Han pasado 83 años pero Turquía todavía no está dispuesta a reconocer el genocidio de Dersim, así como tampoco otros genocidios contra el pueblo kurdo. Los responsables de las muertes de miles de personas nunca han sido juzgados. Ni siquiera se conoce exactamente quiénes son los asesinos. Las familias rotas no han podido esclarecer lo sucedido en su pasado.
Miles de personas todavía no han recibido noticias de sus familias ni de sus amigos cercanos. El paradero de los niños kurdos sustraídos por el gobierno turco durante el genocidio no se conoce. Otros países del mundo, que han cometido genocidios similares contra su pueblo, han acabado por reconocer la injusticia y pedir disculpas por el daño causado.
Sin embargo, Turquía continúa resistiéndose y usa la estrategia de negar su existencia en relación al genocidio kurdo y armenio.
La campaña militar de Dersim fue orquestada en respuesta a un incidente relativamente menor, y parecería que el ejército había estado esperando un pretexto para poder castigar a las tribus. Un día de marzo de 1937, un puente de madera con importancia estratégica fue incendiado y las líneas telefónicas cortadas. Se sospechó de Seyyit Riza y las tribus asociadas con él. El ejército pudo haber considerado que se encontraban a las puertas de una rebelión esperada. Una fuente turca menciona que hubo en el mismo período un incidente menor en Kurdistán y sugiere que había coordinación entre nacionalistas kurdos.
Las primeras tropas, enviadas para arrestar a los sospechosos, fueron detenidas por hombres armados de las tribus. La confrontación comenzó a escalar. Cuando las tribus se negaron a entregar a sus líderes, se inició la campaña militar. Las operaciones militares que sometieron a la región duraron hasta después del verano de 1937. En septiembre, Seyyit Riza y sus colaboradores se rindieron, pero la siguiente primavera las operaciones militares fueron reanudadas con más fuerza. La violencia y brutalidad no tenían precedente.
El número de personas asesinadas superó las 12.000, según las cifras oficiales. En cambio, la población de Dersim cifra el número de muertos entre 70.000 y 90.000. Más de 10.000 personas se exiliaron tras el genocidio.
En el marco de la conmemoración del genocidio de Dersim que se cumple hoy, desde el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) se pronunciaron y criticaron el negacionismo del Estado turco.
Tülay Hatimoğulları, copresidente de la Comisión de Pueblos y Creencias de HDP, difundió una declaración en la cual asevera que “los administradores del Estado-nación, establecidos con el marco de una nación, una religión y un idioma, redactaron la ‘Ley de administración de la provincia de Tunceli’ el 25 de diciembre de 1935. Con esta ley se sustituyó el nombre de Dersim por el de Tunceli”.
Hatimoğulları recordó que “el pueblo de Dersim nunca supo el destino de los niños que sobrevivieron a la masacre y fueron dados en adopción. No se dio ninguna noticia sobre las llamadas hijas desaparecidas de Dersim”.
El dirigente del HDP añadió que el Estado turco “debe enfrentar la verdad de esta brutal masacre, 83 años después. Para ello, se debe establecer una Comisión de Verdad y Reconocimiento. Los archivos deben abrirse, los registros judiciales deben presentarse al público y los autores de la masacre deben ser juzgados en ausencia. Los lugares de enterramiento de Seyid Rıza y sus compañeros, que fueron ejecutados el 15 de noviembre de 1937, deberían ser divulgados, y los documentos relacionados con los niños exiliados y secuestrados, así como las conocidas como las hijas desaparecidas de Dersim, deberían ser desclasificados. El nombre de Dersim debe ser oficialmente puesto de nuevo en uso”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina