Como la batalla de Aleppo está llegando a un final, todos los ojos están puestos en Siria. Pero los poderes internacionales y regionales que han permitido que este conflicto se alargue tantísimo deberían prestar mucha más atención a lo que está sucediendo al otro lado de la frontera del norte de Siria. Porque Turquía, un aliado clave de Occidente, está cayendo más y más en el caos.
De la paz a la guerra en Turquía.
“The Canary” ha cubierto el deterioro de la situación en Turquía desde 2015. Desde las elecciones hasta las severas medidas entorno a la libertad de prensa. Desde los arrestos de los oficiales electos a los actos de terror. Y desde los golpes de Estado hasta los magnicidios.
Pero todo esto empezó con el partido gobernante en Turquía, el AKP.
En 2012, el AKP empezó a tener conversaciones de paz con el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) después de décadas de guerra. Pero se mostró un compromiso muy pequeño y se realizaron pasos insuficientes para asegurar la paz. Esto también buscaba bloquear la influencia del PKK -inspirada en el experimento democrático que está teniendo lugar en el norte de Siria (Rojava). Y esta dura postura, unida al presunto y percibido apoyo de Ankara a los ataques de Daesh (Isis/Isil) en Rojava, añadió tensión al proceso de paz. El PKK acentúo su compromiso por la paz, por ejemplo, pero criticó a Ankara por estar más predispuesta a negociar con Daesh que con los kurdos.
La percibida inactividad del AKP (o incluso complicidad) en los ataques a los kurdos y a otros activistas de izquierdas hicieron que la oposición, el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) ganara votos en las elecciones de junio de 2015. Todo esto entró en un espiral de descontrol después de la masacre de Daesh en Suruç el 20 de julio. Muchos kurdos en Turquía sintieron que ya no podían confiar en el Estado para que los protegiese. Y se organizaron para defenderse ellos mismos. En respuesta, Ankara lanzó un serie de duras medidas contra el “terrorismo”, con las cuales entre 800 y 1000 de las personas arrestadas durante la primera semana fueron “presuntos miembros del PKK” (personas sin ninguna vinculación con los eventos de Suruç). El proceso de paz había terminado.
Ahora el régimen ha lanzado una guerra contra sus oponentes políticos. Y las comunidades kurdas se ha vuelto, una vez más, enemigas del Estado. La campaña militar contra las grandes áreas kurdas como Nusaybin y Cizre se ha llevado las vidas de cientos de civiles. Y han ignorado el hecho de que muchos kurdos (e incluso el PKK) quieren la paz.
Toda guerra es terrorismo.
En pocas palabras, el segundo mayor ejército de la OTAN está en guerra con un grupo de minoría étnica sin el apoyo abierto de ninguna potencia internacional. Un desequilibrado conflicto si alguna vez hubo alguno. El AKP llama a los soldados turcos muertos “mártires”, y a los muertos kurdos “terroristas”. Y los aliados occidentales de Turquía apoyan esta valoración. Incluso a pesar de que el PKK y sus aliados son las fuerzas más efectivas en la lucha contra Daesh sobre el territorio tanto de Iraq como de Siria. La frase “el terrorista de un hombre es el luchador por la libertad de otro” rara vez ha sido más apropiada.
Ciertamente, después de 1933, Adolf Hitler usó la retórica de luchar contra el “terrorismo” para consolidar su propio poder. Y en Turquía, el AKP ha hecho fundamentalmente lo mismo. Ha empezado una guerra y llama a todo el mundo que se resiste, terrorista. Es su manera o nada.
Incluso con los más controvertidos oponentes del AKP, el contexto es importante. Los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), por ejemplo, han lanzado una serie de ataques a objetivos militares y policiales en el pasado año; matando a civiles en el proceso. El último ataque tuvo lugar el 10 de diciembre. Y el AKP ha usado estos actos para congregar a la gente tras la guerra anti-kurda; incluso aunque el TAK no es lo mismo que el PKK (quienes condenan todos los ataques a civiles).
En tiempo de guerra, la horrible realidad es que los civiles se encuentran atrapados en el medio. Y pocos combatientes salen del conflicto con las manos limpias. De hecho, si las muertes de civiles siempre significan terrorismo, entonces el bombardeo de Occidente a 200.000 personas en Hiroshima y Nagasaki en 1945 contaría, probablemente, como uno de los mayores ataques terroristas de la historia.
Asimismo, el TAK definitivamente tiene sangre inocente en sus manos. Pero es precisamente las manos manchadas de sangre del régimen del AKP las que los guiaron a actuar en primer lugar. Insistió tras el ataque de diciembre, por ejemplo, que: “cuando la República de Turquía-el fascismo del AKP continúa torturando a nuestras madres y maltratando los cadáveres de nuestras mujeres jóvenes y cuando los niños continuar siendo masacrados , la gente no debería esperar que la vida sea normal en Turquía…el fascismo del AKP es el único responsable de este caos…”
Más represión no traerá la paz.
La realidad en Turquía hoy en día es que no hay casi rutas democráticas para que la gente se oponga a la guerra del AKP. El régimen las ha eliminado, fundamentalmente. Las autoridades apagan las protestas; cierran medios de comunicación; y arrestan a los miembros del parlamento y periodistas que están a favor de la paz a los que Amnistía Internacional ha llamado “falsos cargos del terrorismo”. Este proceso se intensificó en noviembre con el arresto de los co-líderes del HDP, Figen Yüksekdağ y Selahattin Demirtaş.
Demirtaş se encuentra , actualmente, en una prisión de máxima seguridad junto a convictos de al-Qaeda y otros peligrosos criminales. Las autoridades han, incluso, detenido a sus abogados. Pero a pesar de esto, y a un reciente espasmo cardiaco, él continúa condenando “en términos absolutos” el ataque del TAK del 10 de diciembre. “Sin embargo, dificulta nuestras circunstancias,” dijo, “no deberíamos abandonar nuestra petición de paz, no deberíamos perder nuestras esperanzas.” El AKP, mientras tanto, ha empezado otra oleada de arrestos contra los miembros de HDP.
La última conferencia europea de la Comisión Civil de Turquía (EUTCC) -diseñada para “supervisar la adhesión de Turquía a la Unión Europea, promover el respeto de los derechos humanos y una solución pacífica, democrática y duradera a la situación kurda”- tuvo lugar entre el 7-8 de diciembre. Hizo un llamamiento por la vuelta a las conversaciones de paz y la puesta en libertad de todos los presos políticos. Y dijo que Europa debería tratar al PKK no como terroristas sino como un partido en la guerra de Turquía.
Porqué Occidente debería preocuparse por una mayor escalada.
Hay una serie de razones por las cuales Occidente debería estar cada vez más preocupado sobre la guerra cada vez más intensa de Turquía. Por ejemplo:
- En décadas de guerra, Turquía no venció al PKK. Y el PKK no venció al régimen turco. No es un combate ganable. Por lo que el conflicto sobre traerá más muerte, destrucción y dictadura. No paz y democracia. E incluso menos estabilidad en Medio Oriente, que es lo que menos necesita el mundo ahora mismo.
- Turquía se está interponiendo en el camino de progreso en la lucha contra Daesh tanto en Iraq como en Siria.
- ¿Necesita Occidente realmente otro aliado dictatorial que lo haga quedar mal? Ningún país puede llamarse realmente democrático si encarcela a los representantes electos sin una razón justificable. Y Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha criticado también las “tendencias cada vez más autoritarias” de Turquía y el número de periodistas actualmente encarcelados. Su secretario general Christophe Deloire, mientras tanto, ha dicho que “una caza de brujas ha…convertido a Turquía en la mayor prisión del mundo para la profesión mediática…[y] ha machacado todo el pluralismo mediático”.
Todo apunta a que una solución política pacífica en la única manera de detener el actual descenso de Turquía hacia el caos. Y esto significa respetar la libertad de expresión; escuchar las voces de los ciudadanos no arrestando a sus representantes electos; y resucitando las conversaciones de paz con el PKK. La estabilidad de Oriente Medio y el éxito en la lucha contra Daesh dependen de ello.
Fuente: Kurdish Question
Autor: Ed Sykes (The Canary)
Fecha de publicación: 23 de diciembre de 2016.
Traducido por Rojava Azadi.