Para Raqqa la ocupación de ISIS significó el inicio de una era de atrocidades y opresión. Con la liberación de la ciudad el año pasado bajo el liderazgo de las YPJ, empezó un período de autoorganización y emancipación.
Tras la liberación de la ciudad de Raqqa, en el norte de Siria, bajo el liderazgo de las YPJ (Unidades de Defensa Femeninas, Yekîneyên Parastina Jin) en octubre de 2017, se entregó la administración de la localidad a un Consejo Civil. Desde entonces, se ha construido una nueva vida en la salud, la educación, la seguridad y muchos otros sectores sociales.
Después de que la ciudad iraquí de Mosul fuese ocupada por el llamado Estado Islámico (ISIS) en 2014, los yihadistas marcharon con las armas capturadas allí a Raqqa, una de las ciudades más grandes de Siria. El grupo Jabhat Al Nusra, filial de Al Qaeda, y el llamado Ejército Sirio Libre (ELS) abandonaron la ciudad. Un poco más tarde, Raqqa fue nombrada la capital del “califato de ISIS” y fue eclipsada por un reinado de terror basado en la interpretación salafista de la ley islámica (Sharia). Desde Raqqa, ISIS se fue apoderando paso a paso de muchas otras ciudades del norte de Siria, concentrándose en Kobanê en septiembre de 2014. ISIS atacó a la ciudad por tres frentes, pero se encontró con una incomparable resistencia. En Kobanê, la milicia terrorista sufrió una derrota y desde ese momento fue gradualmente empujada hacia su centro, en Raqqa.
El brazo militar del Consejo Democrático Sirio (MSD), las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), formadas a partir de las poblaciones del norte y el este de Siria, lucharon una decisiva batalla contra el reinado del terror. El 6 de junio de 2017, las FDS comenzaron su campaña para liberar Raqqa y poner fin al régimen de ISIS tras cinco meses de duros combates.
La victoria de Raqqa
La declaración de la liberación de la ciudad fue dada por las mujeres de las YPJ que lucharon en la primera línea del frente contra ISIS. Lo anunciaron al mundo entero el 19 de octubre de 2017 en la Plaza Al Naim, donde el Estado Islámico había llevado a cabo ejecuciones públicas. Mañana se celebrará el primer aniversario de esa liberación. La ciudad, que se encuentra a unos 200 kilómetros al oeste de Alepo y tiene alrededor de un millón de habitantes, se convirtió en testigo de las peores tragedias a partir de 2014.
Al poco tiempo, las FDS entregaron la administración de la ciudad liberada de Raqqa a un Consejo Civil. Este consejo civil comenzó con 60 miembros y ahora consta de 200 representantes árabes, kurdos, armenios, turcomanos y sirios. La copresidencia está presidida por un árabe y una representante kurda. El consejo organiza asambleas populares en el centro de Raqqa, las ciudades, los distritos y los pueblos. Se han abierto delegaciones del consejo en muchos lugares y se han formado comunas por toda la ciudad. El Consejo Civil se está preparando para el primer aniversario de la liberación de la ciudad. Se espera que muchas personas, incluidas organizaciones internacionales, asistan a las celebraciones en Raqqa.
La vida cotidiana
Los destrozos causados por el Estado Islámico han sido eliminados uno por uno. El retorno de la población a la ciudad también está aumentando constantemente. Especialmente en los barrios donde los combates fueron más intensos durante la guerra, sobresale que la cantidad de gente en las calles. Las tiendas están reabriendo por todas partes. Las casas, muchas abandonadas tras huir de ISIS, también están empezando a llenarse otra vez de vida. Pasan cosas contantemente en los mercados y en las plazas. Las máquinas de construcción trabajan todo el día en la reconstrucción de la ciudad. Ha empezado la reparación de los puentes de Mansura y Kornish, que abarcaban el Éufrates en el sur de la ciudad, y habían sido volados por ISIS. Las personas que viven en el lado opuesto del río todavía lo cruzan con ferries y barcazas. La administración municipal se encarga de la reconstrucción de la infraestructura.
Aparte del Consejo Civil, el ayuntamiento es un importante centro de Raqqa. Bajo el reinado de ISIS, el ayuntamiento fue convertido en un centro de tortura y prisión. Ahora el edificio ha sido reabierto. La administración de la ciudad juega un papel importante en la renovación de esta infraestructura, destruida por la guerra, e inició el trabajo con un personal compuesto por 13 integrantes. Actualmente hay 150 personas ofreciendo servicios allí. Entre otras cosas, se ocupan de la infraestructura, electricidad y producción de pan. Si bien casi todas las casas en Raqqa están conectadas a la red de agua, en este momento solo se puede llegar a tres barrios a través del suministro eléctrico principal. Los otros barrios están provistos de generadores. En áreas como Mansur, Rashidiya, Rafqa, Mahdi y Salihiya, que fueron el escenario de feroces combates entre ISIS y las FDS, continúa la retirada de las minas.
Reconstruir todos los aspectos de la vida
También ha empezado la reparación de las murallas históricas, que se extienden alrededor de la ciudad formando una “J”. Los lugares dañados durante la guerra son restaurados y limpiados de las minas antipersonales. El año pasado, limpiaron de explosivos la Puerta de Bagdad y sus alrededores. El área industrial se ha convertido en uno de los lugares más animados de la ciudad. La fortaleza de Harun Rashid, que está casi al final de las murallas, fue acordonada y asegurada.
Mientras que la seguridad externa de la ciudad está garantizada por las FDS, las Fuerzas de Seguridad Pública (HPC) y las Fuerzas de Defensa de la Mujer (HPJ), así como las fuerzas de seguridad interna, las Asayish, brindan protección dentro de la ciudad. El alto volumen de tráfico está asegurado por los policías de tránsito en las calles y carriles. Especialmente por la noche, las medidas de seguridad se intensifican.
Durante la ocupación de ISIS, las escuelas se habían convertido en cuarteles. Con la liberación los niños han vuelto al colegio. Hasta el momento, se han abierto unas sesenta escuelas en toda la ciudad. Los niños aprenden allí sus lenguas nativas.
El trabajo sobre el cuidado de la salud continúa tanto en el consejo como en la administración de la ciudad. Muchos trabajadores de la salud se vieron obligados a huir de ISIS y han regresado a la ciudad después de la liberación. Hasta ahora se han abierto 10 hospitales y se han establecido muchos centros de salud. El cuidado lo brindan los médicos de Raqqa y los médicos y el personal de la Media Luna Roja Kurda (Heyva Sor).
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina