La minoría kurda de Siria, aclamada como una aliada indispensable de Occidente durante la guerra contra el Estado Islámico (ISIS), enfrenta una ásoera negociación con Damasco para salvar su autonomía tan duramente ganada.
A principios del año pasado, el gobierno del presidente Bashar Al Assad tenía apenas el 17 por ciento del territorio sirio y no pudo hacer nada respecto a las instituciones autónomas que los kurdos han establecido en las áreas bajo su control.
Pero una sucesión de victorias respaldadas por Rusia sobre los yihadistas y una serie de facciones rebeldes han transformado el equilibrio de poder.
El gobierno de Assad ahora controla casi dos tercios de Siria y está decidido a reafirmar su autoridad sobre el territorio ocupado por los kurdos, que constituye la mayor parte del resto.
Reconociendo su posición debilitada, los líderes kurdos y sus partidarios abrieron conversaciones el mes pasado con Damasco, desesperados por rescatar todo lo que puedan de las instituciones que construyeron con tanto esfuerzo a lo largo de los años.
“Estamos tratando de preservar todo lo que construimos en términos del sistema autónomo, las instituciones, la democracia”, dijo el líder kurdo Saleh Muslim. “Pero hay una mentalidad que no aceptará esto de inmediato, por lo que tiene que suceder de forma gradual”, explicó Muslim a la AFP.
Antes del comienzo de la guerra civil de Siria en 2011, los kurdos eran una minoría oprimida en dentro de un Estado de partido único, con una ideología nacionalista árabe que no toleraba las tradiciones kurdas ni el idioma kurdo. Cientos de miles ni siquiera tenían ciudadanía siria.
Pero después de que las tropas del gobierno se retiraron de las áreas de mayoría kurda en 2012, las autoridades locales comenzaron a formar sus propias fuerzas de seguridad e instituciones, incluido un currículo escolar kurdo.
Intentar reconciliar esas instituciones con el sistema vigente en las áreas controladas por el gobierno será una tarea formidable.
“Siria no volverá a ser lo que era. Tiene que haber una democracia descentralizada -indicó Muslim-. Tenemos nuestro proyecto, que creemos será un modelo para toda Siria, y lo estamos manteniendo.
Todo recalculado
A fines de julio, Damasco acogió la primera ronda de conversaciones con la administración kurda. Se formaron comités conjuntos para discutir asuntos económicos, políticos, militares y sobre los servicios públicos.
El objetivo final fue “trazar una hoja de ruta que conduzca a una Siria descentralizada”, afirmó el brazo político de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), la alianza liderada por los kurdos que Washington respalda contra ISIS.
Las SDF y sus aliados controlan alrededor del 30 por ciento de Siria, incluidos varios de sus campos petroleros más grandes.
“El gobierno y las SDF, dirigida por los kurdos, son los dos actores que controlan la gran mayoría de la tierra siria”, resumió Mutlu Civiroglu, un analista en asuntos kurdos. “De una manera u otra, estas dos fuerzas encontrarán una solución. O pelearán o lo harán en paz”, agregó.
Los kurdos están listos para negociar debido a las reiteradas promesas del presidente Donald Trump de poner fin a la presencia de la tropa estadounidense en el norte de Siria.
A fines de mayo, Assad les dio a los kurdos una dura elección, advirtiendo que si las conversaciones fracasan, “vamos a recurrir a liberar esas áreas por la fuerza”. Sin embargo, los kurdos sienten que tienen una fuerte posición de negociación.
“Nunca hemos sido parte de la ecuación, pero hoy, todo ha sido recalculado. Defenderemos lo que establecimos”, aseguró Muslim.
Línea roja
A medida que aumenta el impulso, el principal obstáculo para las conversaciones sigue siendo la cantidad de poder que Damasco tendrá sobre áreas que han estado bajo la administración kurda durante seis años.
Otros puntos de discusión incluyen si se debe mantener la educación en kurdo en el norte y el destino de las SDF y otros grupos armados kurdos.
“No van a aceptar volver a los viejos tiempos. Esta es la línea roja desde el punto de vista kurdo”, sintetizó Civiroglu.
Ilham Ahmad, quien dirigió la delegación kurda a Damasco el mes pasado, sostuvo ante la AFP que la autodeterminación era una de “las cosas que ganamos al luchar contra Daesh y enfrentar la tiranía”.
Pero el gobierno central no cederá el control de casi un tercio de su territorio tan fácilmente, y quiere que las instituciones estatales vuelvan a estar vigentes.
“El estado sirio no aceptará una administración autónoma”, apuntó el analista Bassam Abou Abdallah, con sede en Damasco. En cambio, los kurdos deberían contentarse con las disposiciones de una ley aún no implementada que otorga más poderes y responsabilidades a los municipios, dijo a la AFP. Abdallah arriesgó que los grupos armados kurdos sirios eventualmente serían “desmantelados”.
El jefe de la delegación de las SDF negó que este tema haya sido discutido.
Con tales puntos de vista opuestos arraigados, las conversaciones probablemente se prolonguen, manifestó Haid Haid, del grupo de expertos Chatham House, con sede en Londres.
“Envalentonado por sus recientes avances militares, el régimen parece más decidido que nunca a evitar el establecimiento de centros paralelos de autoridad en Siria”, escribió recientemente Haid. “La gran brecha entre lo que las dos partes están tratando de lograr hace difícil imaginar que puedan llegar a un acuerdo sustantivo en el corto plazo”, finalizó Haid.
FUENTE: AFP /Traducción y edición: Kurdistán América Latina