El gobierno de Irán debe gastar una fortuna en tela para poder “tapar” no solo a las irreverentes obras del museo capitolino, también a sus mujeres y presas políticas. Según un informe del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (CNRI) hay 40 mujeres encarceladas por motivos políticos e ideológicos. Las condiciones de su reclusión son inhumanas, derivándose de ello que muchas mujeres presas hayan desarrollado diversas enfermedades. Muchas de ellas tienen hijos a los que no se les permite verlos. Sin embargo esta cifra debe ser insignificante ya que el régimen iraní oculta la mayor parte de la información sobre los detenidos políticos. Según los preceptos de los mullahs iraníes, las mujeres deben quedarse en casa y por lo tanto, cualquier actividad política o militancia es considerada un delito grave y como consecuencia unas represalias inhumanas. En el informe se cita la lista de mujeres políticas presas. Una de ellas es Maryam Akbari Monfared que fue detenida en enero de 2009 y condenada a 15 de años de prisión. Tres hemanos y una hermana de Maryam fueron ejecutados por el régimen entre 1981, 1984 y 1988. Otro hermano suyo, Reza, actualmente se encuentra preso en la cárcel de Rajaii-Shahr. Maryam remitió una carta al Representante Especial de la ONU para Irán, Ahmad Shahid, citando las palabras del juez que llevó su caso: “Usted está pagando el precio por las actividades de su hermana y hermanos”.
La mayoría de las detenciones se realizan de forma secreta e ilegal. La prisionera política Fatimeh A’arafi fue detenida por la Guardia Revolucionaria en su casa el 25 de agosto de 2015. Ella no había recibido previamente ninguna carta ni noticia verbal. Fue secuestrada en la calle porque había protestado por la corrupción del sistema judicial. En la carcel fue sometida a 42 días de interrogatorios y fue puesta en régimen de aislamiento.
Fuente JINHA
Traducido y reeditado por Newrozeke