Durante la última semana en Afrin*, el asedio de las zonas densamente pobladas se ha reducido y el número de muertos ha aumentado: 220 y 600 civiles heridos, según la autoridad local de salud kurda, pero los medios internacionales apenas lo mencionan.
En una ladera verde en Afrin, en el norte de Siria, milicianos árabes aliados al ejército turco que invadió este enclave kurdo hace siete semanas capturaron a un grupo de aterrados civiles kurdos. Los milicianos, formados y fuertemente armados, gritan “cerdos”, “proxenetas” y “cerdos del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán)” mientras cantan “Alá Akbar (Dios es grande)”. Los kurdos, con sus manos levantadas en el aire, son llevados por los milicianos y su destino es desconocido.
Hay muchos videos y fotografías de Afrin tomadas por kurdos y miembros de las fuerzas turcas que muestran el bombardeo de casas, los cuerpos destrozados de niños asesinados por las explosiones y otros civiles kurdos que fueron detenidos. Una horrible selfie tomada por un miliciano yihadistas lo muestra mirando a la cámara, mientras sobre su hombro izquierdo hay un automóvil civil quemado, en el que todavía está sentado el cadáver del conductor; sus dientes blancos se ponen en relieve porque el resto de su cuerpo está quemado.
Si alguna de estas imágenes proviniera de Ghouta Oriental, estarían dirigiendo todos los noticierios de televisión y dominando las primeras páginas. Nikki Haley, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, estaría retratando imágenes de niños muertos y moribundos. Pero debido a que estos eventos están ocurriendo en Afrin y no en Ghouta Oriental, en el mismo país pero a 200 millas de distancia, son ignorados casi por completo por los medios y por los políticos extranjeros.
Afrin está viendo el comienzo de una tragedia que podría ser tan mala o peor que cualquier cosa que se haya presenciado hoy en Ghouta Oriental o en Alepo Oriental en 2016. Cuando se ven imágenes de niños enterrados bajo concreto roto, uno tiene que buscar información adicional para saber si las muertes son de kurdos asesinados por el bombardeo turco en el norte de Siria, o personas en Ghouta Oriental masacrados por el gobierno sirio al mismo tiempo y de la misma manera. La mayor diferencia entre las dos situaciones es que las atrocidades en Damasco son publicitadas por los medios de todo el mundo, mientras que en el caso kurdo no se las considera como dignas de mención.
Durante la última semana en Afrin, el asedio de las zonas densamente pobladas se ha reducido y el número de muertos ha aumentado: 220 más 600 civiles heridos, según la autoridad local de salud kurda. Es probable que el sufrimiento empeore mucho más. El avance turco se está acelerando, algo que los kurdos creen que está sucediendo porque Turquía sabe que la atención internacional se centra exclusivamente en Ghouta Oriental. El jueves, las fuerzas turcas anunciaron que habían capturado la ciudad de Jinderes, estratégicamente situada al suroeste de la ciudad de Afrin. Este último es el centro urbano más grande del enclave donde se ha refugiado la mayoría de la población expulsada de sus aldeas en el campo. Tal es el caos en Siria que nadie sabe cuántas personas están atrapadas en Afrin, con la ONU dando una cifra de 323.000 pobladores y los líderes kurdos diciendo que se acercan al millón.
Afrin es aproximadamente tres veces más grande que Ghouta Oriental antes del último asalto del gobierno sirio, pero, como hemos visto en otros asedios en Siria e Irak, las víctimas civiles aumentan a medida que los sitiadores presionan a la gente en zonas cada vez más pequeñas. La estación de bombeo de agua de la ciudad de Afrin fue atacada en los últimos días, reduciendo la disponibilidad de agua potable.
Al igual que con Ghouta Oriental, no se sabe si los habitantes locales son libres de abandonar Afrin o si están detenidos como “escudos humanos”. Elham Ahmad, la copresidenta del Consejo Democrático Sirio, que administra las áreas controladas por los kurdos y que acaba de regresar de Afrin, lo negó y me dijo que las personas podían irse.
Como en Ghouta Oriental, ¿a dónde irán estas personas pobres de Afrin si dejan sus hogares? En el mejor de los casos, terminarán en un campamento de refugiados e iniciar el camino hacia allí puede no ser lo más seguro, ya que los kurdos capturados que se muestran en el video mencionado anteriormente aprendieron lo que puede suceder. Afrin está a cierta distancia de las principales áreas de mayoría kurda y el camino tiene para bordear las posiciones del ejército turco y atravesar un territorio controlado por el gobierno sirio.
Entre las razones para que los kurdos en Afrin permanezcan donde están es la naturaleza de las fuerzas turcas que invadieron la ciudad el 20 de enero. Hay tropas regulares y fuerzas especiales turcas, pero también hasta 25.000 combatientes que operan bajo el nombre general del Ejército Sirio Libre (FSA). Pero la evidencia de primera línea y de antiguos miembros de la FSA y de ISIS sugiere que muchos de estos son islamistas curtidos en la batalla, que previamente habían luchado con ISIS y Al Qaeda. Detestan a los kurdos respaldados por Estados Unidos, que poseen el 25% de Siria, por lo cual se produjo la derrota islamista en la lucha por Siria. Ningún kurdo que caiga en sus manos estará a salvo.
Los kurdos tienen un temor adicional de estar a punto de convertirse en víctimas de una campaña de limpieza étnica en virtud de la cual serán expulsados de Afrin total o parcialmente. Este enclave ha sido tradicionalmente una de sus áreas principales, pero el día después de la invasión, el presidente Recep Tayyip Erdogan dijo que “el 55 por ciento de Afrin es árabe, el 35 por ciento son los kurdos”. Añadió que el objetivo de Turquía era “devolver Afrin a sus legítimos dueños”. Es una amenaza que conlleva más amenaza porque la guerra siria ya ha visto una amplia limpieza sectaria y étnica, aunque la expulsión de un grupo étnico particular de Afrin sería todavía mayor que los ejemplos anteriores.
Los kurdos de Afrin podrían terminar como los griegos en Chipre que huyeron o fueron expulsados de la parte norte de la isla por la invasión turca de 1974 y todavía están tratando de regresar a sus hogares y tierras 44 años después.
Me golpeado desde 2011 la forma desequilibrada en que los medios de comunicación informaron sobre la guerra siria. Se prestó gran atención a los sufrimientos infligidos a la población de Alepo del Este en 2016 bajo el ataque del gobierno sirio y los ataques aéreos rusos, pero se notó muy poco la destrucción casi completa de Raqqa en manos de ISIS, con masivas bajas civiles, de la mano de la coalición liderada por Estados Unidos.
Solía atribuir esa cobertura desigual de la guerra a las mayores habilidades y recursos de la oposición siria para registrar y publicitar las atrocidades cometidas por el gobierno sirio y sus aliados. ISIS no tenía ningún interés en el destino de los civiles bajo su control. Pero en Afrin no hay escasez de videos sobre el sufrimiento de los civiles, pero simplemente no se transmite ni se publican ampliamente. En muchos aspectos, el papel de los medios internacionales en la guerra siria ha sido tan parcial y engañoso como las partes beligerantes dentro del país o sus patrocinadores extranjeros.
*Fecha original de publicación 9 de marzo de 2018
FUENTE: Patrick Cockburn, desde Qamishlo / The Independent / Traducción y edición: Kurdistán América Latina