“La madre de todas las batallas” siempre está. Ya sea en la ronda de los jueves en Plaza de Mayo, frente al Congreso luchando por el Aborto Legal, o en las montañas del Kurdistán solidarizándose con otras madres que luchan por sus hijos que ya no están. Desde hace 44 años, Nora Cortiñas pone el cuerpo para enfrentar a los poderosos y para denunciar todas las opresiones, porque es capaz “de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo”.
Hoy, por el coronavirus lo hace de otra forma: “Cuando empezó la pandemia tuve que quedarme adentro, pero mi militancia siguió. Lo único que se interrumpió fue ir los jueves a la Plaza”. “Sin embargo, en todos los lugares donde había injusticias, ahí yo estaba…”, reflexiona desde su casa, mientras apaga su otro teléfono que no paraba de sonar. “Las Madres fuimos a uno o dos actos presenciales, que fueron de gobierno, pero después todo fue virtual. Desde donde sea, tratamos de dar toda nuestra solidaridad para que las injusticias terminen. Así que pasamos estos quince meses con la actividad militante virtual”, expresa Norita, que durante la guerra de los cuarenta días en Artsaj de 2020 denunció el accionar del Estado turco: “El gobierno de Erdogan envía mercenarios a Azerbaiyán para sumarse a la guerra contra Armenia”.
-Pasó más de un año desde que llegó el coronavirus a la Argentina, pero las Madres de Plaza de Mayo no frenaron su militancia. Se acerca un nuevo aniversario de la primera ronda de los jueves de 1977. ¿Están preparando alguna actividad en especial?
-Hicimos muchas cosas, es cierto, y seguimos. Estamos preparando el acto para los 44 años de la primera ronda en la Plaza de Mayo, que es el próximo 30 de abril. Por ZOOM, vamos a hacer una exposición de relatos de las Madres con poemas y canciones. La idea es contar cómo empezamos y cómo sentimos cada una el momento en que se llevaron a nuestros hijos e hijas. Los relatos son casi siempre los mismos, cambian algunos detalles y, por eso, son parecidos.
Nora empieza recordar esos años del terrorismo de Estado: “Después del 24 de marzo de 1976, el horror se vivió en todas las familias. Nosotras empezamos en 1977 a ir a la Plaza. Pero muchas madres a las que la Triple A les secuestró a sus hijos e hijas, ya se movilizaban en 1975”. “El horror viene de atrás, de la época del Operativo Independencia, y los militares ya venían preparándose para dar el golpe de Estado, y así terminar con todos los derechos civiles y violar los derechos humanos”. En especial, ella recuerda a aquellas mujeres a las que les secuestraron sus bebés recién nacidos y se los apropiaron: “El acto más perverso fue quitarles su propia identidad”. “Así empezó la desaparición masiva y sistemática de personas. Denunciamos que son 30.000 detenidos-desaparecidos, pero se pueden calcular más también, muchos más, ya que varias familias atemorizadas, de que se llevaran a sus otros hijos, no llegaron a realizar la denuncia”, explica la Madre de Plaza de Mayo, y cierra: “Esta es una historia de terror y las secuelas fueron brutales”.
-Este mismo terror que sufrió el pueblo argentino desde 1976 hasta 1983 por la dictadura genocida, lo vivió el pueblo armenio entre 1915 y 1923 a manos del Estado turco. En varias oportunidades, comentó que tenía una vecina armenia que le transmitió esta historia. ¿Qué te acordás de lo que contaba?
-Una vecina de mi mamá que vivía cerca del barrio de Once era armenia. Ella había vivido esos años de horror cuando el Imperio Otomano empujó a la gente a morir en el desierto y en el mar. Esta vecina armenia le fue contando a mi madre toda la historia. Era una señora muy sencilla y estaba acostumbrada a pasar muchas penas. Recuerdo que se juntaban a charlar y que cuando mi mamá pelaba habas, la mujer armenia le decía: “Mercedes, no tires la cáscara”. Mi madre respondía que era dura, que no se podía comer y que se solía tirar, pero mi vecina le contestaba: “Nosotros las hemos comido. Hemos comido todo lo que salía de la tierra. Dámelas a mí”. Me acuerdo que se notaba en su mirada ese recuerdo especial. De esta forma, le contó lo que le hicieron al pueblo armenio y lo hizo queriendo recordar. A veces, hasta el horror una quiere rememorar, no querés olvidar nada de lo que viviste porque una piensa que en el recuerdo revive a los seres que no están, a los que nos han sacado de los brazos, y los tiene presentes. Así, vivimos con ella esos momentos de recuerdo tan profundo.
-Desde hace varios años que te solidarizas con el pueblo armenio y el pueblo kurdo. En 201,9 durante un encuentro con la diputada kurda Ebru Günay, expresaron que “en el mundo hay algo en común y es el sufrimiento de las madres”. ¿Qué une a las Madres de Plaza de Mayo con las Madres de los Sábados de Turquía?
-Como nosotras, ellas formaron las Madres de los Sábados, que se llamaron así porque tenían sus reuniones los sábados. En los últimos meses, tuvieron que cambiar su lugar de encuentro, porque son perseguidas por el Estado turco. Asimismo, están enjuiciando a nuestra compañera Emine Ocak, que tiene 84 años y es un símbolo de las madres. Su hijo, que era un profesor de 30 años y que laburaba en un salón de té en Estambul, fue detenido el 21 de marzo de 1995, fue torturado hasta la muerte y su cuerpo apareció unos meses más tarde en una tumba anónima de Estambul. Y hoy la persecución del Estado turco contra las madres y el pueblo kurdo todavía es muy fuerte. Por eso, nos igualamos y nos sentimos parte de la misma lucha. A ellas el gobierno turco las llevó presas y las reprime, acá la dictadura desapareció a Azucena Villaflor. Nos parecemos mucho y seguiremos luchando, porque, como ellas dicen: “Sin justicia, no habrá paz”.
Nora se queda pensando. Hace una pausa, se toma un tiempo y expresa lo que quieren las Madres de Plaza de Mayo en Argentina: “Estamos pidiendo por la apertura de los archivos porque sabemos que existen. En Página/12 salieron a hablar unos militares. Son tan asesinos y tan hipócritas”. “Igual, no contaron sobre lo que ellos hicieron, sino lo que hicieron otros compañeros suyos que ya murieron. Pero vamos a seguir luchando, como seguirán las Madres de los Sábados resistiendo”, retoma.
-En 2012, viajaste con Alejandro Haddad y Nicolás Valentini al Kurdistán turco para filmar el documental “Pañuelos para la historia”. Allí te encontraste con las Madres de los Sábados y las Madres del Kurdistán. ¿Qué te marcó de esa experiencia?
-Fue un viaje muy extraño para mí, porque no sabía que iba a ir a un país de Medio Oriente que tenía el mismo dilema y dolor nuestro. No me imaginaba que era tan profundo. Yo no me imaginé que íbamos a filmar una película junto a esas valientes madres que suben y bajan la montaña buscando a sus hijos que están desaparecidos, o los cuerpos de ellos que fueron asesinados. Imagina que por este documental, la gente me llama para decirme que es extraordinario el rol de estas madres que es tan parecido al nuestro. En el año 2021, en el siglo XXI, el Estado turco sigue reprimiéndolas y sigue matando a sus hijos y a los jóvenes. Como en 1915 los sultanes persiguieron a los armenios, los asirios y los griegos pónticos, Erdogan hoy hace lo mismo contra los kurdos y los que luchan en Turquía. Es igual y, por eso, nos da mucha pena y tristeza. Por esto, se tiene que terminar el odio entre los pueblos, porque los pueblos no se odian. Son los estados y los gobiernos los que negocian la guerra, que la necesitan para vender armas y ganar dinero extra. Entonces, solo los pueblos van a parar con este horror. El día en que se enojen mucho y dejen de confundir al enemigo, se darán cuenta que los otros pueblos son sus hermanos y que no son los culpables de las penas que pasan. Ese día se va a revertir la historia.
-Por último, antes resaltabas la consigna de las Madres de los Sábados de Estambul: “Sin justicia, no habrá paz”. En este sentido, ¿crees que cuando el gobierno de Turquía reconozca el genocidio armenio los pueblos podrán convivir en amistad y solidaridad?
-Es necesario que el gobierno turco reconozca el genocidio armenio. Cuando suceda esto será porque no va a poder perseguir al pueblo kurdo como lo está haciendo ahora. Sepan que las Madres de Plaza de Mayo -Línea Fundadora- estamos atentas a las vivencias de este pueblo y siempre vamos a apoyar el camino de la paz y la amistad, hasta que se termine todo este enfrentamiento. Porque los pueblos no son responsables de estas penas. Le mando un abrazo a toda la comunidad armenia.
FUENTE: Emiliano Lomlomdjian / Nor Sevan
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