Alina Sánchez, Lêgerîn Çiya, sobre la Revolución de Rojava (1)
Introducción editorial
Tras escuchar una charla en el auditorio de la Universidad de Nariño, Alina se acercó y nos dijo: “En la forma como habla y se expresa el ponente se nota que tiene un pueblo detrás”. Se refería a cuán evidente es en una persona, en sus palabras, cuánto ha sentido, pensado o acompañado a un pueblo. Complementó luego diciendo: “Hay unos que hablan desde la cabeza, o la teoría, pero hay otros que llevan a un pueblo en sus palabras”. Yo no sabía en ese momento que Alina Sánchez trabajaba como médica en la Revolución de Rojava desde 2011. Fue sólo después de su muerte, el 17 de marzo de 2018, cuando el grupo de amigos que hizo en Colombia conocimos más detalladamente su labor junto al Movimiento de Mujeres de Kurdistán.
Hasta ese momento, supimos que la llamaban Lêgerîn Çiya (Lêgerîn significando búsqueda). Este escrito es la transcripción editada de una charla que dio Alina Sánchez en la ciudad de Pasto, Colombia, el 21 de junio del 2017. Primero, un poco de contexto. La Universidad de Nariño organizó el Encuentro Internacional Minga para Paz, el Buen Vivir y la No Violencia, un evento dedicado a compartir experiencias de luchas en Kurdistán, Palestina y América Latina. La palabra Minga proviene del quechua mink’a, la cual significa reunión para trabajar en conjunto, para ayudarse comunalmente, en los Andes. Alina Sánchez y Erol Polat, miembro del Congreso Nacional del Kurdistán (KNK), fueron invitados para hablar de la lucha kurda en el Medio Oriente. Junto a Isabel Solís, activista e intelectual k’iche’, fuimos invitados para hablar de la lucha de las comunidades mayas de Guatemala. Conocimos a Alina practicando algunas frases en kurdo con Erol, en el lobby del hotel.
Para quienes no están familiarizados con qué es Rojava, una breve explicación. Después de las revoluciones de 2011 en Medio Oriente, llamadas en su conjunto Primavera Árabe, la región experimentó varias crisis estatales y el resurgimiento de movimientos históricos de resistencia. Uno de los más importantes fue la creación de gobiernos comunales kurdos, autónomos, en el noreste de Siria. Oficialmente, la región se denominó Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), aunque más comúnmente se le conoce como Rojava, palabra kurda que significa “poniente”. Entre 2012 y 2021, Rojava ha experimentado una novedosa revolución social, no basada en la construcción de un Estado, sino de comunas asociadas. Su mayor aporte reside en su énfasis en la lucha organizada de las mujeres, tanto dentro de las comunas como en el ejército de resistencia. La importancia de esta plática inédita de Alina Sánchez reside en la posibilidad de conocer su interpretación sobre la Revolución de Rojava.
En este escrito, Alina toca varios temas: la formación del Estado-nación, la historia de resistencia, las comunas de mujeres, la novedad de Rojava en el mundo de hoy. En medio de la pandemia mundial del 2020, encontré mis notas y grabaciones sobre las charlas en Pasto. Le escribí a la madre de Alina, Patricia Gregorini, enviándole el audio. Escuché una vez más la charla y pensé que sería importante tenerla escrita. Más allá de una contribución académica, Alina Sánchez muestra en sus palabras la lucha revolucionaria de las mujeres de Rojava y de otras latitudes.
Termino esta introducción editorial con algunos aspectos formales. Alina habla de manera rápida y espontánea. Alguna vez se me hizo que habla como un río entre rocas. De allí, tal vez, la frescura de su pensamiento vivo. En algunos momentos salta de una idea a otra, a veces sin concluir lo que planteó al inicio. A menudo, complementa alguna idea inconexa algunos párrafos después. Dividí en siete secciones su charla, escogiendo un título que me pareció acorde al conjunto de sus ideas. En ocasiones, agregué palabras o años entre corchetes [] con el fin de aclarar alguna frase. Para las siglas, utilicé paréntesis normales (). En varios momentos, Alina introduce reflexiones o aclaraciones dentro de una frase, a veces hasta tres veces dentro de un párrafo. Para separar la idea principal de su idea aclaratoria utilicé guiones mayores o rayas ––. Asimismo, usé letra cursiva para resaltar ideas centrales en cada argumento. Añadí también algunas pocas notas al pie de página para comentar o clarificar algún aspecto. Finalmente, agregué cuatro fotografías que tomé o nos tomamos durante o previo a la charla a la Minga de Pasto. Espero que las lectoras y lectores encuentren también en las palabras de Alina la alegría y fuerza que transmitía con su presencia.
De la Revolución en Rojava
Por Alina Sánchez
Universidad de Nariño, Colombia
21 de junio de 2017
1. El gran invento inglés: el Estado-nación
Primero quiero decir una cosa. Pensé que nosotros por primera vez veníamos a esta ciudad y a esta universidad. Es una linda sorpresa llegar a esta universidad y ver un gran homenaje (2) al Movimiento de Mujeres de Kurdistán, al Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK). Así que de alguna manera como que ya estuvimos aquí, ya estuvimos en la mirada de la gente (3). Les voy a contar un poco de la Revolución de Kurdistán, de todo el proceso, no quiero aburrirlos. A veces hay que irse un poquito a la historia porque la idea es contextualizar y entender de dónde salieron las cosas, y que no nos quedemos con la idea de que esta gran revolución salió de un [simple] repudio, como a veces se maneja un poco. La lucha, nuestra lucha, la lucha del pueblo kurdo, es una lucha en que ya llevamos cuarenta años.
