Elif Değer y Fatma Ekinci viven en el distrito de Cizre, perteneciente a la provincia de Şırnak, al norte del Kurdistán. Hace cuatro años abrieron su propia sastrería en el distrito para hacerse independientes económicamente, más allá de los pensamientos patriarcales dominantes. En la sastrería llevan a cabo su profesión al mismo tiempo que manejan un negocio en el que también se venden los trabajos artesanales de otras mujeres. Elif y Fatma creen que las mujeres no deberían verse limitadas a cuatro paredes. “El verdadero lugar de las mujeres está en las calles y en la vida laboral”, han dicho.
Elif Değer, de 24 años de edad, sólo pudo asistir a la escuela primaria, pero se educó a sí misma por otros caminos. “Desde la niñez he estado interesada en las fábricas y la sastrería”, comenta. Asistió a una clase de costura y empezó a trabajar como costurera. Junto con su colega Fatma Ekinci decidió fundar su propio negocio. “¿Por qué deberíamos trabajar para otras personas? ¡Para hacer nuestro trabajo no necesitamos a ningún jefe!”, recuerdan que pensar, y abrieron la sastrería.
Las familias de Elif y Fatma apoyaron el proyecto de las dos mujeres. “Nos gustaría expandir nuestro negocio, pero a veces hay dificultades con las entregas de la fábrica. Y algunas fábricas no existen aquí. Hay preciosas fábricas en Estambul, pero no hemos tenido la oportunidad de ir allí”, comentaron.
La gente del distrito aceptó rápidamente el empleo autónomo de estas dos mujeres. Antes de la destrucción de Cizre por las fuerzas de seguridad turcas en 2015, el negocio iba muy bien. Ahora su facturación se ha reducido a la mitad.
Muchos clientes preguntan curiosos cómo dos mujeres tuvieron la idea de abrir su propia tienda. “Algunos de mis conocidas tomaron la iniciativa de abrir su propio negocio después de que nosotras diéramos el paso. Quiero decirles a todas las mujeres que sólo necesitan confiar en sí mismas. No hay ningún trabajo que una mujer no pueda hacer cuando se lo propone”, remarca Elif.
Por su parte, Fatma apunta: “Estoy muy feliz de que como mujer joven sea ahora económicamente independiente. Algunas familias reniegan que sus hijas trabajen. No fue así para mí. Mi familia me apoyó muchísimo. Lo más importante es decidirse por algo”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina