Mala Jîn: empoderando a las mujeres y haciendo sociedades más fuertes

La Revolución de las Mujeres en Rojava (Kurdistán sirio) lleva más de 10 años. Las mujeres del norte y el este de Siria dedican su vida a ayudar y apoyar a otras compañeras en su vida cotidiana frente a todo tipo de dificultades y amenazas.

La Mala Jîn (Casa de Mujer) es una de estas organizaciones, que no sólo las ayuda y apoya, sino que trabaja activamente para que las mujeres y la sociedad vivan en libertad.

Un folleto, preparado por Kongra Star –la principal organización de mujeres del noreste sirio-, permite conocer mejor la experiencia de las Mala Jîn, y reconocer la labor y el compromiso de estas mujeres.

El sistema político de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) se basa globalmente en cuatro pilares: igualdad de género, autodefensa, diversidad cultural y religiosa, y ecología social. Estos elementos están interconectados, lo que significa que uno no puede lograrse sin el otro. La igualdad de género se entiende intrínsecamente ligada a los otros tres pilares.

Para poner en práctica estos principios, se han creado muchas estructuras en la AANES con el fin de luchar contra el comportamiento patriarcal en la sociedad. Una de estas estructuras es la Mala Jîn: un lugar al que las mujeres pueden acudir en busca de asistencia, apoyo, mediación, asesoramiento y protección.

En Rojava, las Mala Jîn son conocidas por su labor de mediación. Las mujeres que buscan ayuda y apoyo en asuntos familiares o casos civiles en los que están implicadas otras mujeres, pueden acudir a estos espacios en busca de ayuda.

La labor que desempeñan se enmarca en el mandato de “Justicia Social”, del Contrato Social establecido en 2016 en Rojava, que define la justicia social como la “base necesaria para organizar y proteger de forma autónoma la sociedad”. En las Mala Jin busca la resolución de problemas sociales relacionados con la justicia en las aldeas, barrios y comunas de distrito. También resuelve los problemas mediante el diálogo, la negociación y el consentimiento mutuo.

El primer Mala Jîn se inauguró oficialmente en la ciudad de Qamishlo, el 20 de marzo de 2011. Pero, como ya se ha dicho, fue el resultado de décadas de organización clandestina por parte de las mujeres kurdas, que construyeron una base para lograr la plena igualdad en sus familias y barrios.

FUENTE: Women Defend Rojava / ANF

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