En los callejones y calles de Kobanê, la ciudad de la resistencia, hay muchas historias y pequeños cuentos llenos de lecciones y significados. La historia de la poeta joven Fatima Sido es una de estas historias. Sido, que fue influenciada por el martirio de sus hermanos y su padre, comenzó un largo viaje con la literatura y buscó ser una poeta del futuro.
Fatima, una joven de 17 años de la aldea de Jib Al Feraj, en el cantón de Kobanê, es hija del mártir Kifu Sido y hermana de los mártires Zenarin y Furat.
En 2012, con la apertura de la escuela de lengua kurda en la aldea de Darbazan, Fatima comenzó a aprender el idioma kurdo.
Cuando se conoció el martirio de su hermano Furat en 2012, la hermana de Fátima, Zenarin, empezó a escribir poemas influenciados por la historia de su hermano. Leyó estos poemas a su hermana Fátima, que en ese entonces tenía 12 años. Luego comenzó a escribir poemas en kurdo.
Más tarde, en el Newroz (Año Nuevo kurdo) en 2013, Zenarin se unió a las Unidades de Protección de Mujeres (YPJ). En ese momento, Zenarin le pidió a su hermana Fátima que siguiera su camino a través de su pluma. En 2015, su padre, Kifu Sido, se unió a las filas de la revolución en honor a sus hijos mártires y fue martirizado en una aldea de Kobanê.
A pesar de las difíciles condiciones financieras, la familia de Fátima y, en particular, su madre, apoyaron su talento para escribir poesía. Fátima ha fortalecido su relación con los libros, la escritura y la lectura.
A todo esto, Fátima instaló una pequeña biblioteca en su casa donde guardaba algunos libros, y al poco tiempo inició la escritura de su primer poema, titulado “Ez kurd im”.
“Obtuve la fuerza y la determinación de mi madre”, explica la joven. “Me comprometeré con la historia de mi padre y mis hermanos que martirizaron mi pluma y mi palabra”, agrega.
Ahora, Fátima está escribiendo una novela sobre la lucha de su padre, pero antes dio comienzo a su viaje literario escribiendo una serie de poemas cortos y relatos sobre los mártires.
Antes de terminar su libro sobre los mártires, su tía Revan, quien también es autora, le pidió que escribiera una biografía de la vida de su padre, especialmente porque su padre tenía una relación cercana con el líder kurdo Abdullah Öcalan. Basado en este pedido, Fátima dejó de trabajar en su libro sobre los mártires e inició la investigación sobre su padre.
Fátima afirma que el papel del escritor es como el del luchador: a medida que el luchador lleva su arma en los campos de batalla y lucha contra el enemigo, el escritor también debe llevar su pluma y escribir sobre los mártires en las páginas de la historia.
“Continuaré mi investigación sobre la vida y la lucha de los mártires para escribir un libro. Hasta ahora, he escrito sobre las vidas de 50 mártires. Mi arma en la revolución es la pluma”.
FUENTE: Shirin Mehi Al Din / ANHA / Traducción y edición: Kurdistán América Latina