Los vínculos entre el Estado turco y el Estado Islámico (ISIS) se están volviendo cada vez claros a través de las declaraciones de yihadistas encarcelados por las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS). Islam Ahmed Muhammed Balusha (Talha al-Gazzawi), miembro del terrorista capturado por las FDS, reconoció el apoyo abierto de Turquía hasta 2015, y de la asistencia y cooperación continuas que el gobierno de Ankara les brindó.
Balusha nació en 1991 en la Franja de Gaza, Palestina. Su padre había trabajado en el departamento de policía y su hermano mayor para el servicio secreto palestino, antes de la victoria electoral de Hamas en enero de 2006. Entre 2004 y 2008, Balusha afirmó haber concurrido a las mezquitas dirigidas por Hamas y distribuir folletos. En 2008 se reunió con el líder salafista palestino Mahmoud al-Talib. Al año siguiente, se unió a la rama palestina de al-Qaeda, Jund-Ansar-al-Allah, y fue arrestado durante una redada en una mezquita. Después de tres meses y medio en prisión, fue liberado debido a su proximidad con Hamas. Hasta 2010, permaneció en las mezquitas de Hamas.
En 2010, Balusha conoció a al-Talib Yusuf Muktad y se unió al grupo Ansar Sharia. Balusha señaló que en 2011 estaba convencido de la idea del “Estado Islámico”. Luego quedó impresionado por cómo sus amigos y comandantes de Hamas se unieron a ISIS en 2012, los cuales viajaron desde Egipto a Siria a través de Turquía.
Después de que Mahmoud al-Talib fue encarcelado, Balusha permaneció con su familia durante dos años. Entonces recibió noticias de la muerte de sus amigos y observó cómo las personas cercanas a él fueron a la península del Sinaí egipcio a luchar.
En 2014, Balusha decidió unirse a ISIS y obtuvo una visa para ingresar a Turquía. Mientras tanto, se trasladó a Egipto. Con su amigo Shadi Davudi, viajó en diciembre desde Egipto al aeropuerto Ataturk, en Estambul. Desde allí voló a la ciudad de Urfa, que limita con Siria. En esa localidad fue recibido por los cuadros de ISIS, Abu Enes y Abu Ibrahim al-Turki.
Recordando una conversación con policías turcos a su llegada a Urfa, Balusha dijo: “Cuando nos bajamos del avión en Urfa, dos policías se nos acercaron. Estaban vestidos de civil pero armados. Nos llamaron de a dos para darnos pasaportes y anotaron nuestros nombres. Nos registraron y luego dijeron: ‘Está bien, vayan y únanse a ISIS’. Escuchar eso nos sorprendió mucho. Pensamos que nos arrestarían. Solo nos detuvieron durante cinco minutos”.
Después de este hecho, los yihadistas se reunieron en la plaza central en Urfa para ser transportados a Siria. Balusha y su amigo también fueron a la plaza y se encontraron con Abu Ibrahim al-Turki. El hombre, de unos treinta años, que hablaba turco y árabe, estaba en lugar con dos autos. Luego llegaron un hombre y una mujer extranjeros, y luego dos chechenos, dos argelinos y dos personas de Arabia Saudita a la plaza, que fueron llevados en vehículos a un lugar cerca de la frontera. En un pueblo cercano a Urfa, fueron alojados en dos casas, donde eran recibidas otras personas, que arribaban con sus esposas e hijos. Pasaron una noche en el pueblo y partieron nuevamente en auto al día siguiente. Junto con una guía, abrieron la valla fronteriza y cruzaron relajadamente a territorio sirio.
El grupo primero llegó a la ciudad de Siluk, cerca de Kobane, pero luego fueron enviados a Raqqa, donde recibieron su primer entrenamiento en la unidad de Abu Musab al-Zarkawi. Después de un tiempo, Balusha se trasladó a Azaz, donde fue herido de gravedad por un mortero, que dañó uno de sus riñones. Debido a esto, lo hospitalizaron en Raqqa, pero igualmente perdió un riñón. Posteriormente, fue enviado a la oficina de ISIS para los heridos y desde allí a Al Bab.
Con el tiempo, Balusha tuvo problemas con su otro riñón y la organización “Hayat al-Hijra”, afiliada a ISIS, lo envió a Turquía para recibir tratamiento. En julio de 2016, viajó a través de Jarablus hacia Antep, donde nuevamente fue recibido por Abu Ibrahim al-Turki. Balusha fue alojado en una casa de ISIS en Antep, compartiendo el lugar con otros 15 yihadistas de ISIS que se encontraban para recibir tratamiento.
En la casa de Antep, ISIS clasificó a las personas que necesitaban tratamiento según sus problemas de salud. Algunos fueron tratados en Antep, mientras que otros debieron ser enviados a Estambul. Balusha fue uno de los que va a Estambul para recibir tratamiento. Por un tiempo se quedó en Antep, donde siguió recibiendo un tratamiento. En la casa de Antep no solo se alojaban personas heridas y enfermas, sino también “personal turco” que traía cajas decoradas con banderas turcas y llenas de equipos de visión nocturna. Ese material, por las noches, era trasportado a Siria.
A finales de 2016, Balusha y Abu Ibrahim al-Turki fueron a un hospital privado en Aksaray, en el centro de Estambul, para recibir tratamiento. Allí lo operaron. Aunque no recuerda el nombre del hospital, Balusha afirmó que “está ubicado en uno de los lugares con más movimiento de Aksaray. Hay una estación de metro allí. Bajas y luego pasas. Se venden varias cosas en la plaza. Hay tiendas de ropa por un lado y restaurantes por el otro. No sé los nombres de las tiendas, estaban escritas en turco. Pero también había muchas tiendas de sirios. El hospital estaba allí, cerca del cuartel general de la policía de Fatih”.
Balusha relató que el hospital y el tratamiento fueron muy bien organizados. No solo los miembros de ISIS fueron tratados allí, sino también civiles. “Estaba claro quién venía de ISIS. Esto se podía ver en la ropa, las barbas y toda su condición. Me pareció que los médicos y las enfermeras también lo sabían. Es imposible que esto fuera desconocido para el Estado”, aseguró el palestino.
Después de la operación, Balusha fue dado de alta y llevado a una casa segura de ISIS, cercana del hospital. Debido a la cercanía, Balusho junta a otros yihadistas llegan caminando a la casa. El palestino también contó que Abu Ibrahim al-Turki siempre tenía un arma en la cintura, pero no la utilizó ni en Antep ni en Estambul.
“Una vez que salí a comprar ropa, la policía me detuvo. Me preguntaron de dónde venía. Tenía miedo de decir que venía de Palestina, por lo que dije que era de Siria. Me preguntaron: ‘¿Eres un miembro sirio de ISIS?’. Contesté que no. Me llevaron a otro lugar y me tomaron las huellas digitales. Me quedé allí durante unas seis horas. Cuando se dieron cuenta de que era palestino, me dieron un papel para que pudiera moverme libremente”, explicó Balusha.
El yihadista palestino regresó a Antep en marzo de 2017 y desde allí, con la ayuda del Ejército Libre Sirio (ELS), se trasladó primero a Azaz y luego a Idlib y Hama. Otra vez dentro de ISIS, Balusha junto a su esposa viajaron Tabqa. Al poco tiempo se trasladaron a Raqqa, pero como no era seguro, siguieron hasta Deir Ezzor.
El 24 de octubre de 2017, Balusha se separó de ISIS. Con su hijo y su esposa, se rindieron ante las Fuerzas Democráticas de Siria.
Sobre las relaciones entre Turquía e ISIS, Balusha aseveró: “Al igual que yo, miles de miembros de ISIS han sido tratados en Turquía. Todos saben que Turquía es la madre de todos los grupos yihadistas. Esto se aplica a los grupos yihadistas en Siria, Irak, Libia, e incluso desde Palestina hasta Afganistán. Turquía ha apoyado a ISIS de manera masiva. En 2015, los miembros heridos de ISIS fueron llevados repetidamente a Turquía en ambulancia y tratados allí. Estas eran personas del rango más alto. Fueron traídos a través de la frontera en Al Rai. Esto es bien conocido dentro de ISIS. Uno de los yihadistas de ISIS que resultó gravemente herido y transportado a Turquía en la ambulancia fue Abu Qasim, el oficial de inteligencia de ISIS para Hama”.
FUENTE: Beritan Sarya / ANF / Edición: Kurdistán América Latina