El miércoles pasado, el ministro del Interior francés, Gerald Darmanin, hizo público, a través de su cuenta de Twitter, la decisión tomada por el Consejo de Ministros de ilegalizar la formación ultranacionalista turca. “El movimiento Lobos Grises fue disuelto en el Consejo de Ministros, de acuerdo con las instrucciones del presidente de la República”, tuiteó Darmanin, quien dijo que este grupo “incita la discriminación y el odio, y está involucrado en acciones violentas”.
En Francia, los Lobos Grises se consideran un “grupo de facto”, porque no tienen existencia legal oficial, lo que cuestiona la decisión del gobierno de disolver el movimiento. “¿Que propósito?”, escribía Marine Le Pen, líder de la Agrupación Nacional, en su cuenta de Twitter. “Esta disolución no es más que un golpe de Estado”, argumentó.
Lobos Grises fue especialmente señalado tras incidentes que enfrentaron a las comunidades turca y armenia en Décines Charpieu, cerca de Lyon (este), la semana pasada. También se sospecha que están vinculados al asesinato de tres activistas kurdas en París, en 2013, y se sabe que están cerca de los círculos de la mafia.
“Es un movimiento turco de extrema derecha de tipo fascista, basado en elementos nacionalistas y étnicos. El islam es importante, pero más en una vena identitaria y nacionalista: somos turcos, por lo tanto musulmanes”, especifica Jean Marcou, titular de la cátedra Mediterráneo y Oriente Medio de Sciences Po Grenoble, en FranceInfo.
La disolución del movimiento se produce en un contexto de fuertes tensiones entre París y Ankara, debido en particular a los desacuerdos sobre Siria, Libia y el Mediterráneo Oriental. También está el llamado al boicot a los productos franceses del presidente turco y sus ataques a Emmanuel Macron por defender el derecho a publicar las caricaturas de Mahoma.
Fundado en 1968 por el coronel Alparslan Türkes, Lobos Grises está en el origen de la rama paramilitar del Partido del Movimiento Nacional (MHP), movimiento ultranacionalista turco, aliado del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Se empezó a hablar de los Lobos Grises en la década de 1980, cuando llevaron a cabo acciones violentas contra activistas de izquierda y minorías étnicas y religiosas. Uno de sus miembros intentó en particular asesinar al papa Juan Pablo II, en 1981.
Francia y el islamismo radical
La lucha contra el terrorismo yihadista en Francia y la defensa de las caricaturas de Mahoma por parte del presidente Macron, como un signo de “libertad de expresión”, no gusta a Erdogan, que ha animado a su población a llevar a cabo un boicot económico al país galo.
Gerald Darmanin también anunció que presentaría la disolución del Colectivo contra la islamofobia en Francia (CCIF) “dentro de 15 días”. Este anuncio se produce tras las recientes disoluciones de la ONG musulmana BarakaCity y del colectivo pro palestino Cheikh Yassine, dos organizaciones también en la mira del gobierno francés.
Todas las “asociaciones que podríamos calificar de enemigas de la República” también verán su disolución presentada al Consejo de Ministros en las “próximas semanas”, añadió Darmanin. Estas decisiones se tomarán “después de un trabajo documentado” que haya revelado “hechos” de “financiación del terrorismo” o “incitación al odio”.
El presidente francés ha declarado en múltiples ocasiones su decisión de “no renunciar a la publicación de las caricaturas” de Mahoma y a defender la laicidad del Estado francés frente al radicalismo islamista.
El violento asesinato al profesor francés reabrió el debate en Francia sobre el “separatismo islamista”. “Debemos atacar el separatismo islámico. El laicismo está en los cimientos de Francia”, dijo Macron en un discurso el pasado 2 de octubre.
El pasado 29 de octubre, tres personas fueron asesinadas a manos de un radical islamista en la iglesia de Notre Dame en el centro de Niza, en la costa azul francesa.
Alrededor de las 9 de la mañana, según los medios franceses, un hombre con un arma blanca atacó a una mujer degollándola, dentro de la iglesia y apuñaló a otra víctima que, según el alcalde de Niza, se trataría del guardia de seguridad del edificio. La tercera víctima fue asesinada en un bar frente a la basílica, donde se había refugiado.
El perpetrador del ataque fue disparado y herido y trasladado al hospital, según Le Monde.
En las últimas semanas, el debate en torno al islamismo radical ha tensado las relaciones de Francia con los países árabes.
El presidente galo dio a conocer la propuesta de una ley que evitaría la radicalización de las comunidades más vulnerables. “El islamismo radical, al crear leyes por encima de las que existen actualmente en el país, es un peligro para Francia porque algunas veces se traduce en una contra sociedad”, dijo Macron.
El polémico proyecto de ley, que será presentado en diciembre, incluye entre otras normas: una vigilancia más estricta de las organizaciones deportivas y otras asociaciones para que no se conviertan en un foco de radicalización; el fin del programa de intercambio de imanes extranjeros que llegan al país galo; la fiscalización de los métodos de financiación de las mezquitas y ciertas restricciones a la educación en el hogar.
FUENTE: Carlota Pérez / Atalayar / Edición: Kurdistán América Latina