En el transcurso de la guerra civil en Siria, las estructuras autónomas en Rojava han creado, después de la revolución de 2012, una nueva sociedad democrática basada en consejos y comunas populares.
Los diversos grupos de población étnica, religiosa y social en el norte y este de Siria participan en este proceso. Este concepto de confederalismo democrático implementado en Rojava, con el objetivo de reducir el Estado a instituciones locales en pueblos, ciudades y vecindarios, y transferir todos los órganos de toma de decisiones a estas instituciones, es la alternativa democrática de base para vivir más allá del Estado y se remonta al líder de los kurdos Abdullah Öcalan. El dirigente kurdo se inspiró en las ideas del estadounidense Murray Bookchin sobre el comunalismo libertario y las adaptó a las realidades de Oriente Medio.
El reclamo de Öcalan es desarrollar una alternativa a la modernidad capitalista. Para esto, no solo es fundamental la autoorganización democrática de la sociedad, sino también el desarrollo de una economía alternativa. Contra la economía capitalista, que todavía es dominante en el norte de Siria, se debe desarrollar una “economía social democrática” basada principalmente en las cooperativas. Estas se establecieron en amplias áreas y gradualmente adquirieron un papel más importante.
La organización paraguas del movimiento de mujeres kurdas en Siria, Kongreya Star, es el principal contribuyente al desarrollo de una economía femenina autónoma en las áreas del norte y el este del país.
Durante años, estas cooperativas han aumentado en tamaño y número, ya que son una forma importante para que las mujeres reduzcan gradualmente su dependencia de sus padres y esposos. Solo en la región de Cizîrê, Kongreya Star promueve la participación equitativa de miles de mujeres en docenas de cooperativas agrícolas, para de esa manera aumentar los beneficios para todas las integrantes y sus comunidades. Mientras tanto, se han agregado 16 cooperativas más, proporcionando un medio de vida para 409 mujeres y sus familias. Las cooperativas están ubicadas en Dêrik (Al Malikiya), Tirbespî (Al Qahtaniyya), Girkê Legê (Al Muabbada), Amûdê y Hesekê.
Otra región donde el sistema de economía democrática fue más aplicado es en Serêkaniyê (Ras Al Ain). Allí, un área agrícola de cuatro hectáreas se dividió entre 150 mujeres y sus familias. Con la ocupación turca de la ciudad, amparados por la luz verde dada por Rusia y Estados Unidos, las cooperativas fueron destruidas. La gente tuvo que huir y sus campos quedaron destruidos.
Según Mehe Zoro, de la junta directiva de Kongreya Star en Amûdê, se planean nuevas cooperativas. Los fondos son provistos por el Comité Económico del gobierno autónomo. “Aunque los ataques en el norte y el este de Siria tienen un impacto particularmente negativo en nuestro trabajo económico –explica Mehe-, la organización de la economía es la base para organizar una vida libre”.
“Esta conciencia ha creado un espíritu de solidaridad entre las mujeres para trabajar juntas y fortalecer su capacidad de organizarse y ser autónomas –señala la representante del Kongra Star-. Esta solidaridad entre las mujeres debe ser apoyada activamente”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina