En la guerra de nunca acabar que hace siete años azota a Siria, el pueblo kurdo pudo desarrollar una propuesta política, social y económica que tiene grandes diferencias con las opciones más visibles. Estas opciones -que se tensan y enfrentan en el territorio sirio- son el mantenimiento del status quo del actual gobierno, liderado por Bashar Al Assad y el partido Baaz, o el desmembramiento del país a través de un sinfín de grupos terroristas, en un panorama similar a lo que sucede actualmente en Libia, donde existen dos gobiernos y cientos de organizaciones irregulares (incluido el Estado Islámico) que se disputan las regiones más importantes de la nación del norte de África.
Los kurdos aseguran que en Siria se desarrolla la Tercera Guerra Mundial y, aunque pueda sonar exagerado, es real que las principales potencias mundiales y regionales están en el terreno, en el cual no sólo dirimen cuestiones militares sino que se disputan el control de Medio Oriente, una región rica en recursos naturales, ubicada en un punto geoestratégico. Estados Unidos, Rusia, Irán, Turquía, Israel, Arabia Saudí, Francia y Gran Bretaña dejan ver que en Siria sus posiciones muchas veces se enfrentan, pero en otras oportunidades se alinean bajo un pragmatismo sin fisuras. Los pueblos del norte de Siria, encabezados por los dos millones de kurdos que siempre vivieron en el territorio con sus derechos totalmente negados, atraviesan las tormentas políticas y la destrucción militar por una fina línea de equilibrio, con la premisa de defender su proyecto de país, en el cual la democracia plena y la convivencia son pilares fundamentales.
Destrucción y resistencia
El Estado turco es uno de los poderes que mayor incidencia (e injerencia) tiene en Siria. Están por demás de comprobadas las estrechas relaciones entre el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan con diversos grupos terroristas, incluido el Estado Islámico (ISIS). En estos años, Erdogan no ocultó su objetivo de derrocar a Al Assad y, sobre todo después de 2012, exterminar a los kurdos de Siria y el proceso revolucionario que encabezan.
Cuando las Unidades de Protección del Pueblo y de las Mujeres (YPG/YPJ, autodefensas kurdas) comenzaron a liberar de terroristas a Rojava, la administración turca puso a disposición de ISIS y de otro grupos -muchos de ellos vinculados a Al Qaeda-, la logística y los armamentos necesarios para iniciar la ocupación de territorio. La zona que va de Jarablus a Al Bab fue la primera que el ejército turco, en alianza con los terroristas, arrancó al territorio kurdo de Siria, pese a las denuncias realizadas por este hecho. A principio de año, Erdogan ordenó la ocupación de Afrin, el cantón kurdo que junto a Kobane y Cizire conforman la administración autónoma kurda.
Desde el norte de Siria (Rojava), los pueblos que habitan ese extenso territorio confluyeron a partir de 2012 en una organización política, social y económica que intenta superar la estructura estatal construida durante décadas por el gobierno del clan Al Assad, como también derrotar a los grupos terroristas en diferentes regiones del país e ir creando, al mismo tiempo, nuevos espacios de autoadministración y autodefensa.
Las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) como brazo armado y el Consejo Democrático Sirio (MSD, por sus siglas originales) y el Movimiento por la Sociedad Democrática (TEV-DEM) como principales organización de autogobierno y toma de decisiones, son las partes más visibles de la Federación Democrática del Norte de Siria (FDSN), el territorio autónomo que incluye a kurdos, árabes, asirios, turcomanos, armenios, musulmanes, cristianos y yezidíes, entre otros.
Aunque existe una alianza táctica entre las fuerzas kurdas y la Coalición Internacional, encabezada por Estados Unidos, y Washington mantenga apostados en diferentes zonas del norte de Siria unos dos mil soldados, desde la Casa Blanca –y también desde Moscú, que controlaba el espacio aéreo de Afrin- le dieron vía libre a Erdogan para bombardear durante dos meses y luego ingresar a sangre y fuego.
