Los pueblos árabe, kurdo, circasiano y turcomano están construyendo la convivencia juntos en Manbij, desde su liberación el 15 de agosto de 2016 por el Consejo Militar de Manbij (CMM) con el apoyo de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG/YPJ).
Manbij, una de las ciudades más importantes en el comercio y la agricultura de Siria, es ahora el puente entre norte y este del país con el resto de las regiones del territorio.
Más de 400.000 personas viven en Manbij, localidad que se encuentra a 90 kilómetros al noreste de Alepo, a 40 kilómetros al sur de Jarablus, 65 kilómetros al oeste de Kobane y a 45 kilómetros al este de Al Bab.
Manbij fue invadida siete veces en su historia y estuvo sometida a los mongoles, asirios, romanos, mamelucos, fatimíes, ayubíes, selyúcida, y finalmente por el Imperio Otomano.
Manbij, que significa ciudad santa, se convirtió en un punto clave de la región en la guerra civil siria. Tras el inicio de la guerra en 2012, la ciudad pasó a manos del Ejército Libre Sirio (ELS) y después fue ocupada por el Estado Islámico (ISIS) en 2014.
Las YPG/YPJ y el CMM lanzaron una operación militar para liberar la ciudad el 1 de junio de 2016. La localidad fue liberada el 15 de agosto de 2016.
La primera administración civil de la ciudad se creó el 20 de abril de 2016 en el pueblo de Sirin, en la provincia de Kobanê. El número de miembros del parlamento original era de 43, pero se incrementó a 132 tras su liberación.
En la asamblea celebrada el 20 de febrero de 2017, fueron elegidos la totalidad de sus miembros: un armenio, un checheno, ocho circasianos, 11 turcomanos, 40 kurdos y 71 árabes.
La ciudad, gobernada por el Consejo Civil de Manbij (CCM), está siendo reconstruida, y al mismo tiempo, sus residentes están desarrollando una economía basada principalmente en la agricultura y el comercio.
El castillo Necm, que se encuentra encima del río Éufrates, es uno de los lugares más emblemáticos de la región.
Tras sufrir tantas invasiones y represión, Manbij representa hoy un modelo para el futuro de Siria y Medio Oriente.
FUENTE: Rebaz Hesen / ANF / Edición: Kurdistán América Latina