Dado que las tensiones han aumentado en los últimos meses en el Kurdistán iraquí (Bashur) entre el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), parecería que las fuerzas del PDK se están preparando para la guerra. Las fuerzas militares del PDK han ocupado la región de Zînê Wêrte, de importancia estratégica, y continuaron el despliegue de tropas en Heftanîn, Helgûrt, Xinêre y Goşîne, además de proceder al cerco de la región de Gare.
Murat Karayılan, miembro del Consejo Ejecutivo del PKK, cuando fue entrevistado por Sterk TV el 26 de octubre, parecía convencido de que “están preparando una nueva guerra. Quieren estacionar sus propias fuerzas, donde sea que se encuentre una de nuestras posiciones. Con sus puestos militares, pretenden romper las líneas de comunicación entre nuestras posiciones”.
Karayılan apeló a Mesut Barzani, presidente del PDK y ex presidente de Kurdistán del Sur: “¿Conoce el señor Barzani estos acontecimientos? Queremos que se encargue de estos asuntos. Al mismo tiempo, estamos dispuestos a resolver los problemas existentes mediante el diálogo entre nosotros. ¡Por favor! No queremos una guerra interna kurda”. Karayılan había pedido la unidad conjunta en la lucha contra las fuerzas armadas turcas.
La respuesta de Mesut Barzani a la declaración de Karayilan, el 2 de noviembre, sugiere que el conflicto puede ser inevitable. Según lo informado por Ferda Çetin, en Yeni Özgür Politika y ANF News, aclaró que: “Nuestra decisión de prohibir una guerra intra-kurda fue mal entendida. Se utiliza para destruir la seguridad, la estabilidad y la tranquilidad en ciudades y pueblos. No se puede esperar que nos quedemos quietos ante tal actitud. (Nuestros) heroicos Peshmerga lucharon contra los brutales ataques de ISIS, y limpiaron muchas regiones de estos terroristas. Pero, lamentablemente, el PKK ha ocupado algunas áreas desocupadas en lugar de apoyar el progreso de la Región Autónoma del Kurdistán (…) El PKK impidió que la población regresara a sus lugares de origen y reconstruyera sus hogares. En esta etapa, la postura más adecuada es reconocer la autoridad del gobierno en la Región Autónoma del Kurdistán y retirarse de estas áreas, que fueron ocupadas mediante el uso de la fuerza. Estas áreas representan un gran peligro para la gente de Kurdistán”.
El PKK y otros cuestionan claramente esta interpretación de sus acciones. La presencia del PKK en la región ha sido notable desde 1981, y en 1982 se llegó a un acuerdo entre el PKK y el PDK sobre ayuda mutua, relaciones amistosas y unidad nacional. Cuando ISIS se apoderó de Kirkuk y Mosul, en 2014, Mesut Barzani había pedido personalmente ayuda al PKK.
Según el periodista Doğan Çetin, “el PDK ve el plan actual como una opción realista para aplastar al PKK, tiene un partidario importante detrás, y considera la implementación del plan como su única opción disponible. Si este no fuera el caso, el PDK nunca se comportaría tan audaz y valientemente como lo hace actualmente. Esto ilustra el alcance del peligro y la explosividad del plan actual”.
Çetin sugiere que el plan fue elaborado por Turquía y el enviado especial de Estados Unidos para Siria e Irak, James Jeffrey, como parte de planes geoestratégicos más amplios de Estados Unidos y Turquía para la región. Varias organizaciones kurdas han expresado su alarma por el empeoramiento de la situación y han señalado que un conflicto intra-kurdo tendría consecuencias devastadoras.
FUENTE: Yeni Özgür Politika / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina