Mucho antes de convertirse en comandante en jefe de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), el general Mazloum Abdi era un revolucionario kurdo con el plan de transformar la crisis de Siria en una oportunidad para su pueblo.
“¿Cuáles son las tareas revolucionarias que debe realizar el pueblo kurdo? ¿Qué deben hacer en este período histórico que atraviesa Siria? ¿Cómo deberían participar en la revolución popular siria con su carácter y rasgos nacionalistas, y su propio tipo de lucha? ¿Cuáles son los pasos prácticos que deberían tomar en esta etapa?”, planteó Abdi en un folleto de 2011, llamado Pasos prácticos para la construcción de la administración autónoma.
Mientras el gobierno sirio se aferraba al poder por la fuerza y los rebeldes de la oposición luchaban por tomar el poder, él y sus camaradas propusieron un tercer camino: ganar la autodeterminación para los dos millones de kurdos oprimidos del país, cambiando la sociedad desde cero.
Diez tumultuosos años después, en una rara entrevista sobre el terreno en el norte y este de Siria, tuve la oportunidad de preguntarle a Mazloum Abdi (también conocido como Mazloum Kobanê) cuánto de la visión revolucionaria que propuso en ese entonces se ha hecho realidad.
“Queríamos que la gente supiera que nuestro objetivo era liberar a la sociedad”
“La razón por la que publicamos este folleto, en 2011, fue para que la gente sintiera y comprendiera cuáles eran nuestros planes para el futuro, cuáles eran nuestras metas y qué estábamos esperando lograr”, me explicó.
Los kurdos de Siria, argumentaron Abdi y sus camaradas en ese momento, padecían cuatro problemas principales: la asimilación, la falta de organización política, la incapacidad para defenderse y los males sociales como la pobreza y el subdesarrollo. Ni el gobierno ni la oposición estaban interesados en encontrar soluciones a esto.
Por lo tanto, correspondía a la sociedad kurda construir su propia “administración autónoma”: un nuevo tipo de sistema basado en comunas y consejos, y protegido por las autodefensas locales, que se convertirían en las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ) y las FDS.
“En 2011, cuando publicamos este folleto, la guerra en Siria era entre un ala radical islámica y el régimen sirio y sus aliados. Y el conflicto (entre ellos) fue sobre quién iba a dirigir Siria, básicamente sobre la autoridad, quién iba a ser la autoridad en Siria”, observó Abdi.
“Emitimos y publicamos este folleto para asegurarnos de que la gente entendiera que nuestro objetivo y nuestra lucha no se trataba de la autoridad. Y no se trata de querer poner nuestras manos en Siria y controlarla. Queríamos que la gente supiera que nuestro objetivo es liberar a la sociedad”.
“Todavía estamos de pie y avanzamos”
En la evaluación de Abdi, el norte y el este de Siria ha podido construir el tipo de sistema alternativo en el que siempre creyó: “Todos esperábamos que alcanzaríamos este nivel”.
“Pero, por otro lado -señaló, con tanta calma y seguridad que la gran subestimación que estaba a punto de hacer apenas sonaba como una-, sucedieron algunas cosas que no esperábamos”.
“Mis amigos y colegas y yo no esperábamos, nunca esperábamos, luchar junto a tantos países dentro de la Coalición Internacional contra ISIS. No esperábamos luchar junto a ellos contra ISIS. Y, por supuesto, en 2011, no esperábamos que bajáramos hasta el final para liberar a Raqqa y Deir Ezzor”.
La victoria sobre ISIS tomaría media década, costaría -solo a las FDS- más de 10.000 vidas, y lanzaría su lucha local por la autodeterminación a un escenario global.
También trajo desafíos políticos imprevistos, ya que la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) traspasó sus raíces en las ciudades fronterizas kurdas para gobernar casi un tercio del territorio.
“Estábamos pensando entonces que estos pasos (para construir la Administración Autónoma) serían implementados en las regiones kurdas, y en algunas regiones donde los árabes son una minoría. Pero no esperábamos que hubiera ciudades que serían liberadas en el futuro, bajo nuestro control, donde los kurdos son una minoría”, explicó Abdi.
Abdi es honesto y autocrítico sobre las deficiencias que trajeron estos trastornos. Sus escritos de 2011 discuten la organización social y política más que la guerra, pero el enfoque total en la guerra contra ISIS se hizo necesario para la supervivencia, afirmó.
“Desde 2011, hemos utilizado prácticamente toda la mano de obra y la capacidad intelectual que tenemos para luchar contra el terrorismo. Por lo tanto, no nos enfocamos en mejorar el sistema, que era el plan que queríamos lograr”, dijo.
“Mis colegas y yo estuvimos ocupados con las interminables campañas contra ISIS, con la guerra contra el terrorismo. Es por eso que nuestra ala política y nuestra ala de organización social no eran tan fuertes, y (por qué) nuestro enfoque en estas dos alas no era tan fuerte como nuestro enfoque en las campañas contra ISIS. Por eso, vemos que hemos dejado algunos vacíos tanto en el ala social como en el político, que debemos trabajar duro para llenar”.
Ahora que ISIS ha sido derrotado, los líderes del norte y este de Siria están revisando tanto sus éxitos como sus deficiencias, en un esfuerzo por hacer precisamente eso.
“Estamos planeando concentrarnos en estos vacíos, para asegurarnos de llenarlos y realizar, o reformar, un sistema o una administración que sea aceptable para todos los componentes y todas las personas del norte y este de Siria”, me dijo Abdi.
“Este período será un período en el que todos comprendamos y aprendamos de los errores que cometimos en el pasado, y nos aseguraremos de reformar la administración para convertirla en un modelo que sea aceptable para todos los componentes y en el que confíen”, aseguró.
“Pero al final del día –agregó- estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho. A pesar de todos los problemas, a pesar de las muchas organizaciones terroristas que intentaron atacarnos y derrotarnos, a pesar de la invasión turca hace dos años, todavía estamos de pie, y estamos avanzando y mejorando lo que tenemos”.
Los logros de la revolución en curso
La visión ambiciosa del futuro que tiene Abdi refleja los sentimientos que quedaron claros en las conversaciones que tuve en toda la región.
Al rechazar el nacionalismo y el fundamentalismo religioso, y basar su sistema en la coexistencia, la descentralización y la libertad de las mujeres, la gente del norte y este de Siria ha logrado cosas que ningún otro gobierno de la región ha intentado siquiera. También insisten en que su revolución está lejos de terminar.
Aún se están construyendo nuevas organizaciones sociales. En Raqqa, que una vez fue la capital de ISIS, conocí a las lideresas de la Conferencia de Mujeres de Zenobia, una organización autónoma de mujeres que representa las áreas de mayoría árabe de Raqqa, Manbij, Tabqa y Deir Ezzor. Se estableció en junio de 2021 y sus lideresas me dijeron que su objetivo era “liberar a todas las mujeres sirias”.
Un comité también está en proceso de reescribir el Contrato Social del norte y este de Siria. Esta no será la primera vez que se revitalice el documento para que evolucione con las circunstancias cambiantes; la decisión de actualizarlo no provino de una orden de arriba hacia abajo, sino de un proceso consultivo con diferentes comunidades y organizaciones locales.
Me encontré con cuatro miembros del Comité de redacción completamente por casualidad: dos en la sede de una organización de mujeres en Qamishlo y dos en una discusión con los líderes de las tribus árabes y kurdas en Hasakah.
Una vez que se apruebe el documento, la AANES prevé celebrar sus primeras elecciones regionales desde 2017. Mientras representantes de la oposición y el gobierno se sientan en conferencias europeas y debaten una solución política sin resultados, el norte y el este de Siria ha persistido en su tercer camino, eligiendo la acción sobre las palabras.
Parte de esto es por necesidad. La aquiescencia occidental a la presión turca los ha dejado excluidos del proceso del Comité Constitucional. La Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU no hace ninguna referencia a su región en absoluto. Su objetivo declarado, la autonomía local reconocida dentro de una Siria descentralizada, democrática y multiétnica, es algo que ninguna otra parte en el conflicto ha estado dispuesta a aceptar hasta ahora, aunque continúan manteniendo la puerta abierta para las negociaciones.
La influencia de la filosofía de Abdullah Öcalan
También está en juego un profundo compromiso ideológico. El corazón teórico de la revolución del norte y este de Siria es la filosofía de Abdullah Öcalan, el fundador y líder encarcelado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Han pasado más de dos décadas desde que Öcalan fue expulsado de Siria, al comienzo de un complot internacional que llevaría a su captura por parte de la inteligencia turca. Desde entonces, ha estado recluido en régimen de aislamiento en una prisión insular de máxima seguridad. El gobierno turco viola sus propias leyes al negarle las reuniones con su familia y sus abogados. Se le ha impedido comunicarse con el mundo exterior durante años.
Sin embargo, sobre el terreno en el norte y este de Siria su legado está en todas partes. Las teorías políticas revolucionarias que desarrolló desde su celda de la cárcel se leen casi como si hubieran sido creadas con los desafíos de la región en mente.
Es posible que los líderes del norte y este de Siria no esperaran que algún día tuvieran la tarea de construir una administración que pudiera representar algunos de los territorios más diversos de Siria, y deshacer el daño causado tanto por los nacionalistas como por los fundamentalistas religiosos.
El concepto de Öcalan de “netewa demokratik” (nación democrática), una comunidad política que rechaza el Estado-nación a favor de la coexistencia y la solidaridad entre las comunidades del Medio Oriente, les dio un marco ideológico listo para enfrentar ese desafío.
En reuniones con una amplia variedad de instituciones y organizaciones comunitarias de la región, la gente citó “netewa demokratik” como una razón de su éxito y un marco para sus críticas.
Una integrante de la Casa de la Mujer en Manbij, que se convirtió en activista por los derechos de las mujeres después de sobrevivir varios años de ocupación de ISIS, me dijo que la filosofía “es para todas las naciones, no solo para una”.
“Nosotras, como mujeres, nos vemos a nosotras mismas y nuestros roles a través del proyecto de nación democrática –dijo-. Nos da una gran oportunidad de participar, en todas las áreas de la vida, desde las comunas hasta arriba”.
En las oficinas de Hasakah de la Academia de Mujeres Jóvenes Bethahrain, una miembro de la Unión de Mujeres Siríacas usó la idea para criticar a algunos kurdos nacionalistas en la administración: “La Administración Autónoma ha cometido errores, pero no pueden cambiar la realidad, porque nuestro proyecto se basa en la nación democrática. Algunos kurdos piensan que el proyecto es solo para ellos, necesitan comprender mejor esta idea”.
Le pregunté a Abdi por qué, en su opinión, este concepto en particular ha echado raíces tan profundas en el norte y el este de Siria.
“Hay dos enfermedades principales en Siria: el nacionalismo autoritario y el extremismo religioso. La gente aquí fue llevada por mal camino por otros grupos, ya sean islamistas radicales o autoritarios. La filosofía de la nación democrática es un antídoto para ambos venenos”, remarcó.
En sus escritos, Öcalan describe la nación democrática como “el modelo de nación menos expuesta a tales enfermedades de ser un Estado”, y “la mezcla de una patria común, idiomas y banderas a través de la amistad y el compartir y no la confrontación”.
Para Abdi, significa “una mezcla de las ideas de todos los componentes de la sociedad. Algo aceptable al mismo tiempo para todos los componentes, todas las religiones y etnias”.
También señaló que no se ha implementado a la perfección. Pero la fuerza armada que dirige, dijo, es prueba de que tiene valor.
“Un resultado que hemos visto son las FDS, una fuerza formada por todos los componentes, todas las religiones y etnias. Árabes, kurdos y asirios han luchado bajo una misma bandera y han derramado sangre para liberar sus ciudades y pueblos. Nadie dice que (las FDS) sean religiosas, étnicas o nacionalistas. Es una mezcla de todos los componentes”, destacó.
No todo el mundo quiere atribuir el éxito de las FDS de esta manera. Las mismas potencias occidentales que apoyaron la victoria militar del grupo sobre ISIS, han condenado la inspiración ideológica detrás de su lucha, persistiendo con una creencia infundada de que los dos pueden separarse.
Abdi, sin embargo, está abierto sobre las raíces de la filosofía política de la región. “Por supuesto, la idea de la nación democrática proviene de las ideas de Öcalan”, me dijo.
“Él es el fundador de esta idea. Todos saben eso. La posición de Öcalan aquí es muy especial porque pasó mucho tiempo en Siria, con la sociedad. Otra razón del éxito de la idea ‘netewa demokratik’ fue la base que construyó en esta área”.
“Personalmente, pasé mucho tiempo con él. Gané mucha experiencia con sus ideas. Mucha gente quiere usar esto en nuestra contra, pero es un hecho sobre el terreno. Es una realidad con la que hemos estado viviendo. Lo vemos como un punto de fuerza. No lo estamos ocultando”, reconoció.
La gente confía en el proyecto
Si las raíces filosóficas de la Administración Autónoma son una fuente de su fuerza, la voluntad de las personas que la construyeron y lucharon por ella es aún más esencial. Para Abdi, los éxitos de la región, desde 2011 hasta hoy, se remontan a este punto de partida.
Cuando hablamos a mediados de octubre, habían pasado dos años desde el comienzo de la invasión turca y la ocupación de Serêkaniye y Tel Abyad. Líderes de diferentes instituciones de la Administración Autónoma me dicen que muchos diplomáticos occidentales creían que este devastador ataque sería el final del proyecto. Hasta el día de hoy, la narrativa de que la revolución se rompió irremediablemente en 2019 persiste, a pesar de las realidades sobre el terreno.
Le pregunto a Abdi por qué el curso real de los acontecimientos ha sido tan diferente de lo que muchos observadores externos predijeron cuando comenzó la invasión.
“La gente pensó que este proyecto terminaría con la retirada de la Coalición (en 2019) –reflexionó-. Pero no sucedió. Yo diría que esto no es porque fuéramos fuertes militarmente, sino porque la gente confió en este proyecto”.
“Cuando la Coalición decidió retirarse de algunas ciudades, todo el mundo apostó por la caída de esas ciudades y la caída de la Administración. Pero ya pasamos dos años de lo que sucedió y las cosas siguen igual”, agregó.
Es esa resiliencia popular, me aseguró Abdi, lo que hará que su proyecto sea relevante para el futuro del país, a pesar de las imperfecciones y los desafíos. A pesar de todas las circunstancias cambiantes desde 2011, esta parece haber sido la constante esencial para comprender los logros políticos y militares del norte y este de Siria.
“Si vas a las calles y le preguntas a un sirio informado qué piensa de las tres ideas principales en Siria -si les preguntas a quién prefieren, a las FDS en comparación con la oposición y el gobierno- nos elegirán, porque el gobierno sigue la idea del nacionalismo y la oposición intenta imponer las ideas de los Hermanos Musulmanes y del islamismo. El único modelo democrático está en este ámbito”, explicó.
“Hay muchos frentes ahora en Siria y personas que tienen diferentes planes e historias para Siria. A pesar de todos los errores en nuestro sistema, a pesar de todas las brechas en nuestro sistema, todavía creemos que este es el plan más adecuado, la idea más adecuada para Siria”, finalizó Abdi.
FUENTE: Meghan Bodette / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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