El abogado Esmat Ibrahim dijo que la ocupación turca y las violaciones de sus mercenarios en los territorios ocupados contra antigüedades se consideran crímenes de guerra según las leyes internacionales, y enfatizó la necesidad de responsabilizar a los perpetradores
La ocupación turca y sus mercenarios continúan sus violaciones en los territorios ocupados, no solo contra el pueblo, sino también contra los sitios arqueológicos y la propiedad pública.
Numerosos informes documentaron esas violaciones, incluido el robo de antigüedades, su traslado y venta en el mercado negro turco, además de sabotear sitios arqueológicos, especialmente en el cantón de Afrin.
El abogado y miembro del Sindicato de Abogados de Kobane, Ismat Ibrahim, se refirió al valor moral e histórico de los sitios arqueológicos, y dijo al respecto: “El estado turco mira su valor material, porque quiere apoyar su economía caída.
Ibrahim enfatizó que Turquía tiene como objetivo eliminar la historia del pueblo kurdo, no solo en Afrin, sino en Rojava en su conjunto.
Explicó que los acuerdos y tratados internacionales protegen las antigüedades, comenzando por la Convención de La Haya, hasta la Convención de Ginebra, y “violar las leyes se considera crímenes de guerra y financiar el terrorismo”, según expresó.
Las disposiciones especiales para la protección de bienes y antigüedades durante el conflicto armado fueron formuladas en la Primera Convención de La Haya de 1954, que estipuló en su artículo quinto, que obliga a cualquier parte que ocupe un área a tomar medidas urgentes para proteger y preservar las antigüedades y bienes culturales esa región.
En el texto del segundo Convenio de La Haya de 1999 en los artículos (12, 13 y 14), está prohibido a las autoridades de ocupación exportar propiedades y antigüedades o excavar las antigüedades de las tierras ocupadas o transferir su propiedad.
El derecho internacional considera que asaltar monumentos históricos es un crimen de guerra, y el derecho internacional ha establecido muchas normas para proteger las áreas arqueológicas históricas, incluido el hecho de que no deben usarse ni sus alrededores con el propósito de exponerlas a la destrucción.
Ibrahim dijo: “Hasta ahora, Turquía no se ha adherido a ninguna de las disposiciones que estipulan la protección de las antigüedades ante los ojos del mundo entero”.
Ibrahim señaló que todo lo que hace Turquía en los territorios sirios, “porque se entró de acuerdo con el Acuerdo de Adana, que no tiene credibilidad en el parlamento sirio y turco, ni siquiera en Naciones Unidas”, dijo.
El abogado Esmat Ibrahim enfatizó la necesidad de que “Erdogan y sus mercenarios rindan cuentas ante los oficiales que trabajan en los territorios ocupados y sean juzgados de acuerdo con las leyes internacionales”.
ANHA/ KOBANE – MAYSA AKKARI
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