En marzo de 2019 se inició una campaña de reforestación en la ciudad de Raqqa, en el norte de Siria, ya que había sido destruida por el régimen del Estado Islámico (ISIS) durante los años del Califato Islámico y la guerra. Desde entonces, se han plantado alrededor de 100.000 olivos en toda la localidad.
Raqqa siempre ha sido considerada como un lugar multicultural y liberal. Luego se convirtió en la “capital” del autoproclamado califato de ISIS, y el terror se convirtió en parte de la vida cotidiana. Durante el reino del terror de ISIS, Raqqa fue casi completamente destruida, ya que la organización lideró una campaña de aniquilación contra la gente, la naturaleza, la cultura y la historia.
Desde que la ciudad fue liberada por las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), en octubre de 2017, el Consejo Civil de Raqqa ha estado trabajando para reconstruir la infraestructura. El Municipio Popular se está ocupando de la restauración de las zonas verdes y los parques en cooperación con el Comité de Medio Ambiente y el Comité de Gestión del Estacionamiento. El ISIS destruyó casi todos los parques y los jardines durante su dictadura. Muchas áreas verdes en Raqqa y fuera de la ciudad se habían convertido en fosas comunes.
En marzo del año pasado, la ciudad, ahora bajo un autogobierno autónomo, inició una campaña de reforestación. Desde entonces, alrededor de 100.000 olivos han sido plantados en toda la ciudad como parte del plan de recuperación elaborado para Raqqa. Al mismo tiempo, el Consejo Civil distribuye gratuitamente plantines de árboles a los habitantes de las zonas rurales para provocar también un cambio en el pensamiento social.
FUENTE: Mesopotamia Coop / Traducción: Rojava Azadi Madrir / Edición: Kurdistán América Latina