El pueblo kurdo es un pueblo originario de la Mesopotamia. Decimos Mesopotamia, entre el [río] Tigris y el Éufrates, una región de la cuna de la civilización, la región de los grandes imperios, digamos. De alguna manera, dentro de los imperios, el pueblo kurdo y otros muchos pueblos, vivieron de manera [en] resistencia, en forma de periferia, el hecho de vivir como periferia de resistencia. Los imperios no lograron acabadamente de incorporarlos en sus estructuras, o sea que [los kurdos] pudieron conservar sus rasgos culturales, sus propias organizaciones sociales, su comunalidad. Después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), principalmente entre Francia e Inglaterra, se firman una serie de tratados y se divide el [territorio del] pueblo kurdo en cuatro partes: en Turquía, una parte que da con Turquía que es la más grande, que son 25 millones de personas.
Geográficamente, todo el sudeste de Turquía, el norte de Siria, el norte de Iraq y el oeste de Irán, digo, para ubicarnos más o menos geográficamente. En Turquía es la parte más grande. Del pueblo kurdo no existe un censo. De hecho, no todos los kurdos y las kurdas están reconocidos como tales, y como no hay una aceptación formal, tampoco es que podemos conocer, pero sentimos que son cuarenta millones de población kurda que existe y 25 [millones] están en la parte de Turquía, o sea, la parte más grande. Digamos, cuando se construye y llega a Oriente Medio el gran invento inglés de los estados-naciones, conociendo cómo son los estados-naciones, podemos interpretar que la identidad y la vida de los pueblos y dentro de estas, la vida del pueblo kurdo sufrió una política de asimilación muy fuerte.
Podemos decir que después del [19]23 es cuando Turquía surge como república y la kurdicidad quedó muerta. De hecho, cuando nuestros primeros compañeros empezaron a plantear el tema de la kurdicidad, los ancianitos de las aldeas decían: “Es como querer retoñar de un tronco podrido, [de] un pedazo de leña”. En ese estado estaba la kurdicidad, no podemos decir muerto, pero con unas políticas de asimilación muy fuertes, no solamente en el plano cultural, sino también en el político, también en el militar. El último gran levantamiento, [como] el compañero Erol [Polat] comentaba, el Levantamiento de Dersim (1937-1938), la última gran fortaleza de los pueblos de periferia en resistencia que solamente pudo ser derrotado de manera militar, bombardearon directamente la región.
Los movimientos estudiantiles del [19]68 eran muy fuertes dentro de la izquierda turca. [En el contexto de] los movimientos estudiantiles, los procesos de liberación nacional en diferentes partes del mundo, el Bloque Soviético que todavía estaba de pie, en esa coyuntura es que surge el Movimiento de Liberación de Kurdistán. Durante muchos años ni siquiera tuvo nombre, sobre todo en los años [19]70, el primer planteo era que Kurdistán era una colonia. Lo que se intentaba era una recuperación de la identidad como nación. No solamente el pueblo kurdo había sufrido estas prácticas de asimilación y de exterminio de genocidios en dimensiones gigantes sino también el pueblo sirio, el pueblo armenio y otros pueblos. La organización desde un primer momento tenía diferencias con la izquierda turca y siempre hubo muchos diálogos también.
2. Recuperar la historia de resistencia
Ahora nos preguntamos: el auge del pueblo kurdo, el gran surgimiento del pueblo kurdo, ¿era solamente por el componente kurdo? Claro que no, porque había muchas otras organizaciones kurdas nacionalistas. La diferencia es que cuando nosotros nos planteamos que Kurdistán era una colonia, de alguna manera vimos esta necesidad: recuperar la historia, de ir a una historia mucho más atrás de la historia de los eEstados-naciones. Hasta ahora la izquierda ––generalizando un poco–– lo que hacía era describir la historia de los pueblos, inclusive la historia de la opresión, dentro del marco del Estado. ¿Cómo íbamos a poder comprender la realidad, la vida de un pueblo y la historia de opresión de ese pueblo en un marco de menos de cien años?
Son pueblos milenarios, pueblos que quizás tienen hasta diez mil años, estamos hablando de una de las zonas donde surgen las civilizaciones. Entonces el movimiento empieza a recoger de la historia. Al recoger de la historia, ¿qué es lo que surge? Bueno, decimos: la historia relatada, de la historia que conocemos, la historia que maneja, que mueve el mundo también, que es una fuerza importante de cómo crear conocimiento a nivel de la mentalidad, es la historia de poder. En esa recuperación de la historia está la historia de la humanidad, la historia de los pueblos y hay un quiebre, hay un quiebre del que se abren dos ríos ––lo hago medio gráfico y así también tratamos de entenderlo nosotros.
Esta es la α)4 historia de la civilización central. Nosotros la llamamos de esa manera, que aquí se le podría decir patriarcado. A ver, tratemos de aproximarlos a la manera como nosotros la manejamos, [es decir] la historia del monopolio del poder y del comercio. La historia del poder, vaya. Y, por otro lado, está β) la historia de la resistencia, la historia de los pueblos, que nosotros la llamamos la historia de la civilización democrática. Esa también existe, claro, la que conocemos relatada es la historia de poder, pero decimos, bueno, ¿esas dos historias están separadas unas de otras? No. Las historias, digamos, la historia de la civilización central y la historia de la civilización democrática fueron enredándose unas en las otras.
Eso quiere decir que, en nuestras mismas sociedades colonizadas, capitalizadas, también está la historia de la resistencia, si no la sacamos de la historia de esos pueblos, no la vamos a sacar y vamos a perder nuestro fundamento histórico de miles de años de pueblos originarios de la región. Entonces, ¿qué necesidad surge en eso?, ¿qué es lo que plantea eso? En concreto es: nosotros tenemos que incorporarlos al estudio universal porque tenemos que crear la historia de los pueblos. Son miles de años en que los pueblos no han relatado sus historias, bueno, el pueblo kurdo como particular desde su localidad, tiene que incorporarse al estudio universal. Hay que hacer el relato de los pueblos y en su historia particular, en su territorialidad había que generar el surgimiento del pueblo kurdo, si no nunca se podrá incorporar a esa historia universal.
Cuando decimos hablar de la historia universal, ¿qué significa? [Significa] que la colonización del pueblo kurdo, la opresión que sufre el pueblo kurdo desde muchas líneas y factores diferentes, es [una lucha] contra un sistema. O sea, no solamente es el pueblo kurdo, sino que, al pueblo kurdo, las potencias ––digamos–– lo han tenido como objetivo menos que a otros (5). Nosotros comprendemos que la colonización del pueblo kurdo, la solución a la colonización del pueblo kurdo, significa enfrentarse contra todo un sistema, un sistema de dominio material, un sistema sobre todas las cosas de dominio ideológico, de mentalidad, de mentalidad masculina.
3. Las sociedades igualitarias
En esa recuperación de la historia––ahí voy a ser muy breve––lo que tratamos de hacer y que también tiene mucho que ver, es en ese momento del gran auge de la izquierda, del marxismo en diferentes colores.
Es decir, ¿qué pasaba con el marxismo también en ese momento, sobre todo con el Bloque Soviético? Por un lado, negaba la religión, un pueblo sumamente creyente y religioso. Por el otro, la estructura social de gran parte de Oriente Medio es una estructura de clanes y tribus. A ver, nosotros no podemos negar las estructuras, nosotros reivindicamos la etnicidad: les decimos etnicidades, clanes y tribus ––que yo no sé en español cómo se dice––. Esos clanes, esas etnicidades y esas tribus, ellos de alguna manera por sus rasgos conservadores hicieron resistir la cultura y esa forma de organización comunal y nunca pudieron ser incorporados por el Estado.
La particularidad de ellos [los pueblos organizados en clanes o etnicidades], es que no tenemos cómo y en qué pensar de cómo pueden vivir esas comunidades sin estados, cómo pueden salvarse, sanarse de un sistema capitalista, y un sistema macro-económico. Esas sociedades, a través de sus estructuras que fueron producto de la sociedad en miles de años, sí conservaron en forma de resistencia esa comunalidad. Entonces tenemos que recurrir a esa comunalidad. Por eso es que volvemos con tanto énfasis y siempre [para] nombrar [a] la sociedad neolítica. En la escuela lo vemos como la Revolución Agrícola, que para nosotros significa mucho más que eso. La sociedad neolítica es la parte más larga de la historia de la humanidad.
O sea, la comunidad, bueno, lo que decían la comunidad primitiva, nosotros le decimos la sociedad igualitaria. Eso tenía un componente que nos estaba dando una respuesta: es el lugar de la mujer en esa sociedad, la mujer como núcleo, como factor aglutinante de esa sociedad. Ese elemento, esas características, siguen presentes en las periferias, en las montañas, en los campesinos, en los agricultores, esos componentes siguen presentes. Entonces nosotros desde ese momento, digamos hay muchas cuestiones que la izquierda estaba planteando que quizás eran válidos, pero con esas sociedades que ya tienen incorporado su comunalidad de otra manera, era impenetrables (6). Digamos, la identidad.
Cuando nosotros hacemos una reivindicación de la kurdicidad, lo que se está planteando es directamente en contra de la estructura del Estado-nación, aunque lo hayamos sistematizado en nuestro paradigma. De alguna manera, los [19]70, los [19]80, no lo definían, [de que] estábamos en contra del Estado-nación. Pero en definitiva, sí lo estábamos porque estábamos en contra de un Estado monista, de una estructura, de una forma de organización social excluyente de los pueblos: un solo color, una sola lengua, una sola nacionalidad, una sola religión. Digamos, es un Estado monista, su estructura en sí es monista en cualquier lado. Vaya, para donde vamos a Argentina, Colombia, China, Japón, es lo mismo, [el Estado-nación o el Estado monista] es el problema que están sufriendo los pueblos.
Quizás un poquito más adelante, en los [19]90 donde ya hubo una práctica ––porque esto (7) es una característica del proceso que vive Kurdistán en estos cuarenta años. Muchas de las cosas que sistematizamos de nuestro pensamiento surgieron de la práctica, porque la ideología de Liberación de las Mujeres ––que si me da tiempo voy a contarla porque es la parte más central de todo esto–– surgió de la práctica de miles de nuestras compañeras en las montañas y del trabajo de las mujeres en la sociedad, después de que sistematizamos nuestra ideología de mujeres.
4. El Estado rompe los lazos comunitarios
Más sistematizadamente a fines de los [19]90, hicimos una crítica muy fuerte de lo que es la estructura del Estado-nación. Dijimos: “bueno, a ver, si uno mira simplemente cuál es la realidad de los pueblos, antes y después de eso, ¿por qué fue necesario para las potencias de Occidente llevar el modelo del Estado-nación [a territorios como Kurdistán]?”. La única forma de intentar penetrar en cada poder de la sociedad y romper la autogestión ––que siempre hasta el día de hoy sigue permanente en todos lados, de diferentes maneras–– es a través de una estructura que rompiera los lazos comunitarios que van negando su identidad, porque si existe identidad, existe resolución conjunta de las problemáticas cotidianas de la sociedad. Uno no necesita tener un himno, tener una bandera o tener un Estado que te resuelva, la gente ya lo resolvía.
Entonces, decimos que no, el Estado-nación es una fuente de problema, jamás puede ser una solución. Ahí podría haber llegado a ser como un abismo, teníamos que generar otro tipo de respuestas ya sin un Estado-nación que respetara las particularidades de esa localidad diferente, de esos territorios diferentes, que se caracterizan como en otros lados, como acá [en Colombia] ya veo, por diversidad. Hay miles de pueblos que están conviviendo y que [al] convivir históricamente la misma región, hay cantidades de religiones, de creencias milenarias: zaratustrismo, el mahdismo, el maneísmo, el mistraísmo. Cientos de creencias que convivieron en la región. Ahora, todas ellas, todas las identidades particulares de ciertos grupos se utilizan para dividir. Antes no fueron un elemento divisorio.
Cuando los pueblos [convivían con su diversidad], nunca hubo guerra de tanta intensidad como en esta guerra que estamos viviendo ahora. [En esta guerra, la diversidad] la están instrumentalizando de alguna manera, de producciones que crea la sociedad, de cierto tipo de creencias, ciertas respuestas, porque no todos los pueblos se agrupaban de acuerdo con una nación. Había sectores de la sociedad que se organizaban de acuerdo con una ética compartida, no solamente de nación o de una creencia. [Este es] uno de nuestros fundamentos ––muy resumidamente–– de cuál es nuestra posición frente al Estado-nación.
Frente a eso, está la problemática de la diversidad de construir en la diversidad y ahí es que desarrollamos el Confederalismo Democrático, que prefiero tocarlo corto para no hablar tanto yo, y yo les voy contando otras cosas más. Mañana tenemos [que] hablar de eso, de la lucha de las mujeres, pero como es muy cortito, prefiero hablar ahora. A mí cuando me dijeron (8), había dos temas diferentes: Kurdistán y la lucha de las mujeres. Me parecía como inconcebible porque hablar de la lucha de Kurdistán es hablar de las mujeres.
En este momento, ¿cuál es el rol que juegan las mujeres? Yo digo todos [los roles]. Además de todos los roles que jugamos nosotras, en este momento, la estructura organizativa que pudimos llevar dentro de nuestras filas de las militancias y en la sociedad, están siendo la garantía de que este proceso está transformando a la sociedad en su conjunto. Nosotros decimos: nuestra principal lucha es contra una mentalidad, la pelea más fuerte que tenemos es contra una mentalidad, somos mentalmente dependientes y principalmente las mujeres, mentalmente dependientes. Son miles de años [de crecer bajo formas de dependencia reflejadas en] las estructuras geográficas de las ciudades, de las casas, de la religión, de la ropa, de la lengua, de la forma de comer, todo ha sido de la manera en que la mujer siempre permanezca en el espacio privado.
En Oriente Medio eso se ve con mucha más intensidad por el dogmatismo religioso [que] es mucho más fuerte. El lugar que tiene la mujer de ser sociedad es nulo: es el espacio privado de su casa. Y las instituciones del Estado, de alguna manera, por ciertos mecanismos y dinámicas del Estado que necesitan mano de obra, etcétera. O asimilación de parte de la religión del Estado, que le decimos el nacionalismo. Esas estructuras también han sido capitalizadas por el hombre, porque es una mentalidad, es una misma lógica.
5. Lucha de mujeres y disolución de los micro-estados
Entonces nosotros, ¿cuál es nuestro objetivo? Crear una sociedad libre. Si nosotros no empezamos por la estructura del sistema que no queremos, del sistema excluyente y desigual, que es esa exclusión de la mujer, [entonces no habrá liberación]. El quiebre que les decía hoy en que la sociedad se divida en esos dos ríos: la civilización democrática y la civilización central. Ese quiebre fue excluir a la mujer de la vida [social], empiezan todas las dinámicas masculinas, el color de la vida desaparece. No estamos hablando solamente de mujeres, porque nosotros decimos: “Nosotras somos una lucha de las mujeres”, no porque seamos miles, no porque haya mujeres y desde el primer día de esta lucha quizá no había una mujer.
Era una lucha de mujeres porque nosotros nos estamos planteando lo que yo decía el otro día, estamos tratando de estructuralmente combatir en una mentalidad y nosotros no nos quedábamos en combatir, a ver, nosotros no nos quedábamos en atacar el Estado… y el enemigo… y la hidroeléctricas… y el nacionalismo… y el islamismo ortodoxo… y las luchas entre sunitas y chiitas… y los alauitas que están excluidos… Nosotros estamos construyendo [los lazos comunitarios], es que no hay otra forma. Si nosotros queremos una sociedad libre, tenemos que liberarnos como individuos [que son] parte de un colectivo. Para tener una sociedad realmente libre nosotros tenemos que construirla, no la vamos a construir en oposición.
Nosotros tenemos que conocer cuáles son las dinámicas, porque todos los sectores son parte de ese proceso revolucionario: los sectores más conservadores y los sectores más religiosos, los sectores de derecha, vaya, todos los sectores son parte de la sociedad. El problema de la sociedad no se va a resolver si no se resuelven con esos sectores también. No es que somos un grupo [de vanguardia], los patriotas ––como decimos nosotras––: el pueblo que ha entendido esas contradicciones y tengo una identidad de resistencia muy fuerte, bueno, esa es autonomía y eso se solucionó. ¡No! Hay que hacer un diálogo entre esas contradicciones y si nosotros estamos diciendo que esta sociedad está radicalmente fundamentada en una mentalidad patriarcal, en un dominio de la mentalidad que tiene su correlato en la realidad material, nosotras tenemos que luchar directamente contra eso.
Si no lo hacemos desde las mujeres, si no lo hacemos construyendo desde otras lógicas como mujeres, pues ¿cómo vamos a pelear con los mismos elementos? ¿Cómo vamos a entrar en las mismas lógicas para combatir el poder con poder? Eso no es posible, simplemente no es posible… y si nosotras no generamos organización de las mujeres y si no generamos nuestras organizaciones autónomas de mujeres, simplemente va a estar uno solo de los elementos [de cambio]. Hay una variedad en la vida y tenemos que hacer que esa variedad empiece a contradecir, empiece a entrar en contradicción y empiece a construir esa sociedad. Pero es que este elemento de pronto ya no estaba, el elemento de la mujer, la femineidad de la vida. Vaya, no estoy hablando solamente de mujeres, es que no estaba y más en esa sociedad de Oriente Medio como les estoy contando.
Entonces para que ese elemento [se dé], las mujeres tenemos que construirnos entre mujeres, tenemos que debatir la vida entre mujeres, a ver las mujeres cómo vemos la vida, cómo queremos organizar la economía, cómo queremos cuidar a los niños, cómo vemos el Estado. Digamos, generamos una identidad colectiva. Las mujeres en los momentos más aglutinantes de la sociedad, la mujer reúne, tiene esa cualidad casi natural ––si mal le decía, a veces se queja un poco la gente de la palabra “natural” porque es un modo absolutista. La mujer tiene esa casualidad y en la sociedad, cuando nosotras decimos: “Hay que liberar la sociedad liberando a la mujer”, estamos hablando de eso. Ese no es un problema.
6. Simultáneamente, liberar a la mujer liberando a la sociedad
Nosotras no abordamos el tema de las mujeres como un tema de mujeres, acá todo el mundo y acá está mi compañero [Erol Polat, quien habló al respecto]. Todos nos dedicamos al tema de las mujeres porque todas nos estamos dedicando al tema de la sociedad. Hablar de las mujeres significa hablar de la sociedad por el simple hecho de que no se puede esclavizar una sociedad si primero no se esclavizó a la mujer, no se puede excluir sectores de la sociedad si primero no se excluyó a la mujer. No se puede, digamos, generar espacios marginales, sectorizados, de fragmentación, si primero no se excluyó a la mujer en un espacio privado. No es posible.
Entonces, al reverso, si nosotras queremos construir una sociedad libre en la diversidad, una sociedad ética, política y ecológica como decimos nosotros, tenemos que romper con esa dinámica, tenemos que romper inevitablemente con esa dinámica, vamos a liberar a la mujer liberando a la sociedad. La sociedad de hecho está dentro de los procesos. [En muchas interpretaciones] no es así: la sociedad siempre suele quedar en un lado. Voy a generalizar y perdonen los que no se sientan identificados, es de manera general [lo que diré]. La sociedad queda a un lado [en diversas interpretaciones]: nosotras tratamos los temas, las luchas o aspectos de la sociedad marginadamente, la gente no está incluida en eso.
A una familia no le podés dividir el tema de la violencia de género de la cuestión económica, de la cuestión de la destrucción de su tierra, de que no tiene tierra o que no puede hacer su cultivo. No se puede dividir la sociedad en sí, [la sociedad] representa toda la diversidad. En la sociedad todas las religiones están representadas, los colores de piel, los gustos culturales, las lenguas, bailes. No sé, a algunos les gusta el rock, a otros les gusta la música tradicional, todo está representado. Y si queremos diálogo, salgamos a construir una sociedad democráticamente pues todo está representado en la sociedad. Por eso [proponemos] el sistema de construir paralelamente quizá no sea la palabra correcta, pero por ahí [va el sentido].
Por ejemplo, muchas veces nos preguntan cuál es su posición contra la lucha del aborto o con esto o con el otro. Sí, para nosotros todas las formas de lucha son válidas, no negamos ninguna, pero nosotras construimos [con] lo que ha pasado en la gente. No se puede fragmentar la cuestión de “el movimiento” de la cuestión del pueblo, realmente no puede ser así. Yo les hablaba de una gran participación de las mujeres [en Kurdistán] en los [19]90. Las mujeres crean su ejército. A nosotras no nos gusta decir “ejército” porque lo entendemos como que tiene las dinámicas del Estado. Les decimos los “Frentes Femeninos” en el [19]93. De ahí ya no lo paró nadie: organizamos nuestro propio partido, nuestras propias instituciones, todas autónomas.
Eso era un cambio radical dentro de la organización, internamente y hacia afuera, porque de pronto una familia que vive en una situación ––como yo les decía a los estudiantes [de Nariño]–– las casan [a las mujeres] antes de nacer. Inclusive ya es una sociedad […] de destino, determinista, donde una mujer o una familia ya está totalmente predeterminado cuál va a ser el rol de la mujer, cuál va a ser el rol del hombre. Nosotros decimos [y planteamos a] la familia como microestado: el enemigo no está [arriba], el estado que estamos combatiendo no está arriba. El Estado está dentro de la familia. Una cuestión medio cuántica: el micro representa lo macro, lo macro a lo micro.
Entonces, si nosotros estamos en la familia ––donde yo digo que hay roles que ya están muy predeterminados–– y de pronto, yo les decía en los [19]90, las mujeres [en Kurdistán] que se organizan y recuperan su autoestima. La lucha por la autoestima es muy importante, es vital, la mujer se empodera y se empieza a construir a sí misma, colectivamente. De pronto una de esas niñas se fue a la guerrilla, se fue a la fila de la guerrilla. Simbólicamente hace un quiebre. Tradicionalmente son cientos de años, o decenas de años, vaya, donde la mujer ocupó ese rol y de pronto cómo va a hacer continuable, cómo va a ser soportable o aceptado [que] la mujer, que mi hermana está en la guerrilla, es una comandante militar, es una dirigente política, hace trabajo de sociedad, es una gran referente, está empoderada, vive, no necesita casarse, no necesita tener hijos, es una persona reconocida por la sociedad tremendamente porque, además, estando en la lucha por las mujeres y estando en la lucha por su nación [cambia la sociedad].
Eso dentro de la familia es una bomba, es una mina, porque está rompiendo con una estructura que en ningún momento había sido cuestionada. Lo que hablábamos hoy con este compañero: hasta que las compañeras y los compañeros no están expresando otra sociedad, otro tipo de ética, otro tipo de independencia mental es posible, esa [sociedad] no existe. En el momento en el que la guerrilla empieza a representar eso, el núcleo familiar se empieza a transformar diametralmente. La influencia dentro de la sociedad fue muy fuerte, pero por eso digo: más que la cuestión de [enfocarse] contra el Estado, [la lucha de las mujeres] empieza a transformarse dentro de sí misma. Son sociedades sumamente feudales, feudales en el sentido de conservadora, de feudos tribales, digamos.
El proceso que sufre la sociedad siempre fue paralelo al proceso que sufre la insurgencia o la organización [revolucionaria]. Quizá después cuando ya nos declaramos soberanos, empieza otro cuento, porque ahora ya no estaba el enemigo allá arriba, ahora ya no hay a quien culpar, ahora ya somos responsables de nosotros mismos, [de] la historia del norte de Siria. […] ¿Tal vez quieren que hablemos de Rojava? A mí me encanta hablar de Rojava porque además es donde vivo.
7. Rojava: un faro de esperanza
Bueno, les voy a hablar de la Revolución de Rojava que para mí ––y yo soy argentina–– es como un faro de esperanza para el mundo. Quizás alguno dice: “pero una argentina luchando allá en Kurdistán, ¿qué habrá estado haciendo en medio de la guerra? ¿Por qué buscaste un conflicto tan complicado?”. Pero yo digo: pero de kurdo es un poco, estamos luchando por construir una mujer libre, [la lucha en Rojava] va mucho más allá. Bueno, me fui por las ramas. [Sobre] la Revolución de Rojava les voy a hacer un contextito. No me gusta que parezca que las cosas surgieron de la nada y que nosotros quizás estemos en situaciones muy parecidas. Nuestra líder [?] nos habla de los instantes creadores. Yo lo voy a hablar de esa manera, la voy a contar como un instante creador.
a. Origen de la Tercera Vía
En el 2011 comienza la Primavera Árabe en Siria ––voy a hacerlo recortito. No había un proyecto de sociedad de parte de los grupos que se estaban sublevando contra el régimen sirio. De hecho, los sectores de oposición tenían una impronta sunita. No sé si saben, el gobierno de Bashar [al-Assad en Siria] es un gobierno alevita que es una minoría religiosa. Entonces casi siempre las oposiciones tenían ese carácter [religioso]. De hecho, la Primavera Árabe siria se trataba de que los viernes de la mezquita se salía con una consigna (9). Se tiene una impronta religiosa sunita más cerrada, no quiero decir extremista, muy fuerte. En ese momento el pueblo kurdo dentro del norte de Siria fue un pueblo sistemáticamente negado. El pueblo kurdo no tenía derecho a su lengua, no tenía derecho a sus organizaciones políticas.
La persecución política era muy fuerte, principalmente después de que [en 1999] capturan a nuestro líder a Abdullah Öcalan que estaba refugiado [en Kenia]. Casi todos los kurdos [de Siria], que eran dos millones y medio, eran indocumentados, tenían un papel que decía “extranjero” y su familia, sus antepasados ––¡vaya a saber hasta de dónde para atrás! –– habían sido de ahí. Bueno, eso era el punto, lo estoy haciendo muy simple de cuál es la situación del 2011. Entonces [los kurdos] declaran la Tercera Vía [de la Primavera en Siria]: ni con el régimen, porque moralmente para con el pueblo kurdo no era posible plantear eso, ni con la oposición, que era una oposición que ya había sido intervenida, eso ya era 2012. Entonces, el pueblo kurdo se declara como la tercera vía y empieza a organizar el sistema del Confederalismo Democrático.
Digamos, todas esas ideas de tantos años de lucha se empiezan a llevar a la práctica. En una zona donde había una diversidad nacional muy fuerte ––porque no estamos hablando solamente de kurdos, de población kurda. Entonces el pueblo se organiza y forma sus asambleas. Al Estado [sirio] no le queda de otra que retirarse en ese momento casi sin guerra, retira todas sus instituciones y el Ejército solo quedan dos lugares que es Qamishli y Al-Hasakeh que son dos ciudades de la parte más este del norte de Siria (11). Se empieza a crear todo ese sistema asambleario. Antes ya se había hecho algunos intentos, pero de manera más conjunta, son los kurdos en ese momento que empiezan a formar en cada barrio las comunas, varias comunas forman una asamblea y empiezan a formar el sistema confederal porque, digamos, en la parte del norte de Siria, los kurdos están como así en tres manchones.
Fue en el [19]63 ––si no me equivoco–– una política que se llamaba la política del Cinturón Árabe que era el exilio forzado de poblaciones kurdas y fundar pueblos árabes con la intención de dividir al pueblo kurdo (12). Esto, al día de hoy, sigue pesando mucho. Esas regiones kurdas empiezan a formar a sus asambleas, dentro de las comunas empiezan a formarse las comunas generales y las comunas de mujeres. Desde ese momento ya el pueblo empieza a organizarse a sí mismo. Eso fue tremendo desafío, yo no quiero que quede [como] una cuestión de color de rosa. Era un desafío.
b. Reconstruir la trama social: Comunas de Mujeres
En este momento estamos luchando porque hay gente [organizándose en las asambleas]. Uno va a las asambleas ––yo trabajé un tiempo en las asambleas–– la gente dice: “Pero es que no hay electricidad… los caminos están malos… nuestros combatientes que van a defendernos contra el Estado Islámico están muchos días y no pueden ver a la familia…”. ¡Qué sé yo! Todo tipo de problemas y los vecinos mismos se ponen a decir… bueno, ¿y a quién responsabilizan? Ya no existe el Estado, son las propias asambleas. El paso más difícil, creo, el que hemos estado por lo menos en los últimos dos años fue eso: que la gente, no solamente es un derecho de auto-administración, es una responsabilidad. La gente ha aprendido y ha crecido [dentro de] un sistema. El sistema que conoce es el de la democracia representativa, la que conocemos, no hace falta mencionar.
De pronto, las asambleas son las que tienen la responsabilidad y la posibilidad de discutir desde la localidad y el discutir de la localidad ––digamos el componente del territorio es esencial–– porque allá no existe la bandera política, ni la bandera religiosa, ni siquiera la cuestión nacional, porque es la localidad, son las mismas problemáticas, digamos, las problemáticas que sufre tu vecino, que sufrís vos, que sufre el de allá. En una sociedad que sí tiene un sentido comunal muy fuerte, las cosas funcionan, se resuelven. El paso más fuerte era toda esa toma de responsabilidad y sobre todo el cambio más fuerte era esa nueva ética ––no ética en el sentido general cristiano que a veces la gente lo entiende así–– sino, vaya, los valores de reconstruir la trama social.
Una trama social que había sido corrompida porque ya no había nada que solucionarlos, lo solucionaba el Estado, te excluía y sobrevivías. De pronto, si no se reconstruyen las tramas sociales, ¿cómo el pueblo va a responder a sus propias problemáticas? ¿Cómo el pueblo va a poder administrar sus cosas si no existe la trama social? Y la trama social es dentro de lo que es la estructura de esa sociedad, de la familia. La mujer es la que tiene la mayor responsabilidad, por eso es que se crean las Comunas de Mujeres. De pronto la mujer que había estado en su casa cocinando toda la vida, que ni siquiera podía ir a las mezquitas, de pronto la mujer empieza a hablar de a poco, empiezan a discutir entre ellas y, de pronto, la mujer se inserta en el espacio público.
Pero hay una cosa muy importante: nosotros siempre escuchamos hablar de institucionalización, lo entendemos de una manera muy negativa. En eso, nosotros [en la Revolución de Rojava] tenemos otra posición, y nuestro líder [Abdullah Öcalan] habla mucho [al respecto]. Una forma de autodefensa es la institucionalización. Si nosotros no institucionalizamos, no garantizamos una estructura que permita acobijar, digamos, recibir al pueblo, y que el pueblo discuta y que el pueblo tenga las herramientas para resolver, va a depender de buenas voluntades. Si nosotros no institucionalizamos las comunas donde las mujeres de a poco van agarrando autoestima y encorajeando y digamos, desde su propia lógica tan diferente, de poder resolver las problemáticas de su barrio, las cuestiones que nos enseñaron las abuelas que empiezan a entrar en discusión.
Si nosotros no creamos una estructura que permita, que dé ese espacio a la mujer: ¿de qué va a depender? ¿De que un hombre le diga: “ven, párate y habla”? Eso nunca va a suceder. Y si sucediera, va a ser una cuestión excepcional. Nosotros tenemos que institucionalizar, es una medida de autodefensa. Ayer, creo que hablaba, la autodefensa nosotras la entendemos de muchas maneras y una de ellas es la militar, una de ellas son las armas o la cuestión física, es una de ellas la institucionalización, es una de esas maneras. Digamos, tiene que haber una estructura que organice y que le dé continuidad a ese proceso que no dependa de las buenas voluntades [aisladas].
c. Autonomías coordinadas: Confederalismo Democrático
Por eso, todo el proceso que sufrieron y atravesaron las mujeres dentro de estos… ––¿Cuántos? Del 2012 son 5 años, casi 6 años––, en Rojava, ha sido un cambio más que cuantitativo, un cambio cualitativo de la sociedad. La sociedad, para poder administrarse, para poder resolver sus problemáticas se está dando cuenta que si al otro o a la otra no [se] le incluye, no dialogan, no se va a solucionar [la problemática]. Entonces, ¿qué aparece? Nosotros hablamos de Confederalismo Democrático: sí está el pueblo kurdo y está el pueblo árabe. El pueblo kurdo en esa región es un pueblo cultural, política y socialmente oprimido por el pueblo árabe. Pero hay población árabe [en Rojava], ¿entonces cómo resolvemos los problemas de los barrios o los problemas de la sociedad si no dialogamos y solucionamos con el sector árabe?
Ahí nos dimos cuenta de que el enemigo en realidad existe en nuestras mentes. Voy a contar un ejemplo personal. Hay otros sectores [de la sociedad kurda] que están más intervenidos desde afuera, partidos políticos y decimos: “Bueno no, pero esa familia es de otro partido, es de un partido que está muy en contra, está muy aliado [al otro sector]…”. Bueno sin esas familias si no dialoga, entonces ¿la comuna cómo va a funcionar sin esa familia si la familia tiene el mismo problema que tiene esa comuna? Si nosotros no incorporamos, si no hay un diálogo que permita que todos los sectores de la sociedad, en esas asambleas, [participen]… Por eso digo: institucionalizar una estructura que permita esa democracia directa que es lo que está sucediendo en ese momento. Si nosotros no incorporamos los diferentes sectores, no va a ser posible.
¿Cómo podemos [organizar una comuna] en tanta diversidad entre las divisiones ––el divide y vencerás que ha calado tan hondo–– a través de una estructura que cobije a las diferentes personas desde su identidad cultural, desde su localidad? Por eso digo: la sociedad en sí cobija todo el tipo de diferencias. Cuando nosotros hablemos de problemáticas y la gente es la responsable, ya no hay nadie a quién echar la culpa, es lo que estoy diciendo, lo que surge es que, si no resolvemos [la organización comunal] con el otro, pues no lo resolvemos porque el otro también vive aquí. En el 2014, producto de este confederalismo […] (13).
Erol [Polat] dijo: “El confederalismo nosotros no lo inventamos, el confederalismo existió en un montón de momentos de la historia”. Creo que acá también en Latinoamérica han existido un montón de formas de confederalismo. Nosotros dijimos que le podemos cambiar inclusive el nombre: son autonomías coordinadas. Vaya, de eso se trata el confederalismo. Autonomía: que cada pueblo de acuerdo a sus características, sus problemáticas y en su diversidad, que pueda auto-administrarse de una manera coordinada porque sabemos que si no hay una coordinación de problemáticas tampoco se van a resolver [las mismas]. Entonces, en este momento, después de que triunfa la Revolución [de Rojava] que empezó en una parte [del norte de siria] y yo les decía que principalmente en población [kurda] surge el Estado Islámico.