El resultado es que la zona más pacífica de Siria, que había recibido a 500 mil desplazados internos, ahora es una tierra de nadie, en donde los grupos terroristas saquean los hogares, secuestran a los pobladores –por los que piden rescates de entre 3000 y 5000 dólares-, islamizan a la fuerza a los habitantes que se quedaron y son responsables del éxodo de al menos 150 mil civiles, que tuvieron que trasladarse a Shehba, en el norte de Alepo, y refugiarse en campos de refugiados precarios y en los cuales no ingresa la ayuda humanitaria internacional.
Desde que comenzó la ocupación turca en Afrin, el gobierno de Erdogan no tuvo todas las de ganar. Las YPG/YPJ ultimaron a más de 2500 soldados turcos y terroristas luego de que anunciaran la guerra de guerrillas como táctica en el marco de la Operación “Resistencia de la Era”. Aunque el golpe más duro para Ankara es que la FDNS continúa afianzando su poder organizacional y aumentando el respaldo de los pobladores de la región.
Diálogos Rojava-Damasco
En julio pasado, el MSD mantuvo reuniones oficiales con funcionarios del gobierno sirio, por lo cual se abrió un canal de diálogo que hasta ahora no había existido. La administración de Damasco sabe que las YPG/YPJ y las FDS, que controlan entre el 30 y 35 por ciento del territorio sirio, son efectivas en la lucha contra los grupos terroristas. El gobierno de Al Assad tiene claro también que entre los principales peligros se encuentra Turquía, que por todos los medios quiere ver caer a la administración siria. Por su parte, el MSD –en representación de la Federación Democrática- con estas conversaciones intenta una profunda reforma constitucional, que amplíe los derechos democráticos y culturales en Siria, y permita la institucionalización de la autonomía de hecho que ya existe en el norte del país.
En un comunicado posterior a la reunión, el Consejo Democrático Sirio explicó que la delegación encabezada por Îlham Ehmed, co-presidenta del MSD, consideró las conversaciones “como un paso importante hacia una solución política a la guerra”. Los asistentes a la reunión, efectuada en la ciudad de Dirbesiye, enfatizaron que “todas las fuerzas y partidos políticos están de acuerdo en que se debe de buscar una solución política a la guerra en Siria”. Desde el MSD además propusieron “fortalecer las negociaciones para la elaboración de una hoja de ruta hacia una Siria democrática y descentralizada”.
A principios de agosto, Kemal Akif, portavoz del Comité de Relaciones Diplomáticas del TEV-DEM, indicó que en esa primera reunión las partes acordaron formar comités que tienen la tarea de “redactar una hoja de ruta”. Akif recordó que “el problema kurdo es un problema en el que MSD está trabajando como parte de la solución de los problemas de los pueblos sirios. Creemos que las negociaciones que deberían tener lugar con el régimen serían de interés para todos los sectores”.
A mediados de agosto, el MSD mantuvo otra reunión con Damasco para avanzar en diferentes puntos, entre ellos el restablecimiento de algunos servicios cortados en el norte de Siria. Riad Darar, co-presidente del Consejo Democrático, declaró al diario Al Watan que la reunión “se centró en el autogobierno local, las posibilidades para participar en ello y la futura visión de la descentralización” del país.
Saleh Muslim, titular de Relaciones Internacional de la FDNS, explicó a su vez que en los encuentros con el gobierno “hubo bastantes discusiones técnicas y se hizo un trabajo conjunto”, pero las reuniones “no tuvieron lugar en cooperación con las instituciones del régimen”.
¿Jaque mate en Idlib?
Desde hace semanas se anunció una operación masiva para liberar la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, en la que se recluyeron los principales grupos terroristas -como Hayat Tahrir Al Sham, Jahbat Al Vatania Lil Tahrir, Ahrar Al Sham o Fath Al Sham-, muchos de ellos vinculados a Al Qaeda y que cuentan con al menos 30 mil combatientes.
Desde Moscú, Damasco y Teherán declararon su intensión concreta de encabezar un operativo militar que derrote a las fuerzas irregulares, mientras que Turquía y Estados Unidos (más allá de las “diferencias” de sus presidentes) presionaron para que lo que todavía denominan “oposición” no sufra bajas masivas. En el medio, los civiles -que rondan los tres millones- se encuentran en pleno fuego cruzado. La aviación rusa y siria ya realizó varios bombardeos y los terroristas mantienen una férrea política represiva.
En los últimos días, Rusia y Turquía llegaron a un acuerdo luego de tensas reuniones por las cuales la operación militar masiva por ahora quedó suspendida. Además, estipularon la creación de una zona desmilitarizada de hasta 20 kilómetros de ancho que dividirá las posiciones de las tropas sirias y los grupos terroristas.
Idlib, al ser fronteriza con el territorio kurdo de Siria y con Turquía, se presenta como un problema para las autoridades de la FDNS, ya que conocen al pie de la letra los objetivos de Ankara: desplegar toda su logística para trasladar a los terroristas hacia Afrin, como lo hizo desde zonas como Guta Oriental y Deraa.
Ante este panorama se especuló que las fuerzas de autodefensa de las FDNS –teniendo en cuenta las conversaciones con Damasco- podían participar en la ofensiva sobre Idlib. El 17 de septiembre pasado, el portavoz de las YPG, Nuri Mahmud, declaró que “ante la posibilidad de una campaña militar en la ciudad de Idlib y sus alrededores, algunos medios de comunicación han hablado de la participación de nuestras fuerzas en la misma”. “Este tipo de alegaciones son meras especulaciones y están muy alejadas de la realidad”, aseveró.
Mahmud agregó que como YPG y YPJ “aseguramos a la gente que nuestras fuerzas continúan su dura lucha contra la organización terrorista ISIS y que estamos decididas a eliminarla del noreste de Siria”. El portavoz explicó que “continuamos con nuestra legítima lucha contra el ejército turco invasor que ha declarado su presencia en Afrin como lícita y contra la organización terrorista ISIS, apoyada por el Estado turco”. Las palabras de Mahmud se conocieron luego de que el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, apuntara la posibilidad de que las YPG/YPJ participaran en la operación en Idlib.
Saleh Muslim, portavoz TEV-DEM, alertó el miércoles que las negociaciones entre Rusia y Turquía “solo fueron suficientes para reunir a las milicias de diferentes partes de Siria en Idlib”. “El debate sobre una gran ofensiva en Idlib –aseguró Muslim- no fue más que material de propaganda en los medios. Este fue un intento de engañar al público de Siria. No hay el más mínimo cambio en la cuestión de Idlib. En ese sentido, Irán y el gobierno sirio deben resolver este problema antes de que se convierta en un callejón sin salida”. Muslim denunció que la “mayoría de los mercenarios reunidos en Idlib eran extranjeros y fueron llevados a la región por la agencia de inteligencia turca (MIT).
“Durante su conversación con Putin, Erdogan declaró abiertamente que quería atacar el norte de Siria. A cambio del apoyo de Rusia en una nueva ocupación de Manbij, Turquía se ofreció a resolver el problema en Idlib. Sin embargo, Rusia rechazó esta propuesta porque Manbij no está bajo control ruso”, advirtió Muslim.
Mientras las presiones y tensiones se cruzan en Idlib, las Fuerzas Democráticas de Siria lanzaron la última etapa de sus operaciones para liberar la provincia de Deir Ezzor. Las FDS ya controlan la mitad de ese territorio, en el cual le dieron golpes mortales al Estado Islámico. Con la Operación “Tormenta de Cizire”, las FDS lograron liberar decenas de pueblos y aldeas y trasladar a sus habitantes a zonas seguras.
FUENTE: Leandro Albani / La tinta