La portavoz del Consejo de Mujeres del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Ayşe Acar Başaran, habló en una rueda de prensa en Batman (sudeste de Turquía) sobre el impacto de la crisis del coronavirus en las mujeres. La diputada señaló que el mundo se ha enfrentado a la propagación de la enfermedad infecciosa Covid-19 desde finales de 2019, pero que en Turquía la cuestión sólo se ha debatido desde principios de marzo.
Las medidas adoptadas por el gobierno turco ignoran la realidad social, dijo Başaran y añadió: “Por ejemplo, hay constantes llamamientos para que la gente no salga de sus casas. Lo que esto significa para las mujeres ya se ha demostrado en China y a través de investigaciones en otras partes del mundo: la violencia doméstica ha aumentado dramáticamente”.
“Esto va acompañado de un aumento de la pobreza entre las mujeres. Muchas trabajan incluso en condiciones normales sin seguridad social, y ahora tienen que tomarse unas vacaciones no remuneradas o han sido despedidas”. La legisladora agregó que debido a la dependencia económica, las mujeres a menudo se ven obligadas a soportar relaciones violentas.
La portavoz del HDP indicó que el acceso a los refugios para mujeres se ha hecho más difícil por la crisis del coronavirus. En consecuencia, ahora la admisión sólo es posible en casos de alto riesgo vital, se requiere un certificado médico que declare la violencia sufrida, y la prueba de que no hay indicios de infección. Başaran criticó que la política del gobierno no tiene en cuenta la situación específica de las mujeres y exigió medidas contra la violencia doméstica.
La representante kurda también comentó la expulsión de los co-alcaldes y co-alcaldesas del HDP a principios de esta semana, medida ordenada por el gobierno, que nombró interventores en ocho municipios. En Batman, ayer se nombró a un hombre jefe del departamento municipal de mujeres.
“La política de fideicomisarios (interventores) es un ataque a nuestra política de mujeres y al sistema de co-liderazgo. Como ya sabemos de otras ciudades, el primer acto oficial de los fideicomisarios es cerrar las instituciones de mujeres y bloquear el trabajo de estas. Especialmente en la actual situación de crisis, estas medidas han llevado a un mayor aumento de la violencia contra la mujer”, alertó Başaran.
Con respecto a la situación de los refugiados que han sido retenidos en la frontera turco-griega, la diputada del HDP explicó que las mujeres son las que más sufren las guerras. “La pandemia del coronavirus supone un riesgo especialmente alto para las mujeres refugiadas –explicó-. En los campos de refugiados o, como ocurre actualmente en la frontera de Edirne, la gente se ve obligada a vivir muy cerca entre ella. Asimismo, las mujeres refugiadas suelen trabajar en empleos precarios. Además de la explotación de su trabajo, ahora también existe el riesgo de infectarse. Hacemos un llamamiento al gobierno para que deje de utilizar a estas personas como medio de presión a nivel internacional y tome medidas inmediatas para mejorar su situación”.
Başaran también se refirió a la situación en las prisiones: “En los debates de los últimos días sobre el paquete judicial, se discute sobre la liberación de los asesinos de mujeres y violadores o la concesión de una reducción de la pena. No hay discusión sobre las miles de mujeres que están en prisión porque han expresado sus opiniones y han luchado por sus derechos. Políticas como Figen Yüksekdağ, Sebahat Tuncel, Gültan Kışanak, Sara Kaya y todas los demás deben ser liberados inmediatamente”.
La representante del HDP exigió que todos las presas enfermas, mayores de 65 años o encarceladas con sus hijos fueran liberadas de la prisión. “En el próximo período, seguiremos luchando contra la política de fideicomiso, la violencia contra las mujeres que está aumentando como resultado del coronavirus, y la forma de pensar patriarcal fomentada por esta crisis, y continuaremos nuestro trabajo”, finalizó.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina