Cuando los terremotos masivos sacudieron Turquía y Siria en las primeras horas del 6 de febrero, el presidente de Siria, Bashar al-Assad, percibió una oportunidad.
¿Podría la catástrofe, que se ha cobrado al menos 20.000 vidas* hasta ahora, más de 3.500 en Siria, ayudar a romper su aislamiento diplomático y aliviar las sanciones internacionales impuestas a su régimen?
Para el martes, el primer día después del terremoto, Assad se había sentido animado por la cantidad de llamadas telefónicas de los líderes árabes, en particular del presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, para manifestar su solidaridad por la devastación al gobierno y al territorio controlado por los rebeldes por igual.
El miércoles, una delegación libanesa encabezada por el ministro interino de Relaciones Exteriores, Abdullah Bou Habib, y que incluía a varios altos miembros del gabinete, se reunió con Assad en Damasco, lo que provocó un feroz debate en el Líbano, donde los recuerdos de la intromisión mortal de Siria en los asuntos internos del país siguen frescos.
Egipto y Arabia Saudita son los países árabes más influyentes que continúan manteniendo al presidente sirio a distancia. La reticencia saudita proviene de la alianza de Assad con el archienemigo del reino, Irán. Egipto sigue el ejemplo de Riad y Washington, cuya generosidad lo ayuda a mantenerse a flote.
Los analistas dicen que la llamada de al-Sisi bien podría presagiar más una aceleración de una tendencia existente que un cambio.
Mona Yacoubian, asesora principal del Instituto para la Paz de Estados Unidos, le dijo a Al-Monitor que las tendencias hacia la normalización ya estaban en marcha. Pero, sostuvo, “también es importante no confundir por completo los esfuerzos para brindar asistencia humanitaria frente a una tragedia histórica, con la normalización. Claramente hay algunas distinciones”.
Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) anunciaron 50 millones de dólares en asistencia para Siria. Al menos cuatro vuelos con ayuda humanitaria de los EAU han aterrizado en Damasco hasta el momento, como parte de la Operación Gallant Knight 2 de Abu Dhabi para Turquía y Siria. Qatar y Arabia Saudita ordenaron el establecimiento de los llamados “puentes aéreos” para entregar ayuda a ambos países.
La magnitud del desastre bien puede servir como una hoja de parra para los países que deseen restablecer los lazos completos con Siria y traerla de vuelta al redil de la Liga Árabe (LA). “La crisis humanitaria será un pretexto para acelerar la normalización con el régimen de Assad”, dijo Fabrice Balanche, profesor asociado de la Universidad de Lyon II, que ha escrito numerosos libros sobre Siria.
Sobre todo, los intentos recientes de Turquía, con el apoyo de Rusia y los Emiratos Árabes Unidos, para restablecer los lazos diplomáticos completos con Siria han tenido un efecto de cambio de juego, explicó Balanche a Al-Monitor. Turquía es el principal patrocinador de los rebeldes opositores sunitas que intentaron derrocar al régimen de Assad y que ahora ayudan a Ankara a combatir a los militantes kurdos respaldados por Estados Unidos, en el noreste sirio, cuando no están ocupados peleando entre ellos.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dice que ahora está dispuesto a reunirse con el líder sirio a quien alguna vez trató de derrocar con sangre.
Assad insiste en que Turquía primero debe retirar sus fuerzas de las grandes extensiones del norte de Siria, actualmente bajo su ocupación. El daño del terremoto los ha convertido en una carga aún mayor para Ankara mientras lidia con los escombros en su propia casa. La ira racista dirigida a los refugiados sirios se está volviendo aún más feroz a raíz de los terremotos. Ankara bien podría decidir retirarse de Siria a cambio de la cooperación de Damasco contra los kurdos, dijo Balanche. Los temores de que un nuevo éxodo masivo de sirios que huyen de la zona del terremoto deben estar en la mente de Erdogan.
Los principales partidos de oposición de Turquía están aún más entusiasmados con la restauración de los lazos con Damasco.
El verdadero premio para Assad sería la relajación de las sanciones internacionales que, según Damasco, están costando vidas sirias. “El régimen está tratando de usar la catástrofe para deshacerse de las sanciones”, dijo Haid Haid, miembro consultor asociado del programa de Medio Oriente y África del Norte de Chatham House.
Elizabeth Tsurkov, experta en Siria del Instituto Newlines en Washington, indicó a Al-Monitor: “El régimen definitivamente está tratando de explotar esto”. Los medios estatales sirios se jactan de la ayuda entrante “para demostrar que son legítimos y no parias”, señaló. “Al mismo tiempo se quejan y afirman falsamente que las sanciones están afectando la provisión de ayuda. Actualmente, la ayuda está llegando a las áreas controladas por el régimen”.
Hasta ahora, Washington y la Unión Europea (UE) se mantienen firmes, diciendo que no está sobre la mesa cualquier reducción de las sanciones, ya que no impiden la ayuda a Siria. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo en una sesión informativa el 6 de febrero: “Hemos brindado más asistencia humanitaria al pueblo de Siria que cualquier otro país en el futuro. Estamos comprometidos a hacer lo que podamos en ambos lados de la frontera, para ayudar a nuestros aliados turcos a responder en primera instancia con esfuerzos de rescate y recuperación”. Pero, agregó, “sería bastante irónico, si no contraproducente, llegar a un gobierno que ha brutalizado a su gente en el transcurso de una docena de años, gaseándolos, sacrificándolos, siendo responsable de gran parte del sufrimiento que han soportado”.
La mayor parte de la ayuda estadounidense a Siria se canaliza a través de agencias de la ONU. CENTCOM, el Departamento de Estado y USAID tienen programas separados para el noreste controlado por los kurdos, que salió prácticamente ileso del desastre.
Una gran preocupación para los donantes de ayuda es la corrupción dentro del régimen sirio, ya que los suministros de ayuda generalmente terminan en el mercado negro. Francia declaró que enviaría 12 millones de euros (12,89 millones de dólares) en ayuda a Siria a través de la ONU y varias ONG francesas e internacionales en lugar de directamente al gobierno sirio.
El gobierno sirio insiste en que toda la ayuda debe distribuirse a través de sus propias redes. Se ha negado a permitir lanzamientos desde el aire a las áreas controladas por los rebeldes en el noroeste del país, que sufrieron graves daños. El ministro de Relaciones Exteriores sirio, Feisal Mekdad, dijo: “El Estado sirio está listo para permitir que la ayuda ingrese a todas las regiones, siempre que no llegue a los grupos armados terroristas”. Se refería a los rebeldes sunitas respaldados por Turquía y a Hayat Tahrir al Sham, la rama de Al-Qaeda que controla la mayor parte de la provincia de Idlib, en la frontera con Turquía.
Casi todos los 4,5 millones de habitantes de la zona fueron desplazados varias veces y necesitan ayuda. Sin embargo, los primeros convoyes a la región afectada solo comenzaron a llegar el jueves a través del cruce fronterizo de Bab al Hawa, en Turquía, el único corredor humanitario hacia el país.
Los territorios controlados por el régimen, incluido el bastión alauita de Assad, Latakia, también sufrieron graves daños durante los terremotos. De hecho, la amplitud de la devastación es tal que expone algunos de los agujeros en la narrativa de Washington sobre las sanciones.
“Es posible que las sanciones no estén escritas como dirigidas a la ayuda humanitaria y los defensores de los derechos humanos, pero así es como los abogados que intentan proteger sus instituciones y, especialmente, los banqueros que no quieren enfrentar las duras penas de las violaciones de las sanciones interpretan las sanciones”, dijo Julia- Sakr Tierney, responsable de políticas del programa MENA de Open Democracy Foundation. La Oficina para el Control de Activos Extranjeros del Tesoro de Estados Unidos y sus defensores no deberían llamar a estas consecuencias no deseadas, estimó, “cuando una y otra vez las consecuencias de las sanciones son tan dañinas”.
Yacoubian, del USIP, reconoció: “Incluso con las excepciones humanitarias, que son parte integral de las sanciones, la línea puede ser gris”. Estados Unidos y la Unión Europea prohíben la financiación de la reconstrucción en el territorio controlado por el gobierno en Siria. “Presumiblemente se aplicaría a la reconstrucción de daños por terremotos”, señaló Yacoubian. “Ese es un punto a tener en cuenta y subraya la complejidad de este conflicto”.
En una medida que se cree que apunta, en parte, a acallar las críticas, el Tesoro de Estados Unidos anunció el jueves que eximiría temporalmente a Siria de algunas de las sanciones, “para que quienes brindan asistencia puedan concentrarse en lo que más se necesita: salvar vidas y reconstruir”.
En cualquier caso, la reconstrucción “no se llevará a cabo con dinero occidental sino con dinero árabe y con empresas contratistas turcas”, argumentó Marc Pierini, ex embajador de la UE en Siria y miembro principal de Carnegie Europe. “A mediano plazo, supongo que Occidente también se normalizará con el régimen sirio de una forma u otra”.
Notas:
*Hasta este lunes 13 de febrero, el total de víctima en Turquía y Siria alcanzaba a las 33.000 personas.
FUENTE: Amberin Zaman / Al Monitor / Fecha de publicación original: 9 de febrero de 2023 / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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