Visualizamos una Siria basada en la paz, la prosperidad y los derechos humanos. Todos los sirios merecen la libertad de vivir sin temor a los bombardeos, el acoso, la intimidación y la violencia. Todos los sirios que tuvieron que huir de sus hogares debido a la guerra, la inestabilidad y la ocupación, deberían tener derecho a regresar a sus hogares. Ningún sirio debería tener que preocuparse de cómo alimentarán a sus hijos, cómo sobrevivirán al frío invierno o cómo pagarán los medicamentos si se enferman. Solo deseamos paz y estabilidad para reconstruir, y que la economía de nuestra región se recupere.
Desafortunadamente, estamos muy lejos de donde debemos estar. En los últimos diez años, los sirios han visto tantas dificultades, muerte, guerra, violencia.
En el norte y el este de Siria, nuestro pueblo necesita mucha reconstrucción, luego del levantamiento civil sirio que comenzó en 2011, el brutal ascenso de ISIS en nuestra región y ahora Turquía.
En los últimos seis meses, Turquía ha acelerado significativamente el ritmo de los ataques con drones armados en nuestra región. Un análisis de la organización estadounidense JINSA muestra que Turquía ha lanzado al menos 23 ataques contra “objetivos kurdos” desde principios de agosto de 2021, muchos de los cuales han caído en el norte y este de Siria. El mes pasado, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan emitió una nueva ronda de amenazas contra nosotros, diciendo que tenía la intención de expandir sus operaciones “para eliminar las amenazas que emanan de Siria”. La inhumana ocupación turca de nuestra región continúa: la gran región agrícola de Afrin, así como las aldeas de las zonas de Serêkaniye (Ras al-Ain) y Tel Abyad (Gire Spi).
En Afrin, Turquía se ha comprometido, desde 2018, en una campaña sistemática para expulsar a la población kurda de la región y reemplazarla con habitantes que sean amigos del gobierno turco. Aproximadamente, 300.000 de los habitantes originales han huido. Ahora las brutales milicias respaldadas por Turquía patrullan las calles, robando nuestros recursos, vendiendo drogas y cualquier cosa de valor, promoviendo el extremismo islámico, e intimidando y acosando a las mujeres, a los pueblos marginados y a cualquiera que se atreva a criticar a los ocupantes turcos. Más de 400.000 nuevos habitantes han establecido su residencia en Afrin desde 2018, principalmente las familias de las milicias respaldadas por Turquía. Estas milicias respaldadas han tenido la audacia de llamarse a sí mismas “Ejército Nacional Sirio” (ENS). Pero estas milicias no sirven a Siria. Sirven Turquía. Y también reciben armas, cheques de pagos, apoyo logístico y órdenes desde Turquía.
En Serêkaniye y Tel Abyad, quedan pocos de los habitantes originales, y nuevos ataques con aviones no tripulados turcos continúan lloviendo sobre la región. Estas aldeas fueron invadidas por el ejército turco en octubre de 2019, durante las operaciones de llamada “Primavera de paz”, que provocaron decenas de muertos y más de 100.000 nuevos sirios desplazados. Estas personas desplazadas, la mayoría de las cuales viven en campamentos y refugios temporales en todo el norte y este de Siria, desean regresar a sus hogares.
Nuestro pueblo no ha provocado ningún ataque. Turquía continúa afirmando que nos están bombardeando debido a las preocupaciones sobre el terrorismo en el norte y el este de Siria. Pero no ha habido un solo ataque transfronterizo contra Turquía proveniente de nosotros. Lo que Turquía está haciendo, en realidad, es librar OTRO genocidio contra las minorías étnicas en nuestra región: kurdos, yezidíes, cristianos siríacos y otros. El presidente Erdogan golpea el tambor de guerra contra nosotros para despertar el sentimiento nacionalista y servir a su agenda política interna. Utiliza el racismo de los nacionalistas dentro de Turquía para consolidar su poder.
Turquía es nuestro vecino y deseamos tener buenas relaciones de vecindad. Pero, ¿cómo podemos sobrevivir con un vecino como este? Actualmente, es Turquía quien está robando al norte y al este de Siria la estabilidad que necesitamos para prosperar. Pedimos a la comunidad internacional que actúe para detener la agresión turca contra nosotros.
Nuestra gente está lista para hacer el trabajo de reconstrucción. Tenemos cientos de miles de personas que desean regresar a casa, volver a cocinar en sus propias cocinas, cuidar sus propios jardines y dormir en sus propias camas. Contamos con alumnos y profesores que desean volver a las aulas. Contamos con enfermeras y trabajadores de la salud que están listos para arremangarse y recuperar nuestro sistema de atención médica. Tenemos agricultores que desean volver a sus tierras con sus animales y hacer el arduo trabajo de proporcionar alimentos a nuestro país. Contamos con dueños de tiendas y personal de servicio listos para animar nuestras ciudades, pueblos y aldeas nuevamente con el comercio. Tenemos trabajadores de la construcción que están listos para reconstruir escuelas, carreteras, sistemas de riego y hospitales que fueron destruidos por explosivos. Tenemos artistas, músicos y bailarines que desean volver a llenar nuestras vidas de color y canto.
Pero primero necesitamos que la comunidad internacional presione a Turquía para que detenga su agresión contra nosotros. Necesitamos cielos libres de bombas y drones, para que podamos ver salir el sol en una Siria estable, segura y próspera.
FUENTE: Sinam Mohamad / Syrian Democratic Times / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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