La representante en América Latina del Movimiento de Mujeres Kurdas, Melike Yasar, explicó las consecuencias del intento de golpe de Estado en Turquía y recordó que el pueblo kurdo sufre una represión sistemática desde hace décadas.
Con el intento de golpe de Estado en Turquía todavía a flor de piel, el futuro de ese país oscila entre la incertidumbre y la realidad concreta de las medidas tomadas en la última semana por el gobierno Recep Tayyip Erdogan, que concentran el poder en su figura y permiten una represión masiva contra quienes considere opositores.
El estado de emergencia por tres meses decretado por el Ejecutivo turco ya tuvo sus frutos. El gobierno de Erdogan despidió a 60 mil trabajadoras y trabajadores, suspendió a tres mil jueces, encarceló a casi 50 periodistas y barrió a cientos de militares que, según el mandatario, estuvieron implicados en los planes desestabilizadores.
En diálogo con Resumen Medio Oriente y Marcha, Melike Yasar -representante en América Latina del Movimiento de Mujeres Kurdas-, explicó que para el pueblo kurdo que habita el sudeste del país “no cambia nada” con el nuevo panorama, ya que desde hace más de un año sufre “un golpe civil” encabezado por “un gobierno dictatorial que destruyó todas las ciudades kurdas”, en referencia a Erdogan y su partido AKP.
“En el Kurdistán turco hace más de cuarenta años que se vive bajo un estado de emergencia y con una represión muy fuerte contra el pueblo”, resumió Yasar, y agregó que desde mediados del año pasado, la región sufre una guerra desatada con el gobierno, que ordenó el bombardeo de varias ciudades y aldeas, asesinando a cientos de civiles.
Para la dirigente kurda, si el golpe se concretaba “habría sido muy terrible”, pero igualmente no existen grandes diferencias con el actual gobierno. “En el país no existen derechos humanos ni ética, no se puede decir que este golpe era a favor de la democracia”, sintetiza.
Yasar, que también integra el Congreso Nacional de Kurdistán (CNK), recordó que el líder del movimiento kurdo, Abdullah Öcalan advirtió hace dos años que Turquía tenía dos caminos: “O profundizar la democracia o empezar con los mecanismos de golpe de Estado. Y eso está pasando, porque en un Estado donde no existen democracia y derechos se puede hace cualquier cosa”.
Por estos días, desde el pueblo kurdo se ha llamado la atención sobre la situación que atraviesa Öcalan, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que desde hace 17 años se encuentra encarcelado en la isla-prisión de Imrali, ubicada en el mar de Marmara. “Nuestra gran preocupación es que en este caos alguien pueda hacer algo contra Öcalan. Hace más de un año no hay noticias sobre él, su familia y sus abogados no pueden ir a la isla”, alertó Yasar. La integrante del Movimiento de Mujeres Kurdas afirmó que “si algo pasa contra Öcalan, la culpa es de Erdogan”.
Con respecto a las consecuencias del intento de golpe, Yasar señaló que “Erdogan quiere aprovechar este golpe para crear el sistema presidencial y también ganar gente”, por eso busca el respaldo de partidos de la oposición como el MHP y CHP, que oscilan entre la derecha y centro-derecha. Hace apenas unos días, Erdogan se reunió con los representantes de estas organizaciones, dejando afuera al Partido Democrático de los Pueblos (HDP), la tercera fuerza del país, que reúne al movimiento kurdo con sectores de la izquierda turca. “Hay una coalición anti kurda y anti democracia, que no quiere no ver la existencia del pueblo kurdo”, remarcó Yasar en referencia al partido gobernante y sus aliados.
La dirigenta kurda además analizó que ante la cantidad de conflictos internos y externos que tenía el gobierno, Erdogan digitó “una nueva agenda para Turquía, por lo cual muchos se olvidaron de estos conflictos”. Para Yasar, el presidente turco acomoda su discurso según la conveniencia, por eso ahora “dice que está junto al pueblo, se muestra como defensor de la democracia y rechaza ser un dictador”.
Ante esta realidad, Yasar explicó que la opción es crear un “bloque democrático muy fuerte democrático para cambiar la situación”, algo propuesto por el PKK y la Unión de Comunidades del Kurdistán (UCK). “Nadie olvida que Erdogan sacó la inmunidad a los diputados y le dio impunidad a los militares. Sabemos que el país va mal, pero tenemos un tercer camino que no está con el golpe ni con la dictadura civil”, resumió la representante del Movimiento de Mujeres Kurdas.
FUENTE: Leandro Albani/Resumen Medio Oriente/Marcha