENTE: The Region / Traducido por Rojava Azadi