Con una cadena humana violeta y fotos de mujeres asesinadas, la iniciativa “Liberación de las Mujeres” en Estambul, Turquía, protestó contra el aumento de la violencia patriarcal y demandó al gobierno medidas concretas.
En el distrito de Kadiköy, en Estambul, las activistas de “Liberación de las Mujeres” protestaron contra los planes del partido gobernante islamista AKP de rechazar la Convención de Estambul del Consejo de Europa.
Las mujeres movilizadas participaron en la cadena humana violeta frente a la Ópera de Süreyya. Las militantes portaban pancartas con la leyenda “El femicidio es un asesinato político”, mientras gritaban a la policía, presente en el lugar: “No callaremos y no nos inclinaremos” y “¡Viva la lucha de liberación de nuestras mujeres!”.
Las cifras, impactantes, indican que el año pasado, según la plataforma “Detengamos los feminicidios” (Kadın Cinayetlerini Durduracağız Platformu, KCDP), se registraron 474 casos de mujeres asesinadas por sus esposos o parejas. Mientras esto sucedía, denunciaron las manifestantes, los dirigentes del AKP debatieron durante un tiempo si retirarse de la convención, ya que, según ellos, destruye las estructuras familiares clásicas y la cohesión familiar.
El tratado de 2014 tiene como objetivo frenar la violencia contra las mujeres, especialmente la violencia doméstica, y fortalecer la igualdad de género. Turquía fue el primer país en firmar la convención y la consagró legalmente como una “ley para prevenir la violencia contra las mujeres y proteger a la familia”.
Incluso las regulaciones -como la Ley N 6284-, que según el AKP deben actuar como una “capa protectora para las mujeres”, apenas se implementan, y son temidas por el propio gobierno y otros círculos fanáticos.
Los periódicos islamistas de Turquía también están alimentando los debates sobre la Ley 6284, que se redactó en marzo de 2012 en estrecha cooperación con las organizaciones de derechos de las mujeres y la Convención de Estambul.
“El número dramático de femicidios registrados en Turquía en 2019 es un número de tiempos de guerra”, declaró la activista Esra Can, durante la acción de Estambul. Can agregó que el número de casos no reportados probablemente sea aún mayor. Esto se estima teniendo en cuenta los asesinatos de mujeres refugiadas y migrantes, que apenas aparecen en las estadísticas o no son presentados en los medios de comunicación o en los informes policiales como suicidios o muertes naturales.
Can aseguró que esta terrible imagen es el resultado de la “política misógina y del Estado patriarcal del AKP”, que durante su permanencia en el poder ocurrieron casi 10 mil feminicidios.
Can explicó que las “mujeres que tienen un nombre, estarían vivas hoy si la policía las hubiera ayudado cuando buscaban protección contra la violencia. Podrían haber estado con nosotras hoy, aquí en las calles y en las plazas, si las autoridades de seguridad y el Poder Judicial aplicaran eficientemente las leyes para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Podrían estar vivas si hubieran sanciones disuasorias para los perpetradores, en lugar de descuentos por supuesta provocación por parte de las víctimas. Estarían con nosotras hoy si el gobierno no dijera que las mujeres no son iguales a los hombres”.
En otros países, señaló Can, “los gobiernos han actuado durante mucho tiempo en vista de la dramática situación de las mujeres. No es así en Turquía, donde el objetivo es silenciar a las mujeres en todos los niveles. El gobierno cree seriamente que deberíamos aceptar ser explotadas, ignoradas y asesinadas. No nos quedaremos en silencio cuando se nos inflija violencia patriarcal. Continuaremos luchando, porque la lucha de liberación de las mujeres es nuestra única seguridad para sobrevivir”.
Durante la movilización en Estambul, las mujeres se trasladaron a un parque cercano que lleva el nombre de la víctima de Gezi, Mehmet Ayvalıtaş. Allí colgaron de los árboles fotos de las mujeres víctimas de femicidio. Varias veces la policía intervino para detener la marcha.
Los rostros de la Uzbek Nadira Kadirova, quien supuestamente se suicidó en el departamento del parlamentario del AKP Şirin Ünal; la estudiante kurda Gülistan Doku, quien “desapareció” en Dersim después de una discusión con su ex novio; de la mujer trans Hande Buse Şeker, quien fue asesinada por un policía en Izmir, y de Ceren Özdemir, quien fue apuñalada en Ordu por un hombre que ella había rechazado.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latino