Una flotilla turca ha seguido al buque prospector Oruç Reis en aguas diputadas con Grecia. Según el gobierno tuco, esta flota ha ido a “escoltar” al buque que se va a encargar de realizar un estudio sísmico sobre la zona. La armada griega anunció que abriría fuego y está en máxima alerta.
Ante las nuevas tensiones, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, habló en la tarde del lunes con el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, y publicó en su cuenta de Twitter tras la reunión que la “política de equidistancia (de la OTAN entre Ankara y Atenas) es contraproducente e inaceptable”. Por su parte, Stoltenberg afirmó que “la situación debe resolverse con espíritu de solidaridad y en conformidad con el derecho internacional”.
El pasado 21 de julio, Turquía anunciaba que la embarcación prospectora comenzaba a operar en las aguas en torno a las islas griegas de Rodas y Kastelorizo, ubicadas a dos kilómetros de la costa turca. A la vez, la nación euroasiática estaba llevando a cabo maniobras militares al sur de la isla en las que, según la prensa griega, estrían participando hasta 19 embarcaciones. Esta situación hizo que las fuerzas armadas griegas aumentaran a alerta máxima su atención.
Una llamada de Angela Merkel, canciller alemana, a finales de julio, hizo que ambos acordaran negociar, pero las tensiones se reanudaron cuando Grecia firmó con Egipto un pacto de delimitación de su Zona Económica Exclusiva (ZEE), que entraba en conflicto directo con el firmado entre Ankara y el gobierno asentado en Trípoli, en noviembre de 2019. Este acuerdo turco-libio fue rechazado por Egipto, Chipre y Grecia por considerarlo una violación de sus derechos económicos.
Los ministros de Exteriores de Egipcio y Grecia, Sameh Shoukry y Nikos Dendias, respectivamente, acordaron en El Cairo el pacto que “permite a ambos países avanzar en la maximización de la utilización de los recursos disponibles en la ZEE, especialmente las prometedoras reservas de petróleo y gas”, dijo Shoukry.
El gobierno de Erdogan mostró su oposición ante el acuerdo greco-egipcio: “Turquía no permitirá ninguna actividad en dicha región y está decidida a seguir defendiendo sin dudarlo los legítimos derechos e intereses de nuestro país y de los turcochipriotas”. La zona, rica en gas natural y petróleo, es un terreno de conflictos entre Ankara y Atenas.
Esta situación, que enfrenta a Ankara con un país miembro de la Unión Europea, ha provocado un gran deterioro en las relaciones entre Turquía y Francia. Emmanuel Macron se ha convertido en el principal respaldo de Kyriakos Mitsotakis. Ambos líderes se reunieron a finales de enero donde trataron las tensiones en el Mediterráneo Oriental y las relaciones con Turquía. El presidente francés afirmó que Erdogan había roto sus promesas tras la llegada de buques de guerra turcos y mercenarios sirios a territorio libio. Ante esta situación, Macron aseguró que, si continuaba esta escalada de tensiones, Francia enviara embarcaciones militares para apoyar a Atenas, igual que Italia, que llevaba meses aumentando su presencia en la zona.
Alemania también mostró su apoyo al gobierno griego. El ministro de Exteriores alemán, Heiko Mass, visitó Atenas el pasado mes de julio y aseguró que “se debe respetar el derecho internacional. Solo podremos progresar en las relaciones con Turquía si Ankara evita las provocaciones”.
FUENTE: Atalayar / Edición: Kurdistán América Latina