Los ataques genocidas lanzados el 9 de octubre pasado por el ejército turco y sus grupos mercenarios contra los territorios del norte y el este de Siria, ya se cobraron la vida de cientos de civiles, incluyendo mujeres y niños, y dejaron a muchos pobladores heridos. Además, más de 300.000 personas fueron desplazadas de sus hogares y tierras.
Los civiles desplazados de Serekaniye (Ras Al Ain) y las zonas circundantes, están luchando por vivir en circunstancias difíciles en las escuelas vacías y en el campo de refugiados de Washokani, recientemente construido por la Administración Autónoma de del Norte y el Este de Siria (AANES), cerca de la ciudad de Heseke.
Miles de niños y niñas se vieron privados de su educación a causa de la invasión. Los niños y niñas víctimas de la ofensiva turca intentan superar el terror y el trauma que acaban de experimentar.
La pequeña Nêwîn Xabûr, cuya familia se vio obligada a trasladarse de Serekaniye a Heseke, ha sido testigo de la masacre de niños y civiles durante los ataques aéreos del Estado turco en su tierra. Nêwîn fue testigo de cómo sus casas y aldeas, atacadas por bombardeos, fueron demolidas, saqueadas o confiscadas.
Nêwîn Xabûr afirma: “Numerosos niños y civiles han sido asesinados aquí. Mis amigos fueron masacrados por el Estado turco ante mis ojos. ¿Por qué todo el mundo guarda silencio sobre esto?”.
La pequeña quiere volver a su ciudad natal y a la escuela lo antes posible. Nêwîn Xabûr: “Echo de menos jugar con mis amigos. Me temo que los aviones turcos podrían lanzarnos bombas en cualquier momento”.
Nêwîn termina sus palabras con un llamado a “unirse contra el terrorismo de Erdogan”.
Para ver el video: http://anfdns.com/vod/07.12.2019_Heseke-Ezidi-zarok-Newin-Xabur_1.mp4
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina