El historiador y autor Etem Xemgîn, quien es conocido por su trabajo sobre alevismo, mazdaísmo y zoroastrismo, falleció recientemente. Su rica investigación incluyó un trabajo en profundidad sobre las estructuras socioeconómicas, las tradiciones y las costumbres de los kurdos. Al igual que otras comunidades en la región, la comunidad aleví, históricamente oprimida, ha sido víctima de políticas de asimilación y de los genocidas estados nacionales, que incluyen la distorsión consciente de su historia y realidades. En este sentido, muchas comunidades diferentes y diversas han sido referidas como “aleví” (o “alawite” en inglés) en Turquía, a pesar de tener poco que ver entre ellas. Aún hoy, el trabajo académico insiste en referirse al alevismo como un subgrupo “sincrético”, “heterodoxo” y “místico” del Islam chiita. Si bien hay seguidores de Ali o Twelver Islam, entre los que han sido referidos como “alevíes”, es obvio que otros, en particular Qizilbash Alevíes, entre los kurdos que habitan en las montañas, son herederos zaratustrianos y zoroastrinaos, influenciados por las filosofías naturalistas que poco tienen que ver con el Islam.
Etem Xemgîn fue uno de los primeros en romper con la tesis dominante de que los “alevíes son musulmanes”. Su investigación y trabajo revolucionarios han sido influyentes en el resurgimiento de la conciencia aleví y su emancipación de las políticas de asimilación turco-islámicas, impuestas por el Estado durante el siglo pasado y que continúan con la administración de Recep Tayyip Erdogan.
La siguiente entrevista con Etem Xemgîn fue realizada por Meral Çiçek en 2012 y se publicó por primera vez en turco en PolitikART, número 89.
-¿Cuál es el significado de las tumbas en el contexto de la memoria social?
-La cultura de las tumbas es, de hecho, una cultura de la historia. Esto se debe a que las tumbas, los lugares donde descansan los antepasados, constituyen el pasado de las personas. La conexión con el pasado de uno, en cierto sentido, significa la conexión con el historial de uno. Los que no respetan estas tumbas no respetan su pasado. Quien no respeta y reclama a sus antepasados no puede reclamar y defender su país y su historia. La lealtad a los antepasados y sus esferas de vida son una cultura. Pero cuando esta cultura desaparece, los vínculos de una persona con su pasado, la conexión con su país de origen, también se pierden. Este no es un enfoque correcto hacia la fe o la vida. Dicen: “No es tu lugar de nacimiento, pero el lugar que te nutre es tu país”. Eso está bien, pero si pierdes tus lazos con tus antepasados, con tu pasado, ¿qué tipo de significado permanece en la vida? Lo mismo ocurre con las sociedades. Los humanos pueden defender su futuro en la medida en que son conscientes de su pasado. Después de todo, los humanos piensan y resuelven sus problemas con su conocimiento y experiencia. Por lo tanto, tanto nuestro pasado como nuestro futuro están escondidos en nuestras tumbas. Por ejemplo, Zaratustra dice: “Los ignorantes lo ven todo, pero los conocedores ven lo divino en todo lo que ven”. Los alevíes también dicen: “Si te conoces, tu rostro es divino (huda/xweda); si no te conoces a ti mismo, Dios/Verdad (Hak) está lejos de ti” (Nota del traductor: El término “Dios” se refiere a una noción de divinidad que difiere del Dios de las religiones abrahamánicas).
-¿Qué tipo de rituales de entierro existen en la geografía habitada por los kurdos?
-Hace mucho tiempo, en la Mesopotamia, la gente no creía en el carácter evolutivo sino en el carácter transformador de la naturaleza. Se sostuvo la idea de que todo constituye una fuente de alimento para otra entidad. Por ejemplo, los animales se comen unos a otros, los humanos comen animales, pero los animales también comen carne humana. Transformaciones. Es por eso que los muertos fueron dejados en las llamadas “torres de silencio”, en limpias estructuras rocosas. Después de que las aves y otros animales terminaran de comer el cuerpo muerto, los huesos serían recogidos y enterrados, tal vez después de dos años, más o menos. Más tarde, cuando la gente se dio cuenta de que este rito traía enfermedades comenzaron a enterrar a los muertos.
La cultura de la muerte es una cultura que está conectada a la fe. Cada fe o sistema de creencias tiene sus propias formas de tratar a los muertos. Los cristianos rezan en sus iglesias, los judíos en sus sinagogas, los musulmanes en sus mezquitas. Los alevíes, que vivían en ciudades de Turquía, solía llevar a sus muertos a las mezquitas hasta hace poco. Por supuesto, esto dio lugar a muchas contradicciones. Más recientemente, los muertos son llevados al cemevi (Nota del traductor: Hay controversia entre los alevíes sobre la autenticidad del cemevi como lugares de cultura y espiritualidad aleví, particularmente a la luz del intento del Estado de institucionalizar a la comunidad para facilitar el control y asimilación).
Ya que el Islam es la religión dominante en el área, el alevismo es influenciado y frecuentemente reprimido por él. Así que incluso cuando los muertos son llevados al cemevi, los rituales de entierro a veces pueden parecerse a los rituales islámicos. Por ejemplo, a veces sucede que se considera que las dede (Nota del traductor: “Dede”, las autoridades espirituales alevíes masculinas contemporáneas, son entidades autoritarias y patriarcales que surgieron como resultado del misionarismo otomano y que se desvían de los aspectos igualitarios de la filosofía aleví) lleva a cabo ciertas costumbres, pero luego se recita el sura “Al-Fatiha” y las oraciones del Corán. Por supuesto, estas cosas no son consideradas apropiadas por el alevismo. En mi opinión, el alevismo no tiene nada que ver con el Islam. Debido a su cohabitación, el Islam y el alevismo seguramente deben haberse influenciado mutuamente, pero sus valores fundamentales, actitudes, enfoques y formas de vida están separados. Estamos hablando de dos creencias separadas, diferentes.
-¿Qué tipo de filosofía de vida conlleva el alevismo?
-En nuestro alevismo, existe la regla fundamental de los “cuatro secretos principales”, o los cuatro elementos básicos. Estos son fuego, aire, agua y tierra. Constituyen la fuente fundamental de todas las existencias conocidas en el universo. Debido a que constituyen los fundamentos de la vida, se consideran sagrados en el alevismo y, por lo tanto, no deben ser contaminados de ninguna manera. Por ejemplo, no está permitido apagar un incendio. Cuando éramos niños, nos dijeron: “No soples el fuego, herirá tus labios”. Debido a que el fuego es sagrado, el aliento sucio del cuerpo humano no debe ensuciarlo. Del mismo modo, la tierra, el agua y el aire no deben estar contaminados.
Como dice Zaratustra, si la fuente de una vida no es pura, esa vida tampoco puede ser pura. En la medida en que la fuente de vida de una cosa sea impura, su vida también estará sucia. Estos aspectos fundamentales provienen esencialmente de la creencia zaratustriana.
-¿Qué opina sobre el tema de la muerte?
-En mi opinión, lo que llamamos muerte no es un fin cualitativamente. Es la dispersión de una existencia organizada. El cuerpo humano es una forma de organización. Una organización que surge de la unión y la acción de diferentes órganos en un solo lugar. Mientras cada órgano cumpla con sus deberes, la vida continúa. Pero una vez que uno de estos órganos ya no puede funcionar, los otros órganos se ven afectados, se debilitan y, finalmente, esta organización social se dispersa. Entonces, esta dispersión simplemente implica el fin de esta organización, pero esto no significa el final de una vida. Estas estructuras en disolución vuelven a sus respectivos asuntos esenciales para reconfigurarse en nuevas existencias y entidades.
Por ejemplo, la estructura del cuerpo proviene de este secreto fundamental: el cuerpo que viene de la tierra vuelve a él. Todo lo que viene del aire, se vaporiza y vuelve al aire. El agua y la sangre en nuestro cuerpo se vuelven a unir con el agua. Lo que llamamos alma, es decir, el calor corporal y la energía vital, se vuelven a calentar. Esto viene del sol mismo. ¿Sabes cómo dicen que el alma viene de Dios? ¡Dios es el sol! De ahí es de donde viene el alma y a donde regresará. La cultura del fuego en la creencia zaratustriana continúa en el alevismo. Como el alma proviene de Dios, es pura, divina y parte de Dios. Esto se desarrolla cada vez más en el misticismo. La filosofía de “un bocado, un abrigo” (Nota del traductor: Este es un modismo para “lo suficiente para mantener el cuerpo y el alma juntos”), es decir, la filosofía de la no indulgencia, se basa en esto. En el corazón del misticismo está el deseo de permanecer tan puro como el alma, de volverse divino. Mantenerse tan puro como el alma que viene de Dios requiere dominio sobre las pasiones del cuerpo, que proviene de la tierra. Por lo tanto, uno debe abstenerse del deseo y la lujuria. La reclusión está relacionada con esto. Retirarse por 40 días con un bocado para comer se ve como una forma de enfocarse en el pensamiento divino. A los que alcanzan este estado los llamamos “santos”. En nuestras regiones, esta cultura aún prevalece. Algunos los llaman locos, otros los llaman pobres. No tienen posesión, matrimonio o pasión. Tendrán un bocado para comer si encuentran alguno. Ellos son vistos como santos de alguna manera. Una vez que mueren, sus tumbas son aceptadas como sitios de visitación. La gente tiene fe en ellos y los ve como santos.
-Si la vida y la muerte están en un ciclo constante, ¿por qué la muerte es tan dolorosa?
-Las personas pueden acostumbrarse a todo, pero nunca pueden acostumbrarse a la muerte. Esto es a pesar de que se enfrentan a la muerte en todas partes y en todo momento. El ser humano se encuentra constantemente entre la vida y la muerte, podemos morir en cualquier momento. A pesar de que somos conscientes y estamos conscientes de esto, no desarrollamos familiaridad, nunca vemos la muerte como algo normal, a pesar de que la muerte es un aspecto normal de la naturaleza. Pero las personas sufren una tristeza increíble, experimentan un gran dolor cuando pierden a un ser querido, a un miembro de la familia. Por eso se cantan los lamentos. Durante días y semanas, las personas lloran después de los muertos. Esto es parte de la naturaleza humana. Nos adaptamos y nos acostumbramos a todo, excepto a la muerte.
Todo debe volver a sí mismo. Este es el caso en cada formación. Los humanos, también, son una formación. El final de esta formación no es equivalente al final de todo. Todo lo que vuelve a su esencia sigue existiendo allí. Lo que determina la vida es el movimiento. El núcleo atómico más pequeño del universo se encuentra en un estado de movimiento debido a un desequilibrio. La vida es un estado de movimiento. En este universo, hay movimiento en todo lo que existe. En las piedras, en el suelo, en todas partes. Mientras esta vida continúa, es la entidad humana la que vuelve a su esencia. Vuelve a encontrar vida en una nueva formación. Con respecto a la muerte, Zaratustra tiene una doctrina de la vida eterna. Él dice: “Tú eres la creación co-incidental de la unión de dos personas, pero si vives eternamente está en tus manos”. Vivirás mientras el valor que has creado siga existiendo.
También dice: “No estés triste, no llores los primeros tres días. Porque el alma que se va puede perder su camino durante esos tres días”. Entonces, en la fe zaratustriana no lloran durante los primeros tres días. En mi opinión, esto significa lo siguiente: es probable que el dolor de una persona que no ha llorado durante los primeros tres días, después de la muerte de un ser querido, haya sido aliviado significativamente. Es menos probable que sufran más tristeza a partir de ese momento. Veo esta costumbre como una forma de reducir la violencia de la tristeza en los primeros momentos de experimentar la muerte de un ser querido. Dado que la muerte es un fenómeno natural, creo que el objetivo de Zaratustra es ayudar a las personas a manejarla con mayor madurez.
FUENTE: Komun Academy / Traducción y edición: Kurdistán América Latina