Mustafa Karasu, miembro del Comité Ejecutivo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), habló sobre a la actual Tercera Guerra Mundial, que tiene a Medio Oriente como escenario.
Además, confirmó que su organización mantiene retenidos a “20 funcionarios estatales” turcos, “incluidos dos de los supervisores regionales del MIT”, los servicios de inteligencia de Turquía.
“Los miembros del MITT capturados recientemente son funcionarios de alto rango”, aseveró.
El comandante insurgente brindó declaraciones en el programa Dilistan, de la radio Dengê Kurdistan.
“En Medio Oriente existe una Tercera Guerra Mundial. Esta guerra es distinta de la primera y segunda –explicó Karasu-. Las guerras mundiales ya no pueden tener el carácter antiguo, porque el carácter del capitalismo ha cambiado. Los términos utilizados hoy son los del capitalismo global, la sociedad de consumo, y el movimiento libre y seguro del capital”.
El integrante del PKK analizó que por estos días “hay una comprensión capitalista que facilita que las mercancías y el capital de todo el mundo entren en todas partes. Esta situación ha cambiado el carácter de la guerra. No habrá una guerra mundial dividida en frentes estrictos y llevada a cabo en los frentes de batalla de todo el mundo, como en la primera y segunda guerra mundial”.
Karasu aseguró que “el conflicto del capitalismo tampoco será resuelto. Dondequiera que haya capitalismo, Estado y poder, siempre habrá guerras y conflictos de intereses. En este sentido, los conflictos continuarán. Estos, a veces se profundizan y se convierten en caos, como la guerra en curso en Medio Oriente”.
El dirigente también aseveró que “Estados Unidos, Rusia y Europa también están involucrados en esta guerra. Incluso China y Japón están indirectamente involucrados”.
Karasu explicó en la actualidad, la guerra no tiene “frentes estrictos”, porque la actual guerra “el equilibrio de poderes es jerárquico como una pirámide”, pero se formará “con el tiempo como resultado de la guerra”.
La guerra de hoy, según el miembro del PKK, abarca “múltiples crisis, un gran caos y un alta complejidad. La razón más fundamental de esto es el callejón sin salida, los cuales los sistemas estatistas están atrapados en Medio Oriente”.
Para Karasu, “estamos llegando al fin del sistema estatal y gubernamental. En este sentido, uno de los factores más fundamentales en esta crisis actual, es el agotamiento de la capacidad del sistema estatista y de los poderes para resolver los problemas políticos y económicos en la sociedad”.
“Cuando surgieron los estados –detalló-, se les dio el rol de asegurar y defender el orden público. Pero, esencialmente, la realidad del Estado no ha surgido como tal en la etapa de la historia, sino más bien como una fuerza opresora de explotación. Estaba hecho para parecer una herramienta para asegurar el orden público y la seguridad para legitimarse. De esta manera, se ha creado como un aparato que abusa de las necesidades de la sociedad. El Estado es un fenómeno que crea una hegemonía sobre las sociedades, diciendo que satisface las necesidades de la sociedad”.
El comandante del PKK manifestó que “la civilización estatista está en un punto de colapso. Se ha entendido que el poder y el Estado no pueden resolver problemas. El sistema de civilización se ha convertido en una carga para las sociedades. Las sociedades ya no quieren llevar a los estados o gobiernos sobre sus espaldas. En este sentido, el Estado siempre ha sido redundante, pero se ha vuelto aún más obsoleto en este período y este hecho ha surgido claramente”.
“En las viejas guerras, las potencias beligerantes construirían nuevos equilibrios, de acuerdo con su fuerza militar y política, y crearían nuevos status quos. Pero ahora, es muy difícil para los estados, gobiernos y clases explotadoras crear un nuevo equilibrio a su gusto y nuevos estados. Ya no es posible salir de esta guerra sin reconciliarse con los pueblos, teniendo en cuenta los deseos de los pueblos, implementando los proyectos de soluciones por parte de los pueblos o garantizando la efectividad de los pueblos. Es por eso que las fuerzas de la democracia jugarán un papel en el final de esta guerra. El fin de esta guerra debe tener en cuenta la voluntad de los pueblos. Para ello, Abdullah Öcalan desarrolló un enfoque ideológico y paradigmático para resolver todos los problemas, en un momento en que el poder y el Estado han fracasado”, analizó Karasu.
El rol de Turquía
Al referirse al rol de Turquía en Medio Oriente, Karasu explicó que el Estado turco “ha aprovechado varios conflictos entre los estados capitalistas durante 150 años para mantenerse a flote. En el siglo XX, el Estado turco utilizó el conflicto entre los Estados Unidos y Rusia, en el período de la Guerra Fría posterior a la Segunda Guerra Mundial, para aplicar un genocidio contra los kurdos”.
“En la etapa actual, no hay tal período de guerra fría. Las características de los conflictos y del capitalismo han cambiado. Esto no significa que haya terminado el conflicto y los enfrentamientos. La rivalidad y el conflicto continuarán, pero no será como fue durante la Guerra Fría. Esto ha debilitado la mano de Turquía. Ahora, porque el carácter de la política ha cambiado, no hay polarización que se traduce en todos los caprichos de Turquía que se apruebe. Es por eso que se han enfrentado a los Estados Unidos, Europa y Alemania en particular”, detalló.
Según Karasu, cuando el apoyo extranjero hacia Turquía disminuyó, el Estado turco quiso “disolver el movimiento de libertad kurdo a través de ISIS para lograr influencia en Medio Oriente. En realidad, pretendían ganar influencia en Siria y construir un poder sectario y pro-turco a través de su relación con ISIS, y también detener la Revolución de Rojava”.
“La razón de este nivel de cooperación con ISIS fue sofocar el movimiento de libertad kurdo. Ellos formaron una alianza con ISIS para aplastar el despertar kurdo, no sólo en la Revolución de Rojava sino en las cuatro partes del Kurdistán”, expresó el miembro del PKK.
Para Karasu, los planes de Turquía “no funcionaron”, el gobierno sirio no cayó e “ISIS no prevaleció contra el movimiento de libertad kurdo. Eso interrumpió el plan de juego del AKP (partido gobernante turco). Entonces, con sus políticas de ISIS fracasadas, Erdoğan trató de reconstruir las relaciones con Irak e Irán para actualizar las antiguas alianzas contra los kurdos”.
Turquía y sus relaciones con Irán
Karasu fue claro al decir que “todas las políticas de Turquía se basan siempre en la animosidad contra los kurdos. Construyen todas sus alianzas para destruir a los kurdos. Están tratando de implementar el genocidio kurdo convirtiendo el Kurdistán en un terreno de expansión para la construcción de la nación turca. Ese es su plan y proyecto. Su pertenencia a la OTAN, su relación con la Unión Europea, todas sus alianzas sirven para este fin”.
“Hasta hace poco, Turquía estaba alabando a los suníes en el conflicto sectario sunita-chiíta. Estaban tratando de irritar a todos contra Irán. Ahora, debido a que su relación con Arabia Saudita y Egipto está tensada, quieren reconstruir las relaciones con Irán. Irán es consciente de esto. Irán sabe que Turquía, junto con Qatar, había alimentado a todas las organizaciones en Siria hasta hace poco. También tienen sus propias intenciones de utilizar la debilidad de Turquía”, sostuvo el comandante del PKK.
Para Karasu, todavía hay dudas de si Irán “aceptará las políticas de Turquía. Turquía anunció que actuarán conjuntamente, pero Irán refutó ese anuncio”. A su vez, explicó que si Teherán se alían con Turquía, “sería más perjudicial para el propio Irán”. “Si Irán comete un error así y ataca a la guerrilla (del PKK), como lo hicieron en 2011, sufrirán daños. Si Irán ataca, los kurdos resisten. Pero no creemos que sea tan fácil para Irán caer en los trucos de Turquía”, afirmó.
Los retenidos del MIT y el referéndum en Irak
Karasu también confirmó que el PKK mantiene retenidos a 20 funcionarios del Estado turco, dos de ellos integrantes de alto rango de los servicios de inteligencia turcos (MIT). “El estado y Erdoğan nunca hablan de estas cosas. La captura de estos miembros MİT es la captura del Estado y de Erdoğan. Es el cazador que se convierte en el cazado”, aseveró.
Por otra parte, Karasu se refirió al referéndum impulsado por el Partido Democrático de Kurdistán, en la región kurda de Irak. El líder del PDK, Masud Barzani, “dice que quiere independencia y que tiene derecho a la independencia, pero al mismo tiempo no acepta la autonomía del Êzîdxan”, criticó Karasu.
“Esta es una gran paradoja. Por supuesto, el referéndum es un derecho. Una provincia, un barrio, cualquiera puede celebrar un referéndum. Los kurdos ya han tenido su referéndum y han decidido que quieren vivir una vida democrática y autónoma”, destacó el comandante del PKK.
Igualmente, Karasu apuntó que “no se puede depender de la política del Estado turco y afirmar que eres independiente”, en referencia a la estrecha relación entre Barzani y el gobierno del AKP.
“La independencia es posible en una sociedad organizada, voluntariosa, democrática y libre. El PDK y Barzani están en desacuerdo con todo el mundo. Están en desacuerdo con el PUK, Goran y la sociedad en general. Sólo un grupo dentro del PDK tiene poder. Porque la sociedad no está organizada, por lo cual es débil. Sin mencionar que la libertad y la independencia no pueden lograrse a través de un Estado-nación. Pero el PDK ni siquiera sostiene la idea de independencia como los estados-nación del siglo XX. La Cámara Parlamentaria no puede entrar en Hewlêr (capital del Kurdistán iraquí), el Parlamento no funciona, ¿qué tipo de independencia es esa?”, cuestionó el miembro del PKK.
Para Karasu, el PDK no entiende la construcción de una nación democrática. Multilingüe y multicultural, porque todavía tiene una “mentalidad estatista”. “Para la resolución del problema, los kurdos y todos los pueblos necesitan pensar en la democratización. Mientras hacen eso, no necesitan pedir democracia de fuentes extranjeras. La democracia puede lograrse únicamente a través de la lucha, lo mismo para Turquía, Irak, Siria e Irán”, resumió.
Karasu aseguró que “la razón por la cual los jóvenes kurdos, árabes, persas, turcos e internacionales del Medio Oriente y de varios países de todo el mundo acuden a las filas del PKK y se unen a la Revolución de Rojava, es porque el líder Abdullah Öcalan defiende la libertad y la coexistencia de todos los pueblos y la democracia”.
“En un momento en que el capitalismo se ha hundido hasta el fondo y la gente ha sido lanzada a la desesperación, la mentalidad de la nación democrática y la línea del Confederalismo Democrático aparece en Medio Oriente como un oasis en un desierto”, remarcó.
FUENTE: ANF/Traducción y edición: Kurdistán América Latina