Los órganos de gobierno del fútbol y el Everton FC deben tomar una posición clara contra el racismo y defender que las vidas kurdas importan tras el saludo fascista de Tosun, dicen los activistas.
El futbolista turco Cenk Tosun ha recibido llamadas para que le expulsen del Everton Football Club tras mostrar un símbolo de extrema derecha durante un partido de la Copa de la FA con el Rotherham ayer.
Recibió estas tras hacer el saludo de los Lobos Grises durante el partido, mientras celebraba un gol que finalmente fue calificado como fuera de juego.
El delantero podría enfrentarse a duras sanciones y dificultades para encontrar un nuevo club tras el gesto de la mano derecha.
Los seguidores del Crystal Palace, el club londinense vinculado a Tosun, dijeron en las redes sociales que no querían que un jugador racista en el Selhurst Park pudiera frustrar un traspaso.
Tosun fue tildado de mentiroso después de que afirmara no saber nada del grupo de extrema derecha que ha aterrorizado a las comunidades kurdas dentro de Turquía y en toda Europa durante décadas.
El equipo entrenado por la CIA operaba como una fuerza paramilitar vinculada al ultranacionalista MHP, que forma el gobierno en Turquía, apoyando al Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Formaba escuadrones de la muerte que mataban a sindicalistas, periodistas e izquierdistas. Pero el principal objetivo de los neofascistas islamistas suníes ha sido la comunidad kurda y alevita que considera infieles.
En uno de los incidentes más notorios de la historia sangrienta de Turquía, los Lobos Grises mataron a más de 100 miembros de la comunidad alevita en un pogromo de ocho días en diciembre de 1978 conocido como la Masacre de Maras.
Entre 1970 y 1980 se cree que el grupo de extrema derecha fue responsable de miles de muertes, incluida la ejecución de casi 700 intelectuales e izquierdistas.
Más recientemente, varios países europeos han tomado medidas para prohibir los Lobos Grises. Francia fue el primero en dar ese paso, acusándolo de “violencia extrema” e incitando al odio racial después de que sus partidarios pintaran graffitis racistas en un monumento al genocidio armenio.
Muchos creen que los Lobos Grises trabajaron con la inteligencia turca en el asesinato en 2013 de la cofundadora del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Sakine Cansiz, que fue asesinada a tiros en un centro comunitario de París junto con Fidan Dogan y Leyla Soylemiz.
Alemania, que tiene una considerable comunidad kurda, también está considerando esa prohibición. En noviembre, los políticos holandeses pidieron a la Unión Europea que proscribiera el grupo, mientras que Austria prohibió la exhibición del saludo de los Lobos Grises en 2019.
Tosun estuvo terreno fanganoso en 2019 después de dar un saludo militar tras marcar un gol en un partido internacional para Turquía.
Mostraba su apoyo a la invasión ilegal de Erdogan en Rojava, donde el ejército turco se alió con yihadistas en una campaña de limpieza étnica contra los kurdos.
El segundo ejército más grande de la OTAN ha sido acusado de una letanía de crímenes de guerra que incluyen ejecuciones extrajudiciales y el uso de armas químicas con cientos de miles de kurdos desplazados.
Los activistas kurdos con sede en Gran Bretaña han pedido a los órganos de gobierno del fútbol que actúen con firmeza y han exigido una disculpa inmediata al club de Tosun, Everton, que hasta ahora ha mantenido los labios apretados en relación con el asunto.
En una declaración, Peace in Kurdisran (PIK) dijo: “La comunidad futbolística se ha unido con razón en su apoyo al movimiento Black Lives Matter y se ha comprometido a erradicar el azote del racismo en el deporte y en la sociedad”.
Pero advirtió que las acciones de Tosun alimentan el racismo y son “un estímulo para la extrema derecha que les da confianza, a la vez que fomenta los ataques a la comunidad kurda”.
PIK explicó: “El deporte está altamente politizado en Turquía con ataques a los equipos de fútbol kurdos y a sus seguidores de forma regular, llevados a cabo por los Lobos Grises de extrema derecha con el respaldo de un Estado turco brutal y autoritario”.
“La FA y el Everton FC deben tomar una clara posición contra el racismo y defender que las vidas de los kurdos importan”, dijo PIK.
STEVE SWEENEY / LONDRES
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