En una entrevista transmitida por Jin TV, Besê Erzincan, de la coordinación de la Comunidad de Mujeres del Kurdistán (Komalên Jinên Kurdistan, KJK), habló sobre la importancia de la ideología de Abdullah Öcalan y su implementación práctica en el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) para el desarrollo de una lucha internacional de mujeres.
En el programa “Xwebûn”, Erzincan indicó: “La humanidad se convirtió en una sociedad a través de las mujeres. La fuerza, los logros de las mujeres y los valores que crearon les fueron robados. El sistema creado por las mujeres fue transformado por los hombres en un sistema de clases jerárquico, en el que las mujeres ya no desempeñaban un papel. Las mujeres han sido degradadas a objetos impotentes e invisibilizadas”.
La integrante de la KJK explicó que surgieron muros entre mujeres y hombres. La razón de ellos, radica en el atraso, en la mentalidad de gobernar, en el despotismo, el poder, el Estado y la jerarquía, analizó. “Cuanto más altos son los muros, más pronunciada es la separación entre mujeres y hombres, la desigualdad y la explotación –apuntó-. Donde esta mentalidad se extiende, se suprime la libertad. Y donde no hay libertad, no puede haber afecto y ciertamente no hay amor”.
“Abdullah Öcalan siempre ha estado firmemente comprometido con la abolición de esta desigualdad y explotación –remarcó Erzincan-. Con la lucha que desarrolló, quería derribar los muros que habían crecido, más y más altos, durante miles de años. Su vida es similar a la historia de Prometeo, que robó fuego de los dioses para iluminar a la gente. A través de su lucha, Abdullah Öcalan devolvió a las mujeres lo que les habían robado los hombres. Y al igual que Prometeo, que fue atado a una roca por los dioses como castigo. Abdullah Öcalan fue secuestrado en una conspiración internacional y ha sido encarcelado en aislamiento total en una prisión de alta seguridad durante 23 años”.
Erzincan aseguró que “Medio Oriente tiene una actitud muy conservadora, dogmática y reaccionaria hacia las mujeres. Esta mentalidad ha privado a las mujeres en Medio Oriente de un respiro. Después de la introducción del Islam, las mujeres fueron oprimidas en nombre del Islam. Sin embargo, la situación es algo diferente para las mujeres kurdas. Ser mujer de un pueblo sin identidad reconocida, significa ser doblemente explotada e ignorada. Las mujeres kurdas se encuentran así en la situación de ser una colonia de colonizados. Abdullah Öcalan se atrevió a luchar por la liberación de la mujer en estas difíciles condiciones sociales”.
“Es importante dar las luchas de liberación nacional. El pueblo kurdo necesita la liberación nacional, pero la cuestión de cómo se debe lograr esta liberación es extremadamente importante –expresó la integrante del KJK-. No puede ser una verdadera lucha por la libertad si las mujeres continúan viviendo como esclavas en un país liberado. Rêber Apo (Abdullah Öcalan) ha planteado repetidamente la cuestión de cómo debería ser un Kurdistán libre. Sobre este tema, escribió el análisis ‘Cómo vivir’. Su principal objetivo era crear una alternativa a este sistema existente. Su enfoque era muy radical en comparación con otros movimientos revolucionarios. Él dijo: ‘Nuestra revolución es la revolución de las mujeres’”.
Erzincan recordó que “el PKK basó su lucha, desde el primer día, en la comprensión de la liberación de la mujer, y trató de educar y preparar a la sociedad que quería construir sobre la base del paradigma de un modelo social libre de género. Con este objetivo, el PKK entrenó a cuadros militantes experimentados, que creían de todo corazón en la revolución de las mujeres y trabajaban por ella. Sin organización, ninguna revolución puede realizarse. Es por eso que Abdullah Öcalan fundó una organización de mujeres”.
Para Erzincan, “durante miles de años habíamos crecido con la explotación y la mentalidad del patriarcado. Por primera vez en la historia, alguien quería lograr algo para las mujeres. Esto, al principio, fue problemático para nosotras. Más tarde, cuando nos dimos cuenta de nuestra propia realidad y nos deshicimos de las cadenas de la esclavitud, comenzamos esta lucha. A través de nuestra práctica, pudimos obtener nuevas experiencias y hacer mejoras. Para Rêber Apo, las mujeres eran muy valiosas. En la década de 1990 éramos muy jóvenes e inexpertas, pero él nos valoraba mucho. Hizo grandes esfuerzos para que nos desarrolláramos. A cada uno de nosotras se nos dio un gran papel y responsabilidad. Siempre trató a las mujeres con gran amor y respeto. Siempre advirtió sobre los enfoques dominantes masculinos”.
“‘Las mujeres son las que mejor deberían entenderme y aplicar mis teorías’, subrayó repetidamente Abdullah Öcalan. Insistió en esto porque sabía que las mujeres llevan una pasión milenaria por la libertad -concluyó Erzincan-. Esta pasión hace que las mujeres sean más militantes. Las mujeres tienen miles de años de venganza contra este sistema. Solo por esta razón, las mujeres deben trabajar más duro que nadie para difundir la filosofía de libertad de Rêber Apo. Debemos educarnos a la luz del paradigma de Rêber Apo y difundir este paradigma a toda la humanidad. Esta es nuestra tarea, más que cualquier otra cosa”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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