El miércoles 1 de noviembre se cumplieron nueve años desde que la comunidad internacional llamó a la solidaridad con Kobane, ciudad de mayoría kurda en el norte y este de Siria (NES) que saltó a la fama en 2014 cuando combatientes locales, liderados por mujeres kurdas, lucharon contra el Estado Islámico (ISIS) que había sitiado la localidad.
Al ver la brutalidad de ISIS y el sacrificio de las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ) y las Unidades de Protección Popular (YPG) que perdieron cientos de sus miembros durante el asedio a Kobane, la gente se levantó y organizó manifestaciones en todo el mundo para mostrar su solidaridad con las fuerzas de autodefensa kurdas.
La Comisión Cívica UE-Turquía (EUTCC) inició una campaña denominada “Manifestación Global contra ISIS –por Kobane – por la Humanidad”. Esta reacción masiva en apoyo a los combatientes de Kobane fue el comienzo de lo que ahora conmemoramos como se “Día Mundial” el 1 de noviembre.
En muchos sentidos, los combatientes sirios y kurdos se quedaron solos en la lucha contra ISIS. Las fuerzas Peshmerga conectadas al Partido Democrático del Kurdistán (PDK) se retiraron cuando ISIS comenzó un gran ataque contra la población yazidí de Sinjar (Şengal) en el Kurdistán iraquí en agosto de 2014. Después de la retirada de los Peshmerga, los yazidíes fueron sometidos a una brutal masacre y esto permitió que ISIS se extendiera a partes de Siria, incluida Kobane.
Kobane está en la frontera norte de Siria con Turquía. Se podría pensar que Turquía, con el segundo mayor ejército de la OTAN después de Estados Unidos, estaría preocupada por las fuerzas terroristas cada vez más poderosas y cada vez más cercanas de ISIS. La historia lo desmentiría. Turquía estaba más preocupada por las fuerzas kurdas locales afiliadas al Partido de la Unión Democrática (PYD), que de hecho derrotaron a ISIS, alegando que el PYD estaba vinculado al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), a quien Turquía considera terroristas, aparentemente más que el infame ISIS. Por lo tanto, se negaron rotundamente a brindar apoyo a quienes lideraban la resistencia en Kobane. El presidente turco Erdogan llegó incluso a condenar el apoyo internacional a Kobane, a los combatientes kurdos y su lucha contra el terrorismo.
La batalla por Kobane terminó con la liberación de la ciudad y un mayor apoyo a las YPG, YPJ y al PYD. Pero las luchas de la gente de NES están lejos de terminar. Antes de que terminara la lucha contra ISIS, Turquía ya estaba llevando a cabo operaciones transfronterizas en el noreste sirio, y continúa haciéndolo. A menudo, estos ataques transfronterizos tienen como objetivo específico Kobane, faltando el respeto a los cientos de personas que murieron allí librando al mundo de ISIS.
En el Día Mundial de Kobane, Halide Türkoğlu, un parlamentario del opositor partido prokurdo por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (HEDEP) de Turquía condenó los ataques de Turquía contra el pueblo y la infraestructura de Kobane, diciendo: “Mientras la reconstrucción continúa en todas las áreas (…)el gobierno, que no puede tolerar esta victoria, continúa bombardeando esta ciudad, en su odio y animosidad interminables contra los pueblos de Kobane. Bombardean asentamientos civiles para despoblar la zona. Las mujeres y todos los pueblos de Kobane continúan resistiendo los ataques del gobierno mientras construyen sus nuevas vidas”.
A Türkoğlu se unieron los copresidentes del HEDEP, Tülay Hatimoğulları y Tuncer Bakırhan, quienes emitieron una declaración conjunta en la que afirmaban que los ataques de Turquía a NES “tienen como objetivo terminar lo que ISIS no logró hacer”.
El objetivo del Día Mundial de Kobane es recordar lo que ocurrió allí hace casi una década, pero va más allá de recordar. También es vital para nosotras estar agradecidas por el sacrificio de las YPJ y las YPG. No sólo estaban defendiendo su propia ciudad y a su propio pueblo, sino también defendiendo al mundo contra uno de los mayores males que jamás haya visto. Gracias a ellos, ISIS ha sido derrotado. Y es más importante que nunca sentir esa gratitud ahora, cuando Turquía ataca deliberadamente la infraestructura civil en Kobane y a lo largo de su frontera con NES.
La situación en el norte y el este de Siria se está deteriorando rápidamente mientras hablamos. Treinta y una escuelas se han visto obligadas a cerrar en la región de Jazira, dejando a más de 4.000 niños sin acceso a la educación debido a los bombardeos turcos. Las fuerzas armadas turcas también han atacado intencionalmente centrales eléctricas, dejando a más de 610.000 civiles sin acceso al agua en Al-Hasaka y sus alrededores. Human Rights Watch, una ONG con sede en Nueva York, ha calificado la situación de crisis humanitaria.
Así como el pueblo de Kobane y todos los combatientes locales en el noreste sirio se levantaron y se opusieron a ISIS, a pesar de no haber podido encontrar ayuda ni de sus vecinos turcos ni del PDK, nosotras ahora deberíamos levantarnos y oponernos a estos ataques contra ese pueblo. Tenemos que ser sus aliadas, como ellos lo fueron cuando más los necesitábamos.
FUENTE: Robin Fleming / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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