Del 12 al 15 de abril, Nesrin Abdullah, comandante y portavoz de las Unidades de Protección de Mujeres (YPJ), y Rohash Shexo, representante en Europa de Kongreya Star, han visitado Barcelona para encontrarse, dialogar y construir lazos con el movimiento feminista de la ciudad, como están haciendo en muchos otros territorios de Europa y Oriente Medio.
Desde las mujeres de la Plataforma Azadî, conjuntamente con las organizaciones CGT Cataluña, CNT Barcelona y la CUP, hemos organizado un programa de visitas que les ha permitido conocer parte del movimiento feminista de la ciudad: la asociación Ca la Dona (el viernes 12); los colectivos feministas de los barrios y comités de huelga del 8M (el sábado 13); mujeres sindicalistas de CGT, CNT, COS, así como del Sindicato de Trabajadoras del Hogar (Sindihogar); colectivos feministas decoloniales y TIC TAC (taller de intervenciones críticas transfeministas antirracistas combativas, el domingo 14); mujeres organizadas de la Izquierda Independentista; y finalmente, a diputadas en una visita al Parlamento (el lunes 15). Los encuentros les han aproximado también a las luchas populares de Barcelona a través de los espacios donde hemos acogido las sesiones o las comidas compartidas: CSA Can Vies, La Fusteria de Vallcarca, el Ágora Juan Andrés Benítez, Ateneo La Base y la Capilla okupada de la Misericòrdia.
Nos lo dijeron muy claro, vinieron a conocer el movimiento feminista de base para avanzar conjuntamente en una concepción amplia de la autodefensa. Autodefensa como la auto-organización de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad para poder afrontar colectivamente las violencias cotidianas del Estado, el patriarcado y el capitalismo. Para ellas una mujer no organizada es una mujer desprotegida.
El 23 de marzo se proclamaba la victoria sobre el Estado Islámico, tras una larga guerra en la que 700 mujeres de las unidades de autodefensa de mujeres han perdido la vida y en la que han contribuido a liberar 52.000 kilómetros cuadrados y a siete millones de personas. Zonas donde ahora se intenta desarrollar el Confederalismo Democrático bajo el paraguas de la Administración Autónoma de la Federación Democrática del Norte de Siria, y ampliar el modelo de convivencia intercultural que se ha implementado en Rojava desde la revolución de 2012. Así, en zonas como Manbij y Raqqa están creando asambleas y luchando contra la mentalidad patriarcal que arraiga en sociedades que han sufrido el ISIS durante años.
Ahora se enfrentan a otras amenazas: la de la mentalidad patriarcal que perdura, las células dormidas del ISIS y los presos provenientes de 49 países diferentes, que querrían que fueran juzgados en sus países de origen o en un tribunal internacional, soluciones que hasta ahora han sido rechazadas. Tienen también la amenaza de una invasión del estado turco, que ya ha invadido Afrin, donde solo un 20 por ciento de la población sobrevive después de que miles de personas fueran asesinadas por los bombardeos, como el que Nesrin Abdullah vivió a manos de 72 aviones en un solo día, y miles de otras huyeran a campos de refugiados. Una zona donde, tras la invasión turca, además del cambio demográfico y la asimilación cultural, con escuelas donde ya solo se habla el turco y el Islam es la única religión permitida, hay secuestros cada día y violaciones de mujeres.
Ante estas amenazas es importante la autodefensa, porque -como dicen- “aunque nos ataquen todos los estados del mundo, nos defenderemos, y aunque tengamos todo el armamento del mundo, no atacaremos”. Por ello, las YPJ, creadas en 2011 y que reúnen unas 35.000 mujeres, están abiertas a cualquier mujer que rechace la mentalidad masculina y de opresión de los ejércitos estatales y hoy están conformadas por mujeres no sólo kurdas, sino también árabes, yazidíes, asirias, caldeas… de etnias, culturas y creencias muy diferentes.
Pero las YPJ son, además, mucho más que unidades de autodefensa; son parte de todo un sistema de autoorganización social basado en las comunas, sus comités (políticos, de educación, de justicia, de ecología…) y su sistema de copresidencia, formado siempre por un hombre y una mujer. Son parte de un nuevo sistema de organización que tiene a las mujeres como sus protagonistas, y que ha conseguido no solo enfrentarse y vencer al ISIS, sino también mantenerse en una zona en continuo estado de guerra mientras subvertía el orden social que tradicionalmente habían estado ocupando las mujeres.
Una revolución de la que escasamente llegan noticias, salvando las famosas imágenes de los medios mainstream de guapas guerrilleras luchando contra el ISIS, y que gracias a esta visita el movimiento feminista ha podido conocer de primera mano. Tanto Nesrin como Rohash insistieron en la importancia de la auto-organización y el apoyo mutuo entre las mujeres, porque, como Nesrin señaló: “La victoria contra el ISIS no es solo una victoria de las YPJ, sino una victoria contra la mentalidad patriarcal y una victoria dedicada a todas las mujeres del mundo”. Sea en Barcelona o en Afrin, la violencia del patriarcado y el capitalismo se manifiesta de formas diferentes contra las mujeres.
Por eso con estos encuentros se ha querido fortalecer lazos, conocer otras realidades y compartir experiencias. Una forma de ir construyendo redes y alianzas entre mujeres del mundo. Estos encuentros nos recuerdan que hoy, seamos mujeres de Kurdistán o de Catalunya, seguiremos gritando “¡Si tocan a una, nos tocan a todas!” o “Jin, Jiyan, Azadî” (mujer, vida, libertad, en kurmanji), sabiendo que nuestra lucha es universal.
FUENTE: Azadi –Plataforma en Solidaritat Amb El Poble Kurd- / Rojava Azadi Madrid