Con un auditorio atento y repleto, el jueves pasado se realizó la charla “La lucha de las mujeres kurdas y un paradigma para nuestra liberación”, a cargo de Haskar Kirmizigul, integrante del Comité de Jineolojî, y organizado por el Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán – Argentina – América Latina.
La sede de la Asociación de Trabajadores Argentinos (ATE), en Buenos Aires, se desbordó con más de cien personas que llegaron entrada la tarde para escuchar un recorrido sobre la historia de Kurdistán, la lucha de las mujeres de ese pueblo y el nuevo paradigma llamado Jineolojî (Ciencia de la Mujer) elaborado en el seno del Movimiento de Liberación de Kurdistán.
Antes de que comenzara la charla se proyectó un documental sobre Sakine Cansiz (Sara), una de las fundadoras del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), asesinada en Francia en 2013 y tomó la palabra Mirta Baravalle, Madre de Plaza de Mayo.
Al iniciar la charla, Haskar Kirmizigul recordó que a Medio Oriente se lo relaciona con la sangre y las lágrimas, pero que en la actualidad existe “la esperanza y la valentía de las mujeres con sus proyectos para el futuro”.
Haskar señaló que en el último tiempo las mujeres kurdas son reconocidas en todo el mundo, pero no sólo “por sus armas, sino por los logros alcanzados, que son el resultado de una lucha continua en la que dimos nuestras vidas”.
Luego de hacer un breve recorrido por la historia de Kurdistán, del PKK y del movimiento de mujeres kurdas, Haskar explicó que las primeras mujeres que participaban en la guerrilla eran vistas como “un factor de indisciplina” por parte de sus compañeros. “Las mujeres tuvieron que demostrar su fuerza a los hombres. Y comenzaron su lucha contra el patriarcado de manera individual, porque no tenían una organización que las respaldara”, aseguró.
Haskar manifestó que la resistencia de las mujeres kurdas fue sintetizada por el líder kurdo y fundador del PKK, Abdullah Öcalan (Apo), que se encuentra encarcelado hace 18 años en la isla-prisión de Imrali, en Turquía. “Apo nos dijo que liberando a las mujeres se iba a liberar la sociedad. Empezó a criticar al macho, a la familia y el concepto de honor”, resumió.
Haskar explicó que en Medio Oriente, y en particular en Kurdistán, “el honor está ligado a la sexualidad, al cuerpo y a la virginidad de las mujeres. Mientras el enemigo no nos deja nada, nuestra patria está ocupada, los hombres seguían viendo ‘el honor’ en los cuerpos de las mujeres, pero no lo veían en la liberación”.
Por esta razón, las mujeres kurdas comenzaron a cuestionar las prácticas de los hombres, mientras en la década de 1990 iniciaban la construcción de sus propias organizaciones y partidos políticos. Como ejemplo de la resistencia ante el incipiente movimiento de mujeres, Haskar recordó que los sus compañeros hombres “de forma indirecta nos decían que no teníamos que formar un partido”. También marcó como un punto importante para el movimiento el secuestro de Öcalan en 1998, porque en ese momento las mujeres kurdas tuvieron que decidir “si eran suficientes los avances hasta entonces o continuaban trabajando para la liberación”. Esta última opción fue la que abrazaron las mujeres de Kurdistán.
Haskar detalló que el sistema confederal impulsado por las mujeres kurdas tiene como bases que ellas mismas sean autónomas en su organización y toma de decisiones, la autodefensa integral y la representación igualitaria en el ámbito político, además de abogar por una economía comunal y ecológica.
Al referirse a la autodefensa de las mujeres, Haskar aclaró que no sólo es en el ámbito militar o de la fuerza, sino que es un concepto integral. Como ejemplo, explicó que en el norte de Siria (Rojava) se fundaron Casas de las Mujeres para protegerlas de la violencia masculina, como también de la drogadicción y la prostitución.
Haskar también se refirió a las situación sufridas por las mujeres que cayeron en manos del Estado Islámico. El grupo terrorista, explicó, consideraba a esas mujeres como “sucias”, pero la intervención de las autodefensas para defenderlas fue fundamental no sólo en los territorios sirio e iraquí, sino en todo Kurdistán. “Como dijo el líder Apo, una mujer que es dejada en manos de los hombres, pierde siempre”, remarcó.
Un sistema en el cual las mujeres sean el sujeto central “solo es posible con la transformación de la sociedad”, por eso “nuestro objetivo es que los hombres se convenzan de esta necesidad hacia las mujeres”, destacó.
Al explicar las bases de la Jineologî, Haskar indicó que es “una fuente fundamental de los valores acumulados durante los últimos cuarenta años” y una “fuerza ética y estética”. Con una fuerte crítica a las ciencias sociales construidas por el patriarcado, la Jineologî se presenta como un paradigma liberador y superador. Haskar además apuntó que la Jineologî no es sólo una teoría, sino que nace de la práctica concreta.
“Las mujeres son la vanguardia en la vida, y esto tiene una base científica porque las sociedades nacen a partir de ellas”, resumió Haskar.
FUENTE: Kurdistán América Latina – Fotos: Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán – Argentina – América Latina