Yo no voy a hablar del Estado Islámico porque sale un montón, pero lo que sí voy a decir es que el Estado Islámico no es una cuestión religiosa, es una [estrategia de] activar un sector extremista manejado de muchas maneras. Algunos [poderes regionales] principalmente de Turquía [apoyan al Estado Islámico] en contra de un proyecto de sociedad [en Rojava]. Esa es la razón del Estado Islámico, porque nosotros estamos peleando una guerra, estamos defendiendo la frontera de esa zona liberada, estamos poniéndole el cuerpo a una guerra que no nos pertenece, nosotros estamos claros [de eso]. Esa guerra no nos pertenece, las diferentes potencias [como Estados Unidos y Rusia] se están enfrentado en ese lugar para discutir ciertas contradicciones, ubicarse [en la región], tener más control geopolítico de algunas cosas. Nosotros estamos poniéndole el cuerpo a una guerra que no nos pertenece. La guerra de los pueblos no es esa, pero, sin embargo, no solamente [se está dando la guerra] en el norte de Siria, sino en todo Kurdistán.
Yo creo que el pueblo kurdo en este momento, como otros pueblos quizás […], está representando una lucha muy fuerte y, sobre todo, a nivel de mentalidad de los pueblos contra un sistema que oprime a los pueblos. Eso es en sentido general y en sentido más específico las mujeres, porque yo creo que lo más universal, yo siempre siento así, lo más universal en nuestra organización, somos las mujeres porque es lo más anti-sistemático que nos podemos plantear. Hablar de las mujeres, vuelvo a decirlo, es hablar de la sociedad […].
Notas:
1- Conferencia de Alina Sánchez en 2017. Introducción editorial y notas al pie de página por Sergio Palencia Frener, miembro del Comité de Emergencia por Rojava (ECR), Nueva York. Agradezco los comentarios de Rocío del Águila Gracey y de Holly Marie Sumner a la edición de la plática de Alina Sánchez.
2- La ciudad de Pasto, capital del departamento de Nariño, está ubicada en los Andes al suroccidente de Colombia. Alina se refiere al campus central de la Universidad de Nariño.
3- Se refiere a un mural en la Universidad de Nariño titulado “En solidaridad con las mujeres luchadoras del Partido de los Trabajadores de Kurdistán. En contra del fundamentalismo y el patriarcado”. Pasto, junio 2017.
4- Se añadieron las letras griegas para diferenciar las dos historias entremezcladas, en conflicto, de las que habla Alina Sánchez: la historia del poder ––o de la civilización central–– y la historia de la resistencia ––o de la civilización democrática. Alina trabaja estos argumentos a partir de la idea de luchas civilizatorias expuesta por Abdullah Öcalan: “La hegemonía es un principio usualmente seguido por el tipo clásico de civilización. Las civilizaciones democráticas rechazan los poderes hegemónicos y las ideologías”. Öcalan, A. (2017). Democratic Confederalism (H. Guneser & International Initiative “Freedom for Abdullah Öcalan in Kurdistan,” Trans.). Pluto Press, p. 45.
5- Esta frase puede ser confusa. Sugiero entenderla en el marco de lo que Alina comenta en el párrafo, es decir, las potencias capitalistas combaten la forma comunal de pueblos como los kurdos.
6- Alina habla de las ventajas o fuerzas que ya tienen presentes las “sociedades igualitarias”, entre ellas la comunalidad. Por eso, dichas sociedades eran impenetrables muchas veces para la dominación de los estados-nación. Un concepto clásico de proletariado como sujeto revolucionario vería como atrasado al campesinado o a las comunidades campesinas, situación a la que parece aludir Alina.
7- La reflexión histórica y la práctica de un proyecto de sociedad son las características que Alina plantea como contribuciones del pueblo kurdo revolucionario para la humanidad.
8- Alina se refiere a los temas que los organizadores de la Universidad de Nariño le pidieron desarrollar en sus ponencias e intervenciones.
9- Alina utiliza la imagen de los feligreses saliendo de la mezquita “con una consigna” para describir la importancia de las religiones institucionales durante la primera parte de la Primavera Árabe y la Guerra Civil en Siria.
10- Agradezco a Debbie Bookchin por la información sobre la bandera de la KCK.
11- Al-Hasakah es el nombre de la mayor ciudad del noreste de Siria, capital de la provincia del mismo nombre. Después de la rebelión del 2011, muchas ciudades y pueblos de la provincia de Al-Hasakah pasaron a formar la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria. La ciudad de Qamishli, ubicada muy cerca de la frontera de Siria con Turquía, fue momentáneamente la capital de Rojava. Hoy en día, como afirma Alina Sánchez en su conferencia, partes de las ciudades de Al-Hasakah y Qamishli están bajo el control del gobierno sirio, incluyendo el aeropuerto.
12- En 1963 llega al poder en Siria el régimen del Partido Baath. A partir de 1965 se inicia la construcción de 41 aldeas árabes a lo largo de la frontera entre Siria y Turquía. Dicha franja ocupaba una extensión de 350 kilómetros de largo y entre 10 y 15 kilómetros de largo. Se extendió entre al oriente con la frontera iraquí y al occidente en la región de Ras al-Ayn. A partir de 1973 el proyecto del cinturón árabe pasó a llamarse “Plan para el establecimiento de granjas modelo estatal en la región de Jazira”. La población árabe fue movilizada desde la región de Al-Raqqa y Aleppo tras ser desplazada por el mismo gobierno durante la construcción de la represa de Tabqa. El Estado sirio cambió los nombres de las aldeas kurdas por nombres árabes. Uno de los objetivos del Estado sirio era asegurarse el control demográfico de una región rica en petróleo, originalmente habitada por aldeas kurdas.
13- Alina no termina esta idea. Luego pasa a hablar de la construcción de las comunas autónomas en Rojava en el marco de la guerra contra el Estado Islámico en Siria, desde 2014.
FUENTE: Internationalist Commune
Be the first to comment