Con la derrota del ISIS a la vista, los kurdos ven la oportunidad de ver avanzar su causa en el región. ¿Ganarán las fuerzas kurdas mayor autonomía?
Mientras se desmorona lo que queda del Estado Islámico, las fuerzas vencedoras han comenzado a vislumbrar un futuro en la región. Las fuerzas iraquíes comienzan a prepararse para la paz en Mosul, ciudad donde se instaló hace tres años el grupo yihadista. En Raqqa, las fuerzas kurdas que ya poseen el control de cinco de sus barrios, comienzan a planear el futuro próximo y su causa. Cada uno de los grupos que han tomado parte en este largo conflicto que afecta a Irak y Siria, está trazando nuevos escenarios día tras día. Mientras tanto, Estados Unidos, Rusia e Irán se apresuran a empujones a través de la franja entre Siria e Irak, en poder del grupo capitulante. Está en juego mucho más que reclamar la victoria militar sobre el Estado Islámico, sino también la jugosa posibilidad de dar forma a la región centrándose en sus propios intereses. La lista de los deseos es grande y divergente. Los rusos ven la posibilidad de establecer su presencia en el corazón de la región, articulando ramas políticas y controlando sus intereses gasíferos y petroleros. Irán quiere consolidar su influencia en ambos países y EEUU, que no cuenta con una estrategia a largo plazo, ve la oportunidad de estropear los planes a sus rivales. En medio de las grandes luchas por el poder, otros han visto la oportunidad dentro del caos. Los kurdos de Irak y Siria han hecho poco por ocultar el hecho de que el vacío que viene tras la era del ISIS, marcará un momento histórico.
En Irak, el presidente del Gobierno Regional de Kurdistán, Massoud Barzani, ha convocado un referéndum sobre la independencia de la región kurda, que se llevará a cabo el 25 de septiembre. En Siria, las fuerzas kurdas, apoyadas por los EEUU y líderes en la lucha contra el ISIS, creen que su papel pueda llevar a obtener una autonomía más amplia. Las fuerzas kurdas están realizando constantes progresos en Raqqa, y en Irak, en las primeras fases de la lucha por Mosul, los peshmergas desempeñaron un papel importante para asegurar el norte y este de la ciudad.
Mientras Turquía e Irak han manifestado que no apoyarán una secesión en este país. Estados Unidos se ha negado a su vez a apoyar las conversaciones con respecto a una posible independencia kurda desde la invasión para acabar con el régimen de Saddam Hussein, uniéndose a las posiciones del régimen iraquí. Recientemente, un funcionario estadounidense manifestó que “esta posición no cambiará” e indicó que “no es el momento de redibujar las fronteras estatales, especialmente en Irak y Siria”.
Turquía ha creado un estrecho vínculo con el Gobierno Regional del Kurdistán iraquí, al ser beneficiario de la venta de petróleo que el gobierno regional hace llegar a través de un oleoducto con este país y, a su vez, como medio de mantener el status quo frente al apoyo estadounidense a las organizaciones kurdas de Siria, pues Turquía teme los vínculos de las mismas con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) con quien Ankara libra una letal insurgencia durante más de cuatro décadas en su propio territorio. En Erbil, capital del Gobierno Regional de Kurdistán, el Canciller de Seguridad de la Región, Masrour Barzani, declaró que Turquía no debe temer a los resultados del referéndum ya que éste solo dará forma a la relación bilateral entre Kurdistán y el resto de Irak. “No tenemos la intención de cambiar las fronteras de los estados vecinos. Simplemente se trata de una formalización para delimitar la frontera entre el Kurdistán y el resto de Irak. Es hora de aceptar que el actual modelo no está funcionando. Irak se encuentra dividido en la práctica y la votación reflejará lo que ya ha ocurrido. El referéndum dará paso a una negociación pacífica con Bagdad para que reconozca las aspiraciones legítimas de nuestro pueblo”.
Bagdad también espera su parte del pastel ya que sus fuerzas militares también han desempeñado un papel en la recuperación de las ciudades que perdieron hace tres años. Los dirigentes no están dispuestos a ceder una gran parte del país como precio a la victoria y no tienen intenciones de negociar regiones como Kirkuk, rica en petroleo. “¿Creen que ganaron la guerra?”, dicha pregunta la realizó un parlamentario en la capital iraquí. “Nosotros tenemos decenas de miles de mártires, ellos solo 42. Si hubiera alguna manera de deshacerse de ellos y mantener lo que es nuestros lo haríamos. Pero no la hay”.
En Raqqa, las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) continúan su avance y han denunciado el bombardeo de sus posiciones por fuerzas del gobierno sirio de al-Asad. Washington ha indicado que en la zona hay 2500 combatientes de las FDS. Desde entonces, 15 han sido asesinados, junto con más de 300 miembros de ISIS. Mientras Irán ha trasladado las milicias que apoyan al valle del río Éufrates, para mantener su influencia en un área que han controlado durante los últimos 14 años; esto ha obstaculizado en parte los planes de EEUU en el área sur del país.
Estas últimas semanas, Washington ha estado planificando cómo consolidar su influencia en la zona y asegurar su legado una vez que ISIS haya sido derrocado en Raqqa. Un funcionario norteamericano dijo a The Observer que las fuerzas kurdas no deberían pensar que su papel en la guerra les pueda conferir un protagonismo geopolítico más amplio una vez que finalice la guerra.
FUENTE: The Guardian/https://newrozeuskalkurduelkartea.wordpress.com/Foto: ANF