El pueblo de Afrin optó que todos, desde los más jóvenes hasta los más viejos, resistan contra la invasión del Estado turco, ya sea en los frentes de combate o en las aldeas.
Cuando comenzó la operación de invasión, uno de los planes del Estado turco era que algunos individuos de Afrin fueran a las carpas que se habían instalado en la frontera, para de esa manera legitimar la ocupación. Pero la gente que vive en Afrin eligió resistir.
Las madres de Afrin cocinan para sus hijos que se encuentran en los frentes. De esta manera, refuerzan la resistencia desde la retaguardia. En el pueblo de Meydankê, en el distrito de Shera, las madres se reúnen todos los días a primera hora de la mañana para cocinar dos veces al día y enviar los alimentos a sus hijos en los frentes.
La madre Emine tiene un hijo que participa en los enfrentamientos. Ella dice que es la dueña de la tierra y que no la abandonará. “¿Quiénes son las personas en los frentes? Ellos son mis hermanos, hermanas e hijos. Y los respaldamos hasta el final. Porque estas tierras son nuestras, y no las abandonaremos para los turcos”, asegura.
Emine explica que los turcos no tienen ningún derecho en Afrin. “Nos bombardean todos los días. Pero deben recordar que incluso si nos derrotan a todos, estaremos aquí y no vamos a ir a ninguna parte”, afirma.
La madre Vesile tiene una hija en las YPJ y otro en las YPG. Dice que Erdogan no tiene nada que tomar en Afrin. “Todos deberían saber que no abandonaremos estas tierras. Nacimos aquí, y estaremos aquí hasta que arrojemos la última gota de nuestra sangre. Prevaleceremos”, expresa.
FUENTE: Ersin Caksu / ANF / Edición: Kurdistán América Latina