Meryem Kobane ha sido la comandanta general de las YPJ (Unidad de Defensa de las Mujeres) en la región de Kobane. Bajo su mando las YPG (Unidades de Defensas del Pueblo) y las YPJ resistieron al asedio del Estado Islámico más de 4 meses y finalmente derrotaron a los jihadistas en Enero de 2015, así decretando el comienzo del fin del Estado Islámico.
La derrota de Kobane fue también una derrota del presidente turco Recep Tayyip Erdogan que durante el asedio había declarado: “Kobane está al caerse. Kobane va a caer”.
Así no fue.
Hoy la comandanta Meryem Kobane dice a Berria: “Nuestro pueblo ha luchado para toda la humanidad en Kobane. Lo que nos ha inspirado a lo largo de los meses de asedio ha sido también la solidaridad internacional, sobre todo de las mujeres que desde todo el mundo nos hacían llegar su apoyo. Hoy este pueblo, el pueblo kurdo esta otra vez luchando para toda la humanidad. No apoyar a los kurdos en estos momento seria escribir una página negra y de vergüenza en la historia del siglo XXI”.
-¿Cuál es tu mensaje para la comunidad internacional?
-Hay dos lugares hoy donde se toman decisiones: las Naciones Unidas y la OTAN. Es allí que la comunidad internacional, y sobre todo las mujeres tienen que ir para gritar fuerte y claro que la agresión de Turquía tiene que parar.
Los que ayer para la comunidad internacional eran héroes y heroínas no pueden hoy ser invisibles. Por eso pedimos a las amigas y amigos en el mundo de hacer sentir su voz en los lugares de poder.
-Haces un llamamiento sobre todo a las mujeres…
-Sí, porque hoy en Serekaniye y a lo largo de toda la frontera una vez más hay mujeres en primera línea para defender el honor de nuestro pueblo, la memoria de nuestro mártires pero también nuestras conquistas. Porque la lucha por la libertad ha sido y es sobre todo la lucha para la libertad de las mujeres. Por eso no es suficiente manifestarse en las calles. Es importante ir a los centros de poderes donde se toman decisiones y contar lo que estamos pasando en estas horas en el norte y este de Siria. Las mujeres tienen que contar como Turquía está matando a niños, a mujeres, a jóvenes, a ancianos. Porque Erdogan tiene la misma cara de Al Baghdadi (el jefe del Estado Islámico).
Esta guerra non se puede parar con las palabras. Pero si con las prácticas, que quiere decir con la denuncia constante en los lugares donde incluso se encuentran los interlocutores de esta guerra. Y me refiero sobre todo a los Estados Unidos, pero también a Alemania y el Reino Unido.
-La invasión turca ha empezado en Serekaniye, y no casualmente…
-Serekaniye es un lugar históricamente importante para los kurdos. Es aquí que empezó la Revolución de Rojava. Aquí es donde la convivencia entre diferentes naciones ha florecido en estos años desde la liberación de la ciudad, en Julio de 2013. Aquí viven kurdos, árabes, arameos y chechenos. Y también es aquí que se encuentra Tell Halaf, que dio el nombre al periodo Halaf, entre el 6100 a.C. y el 5400 a.C.
Así que no es casual que Turquía haya empezado su invasión aquí. Porque el objetivo es exterminar a los kurdos pero también a las otras culturas que en esta región están conviviendo pacíficamente bajo la Administración Autónoma creada con la Revolución.
Nos auguramos que así como Turquía ha empezado su invasión en Serekaniye, aquí será donde encontrará su fin.
-Además Turquía ya ha empezado a atacar las prisiones donde están detenidos los mercenarios del Estado Islámico, como denuncian las Fuerzas Democráticas Sirias, confirmando que Erdogan quiere liberar a los mercenarios del Estado Islámico.
-Precisamente. Es interés del mundo entero evitar que esta guerra siga. Porque si no actúan ahora serán cómplices del regreso de una mentalidad reaccionaria que es la de la Turquía de Erdogan y de sus mercenarios, se llamen como se llamen. Son las dos caras de una misma medalla.
Nosotros resistiremos porque la resistencia es nuestra libertad. Los kurdos resistirán donde sea que se encuentren. Pero esa no es solamente nuestra lucha. Si esta guerra no se para las consecuencias serán catastróficas para toda la humanidad.
FUENTE: Órsola Casagrande / Berria / Rebelion