Este es el quinto de una serie de artículos de Rahila Gupta como testigo de la revolución de Rojava. Leer la cuarta parte.
Se siente realmente que hay un pueblo respondiendo a la situación sobre el terreno con los pocos recursos que tienen a mano.
El frente de la guerra contra el ISIS en Rojava está en continuo cambio –actualmente en una dirección positiva, de expansión, invadiendo el territorio bajo control de Daesh, como Haddadi en la provincia de Hasakah y Tal Abyad en la frontera turca-, lo que significa hacerse responsables de nuevas poblaciones y del trabajo de dirigirlas hacia una estructura democrática radical, ya descrita en los capítulos anteriores. Con el fin de acomodar estas nuevas áreas liberadas, donde los kurdos no son mayoría, y donde la población de siríacos, asirios, árabes y turcos pueden no comulgar totalmente con los ideales revolucionarios de Rojava, esta región se autodeclaró Sistema Democrático Federal de Rojava y Norte de Siria poco de después de mi regreso a casa. De forma similar, la organización de apoyo a las mujeres conocida como Yekitiya Star (Unión de Mujeres Estrella, en kurdo) mientras yo planificaba mi viaje a Rojava, cambió su nombre por el de Kongira Star (Congreso Estrella) al tiempo que yo llegaba allí, pues decidieron en su última conferencia abrirse a mujeres de otras etnias y no limitarse a mujeres kurdas. Los símbolos en el exterior de los centros gubernamentales suelen ser avisos generados por ordenador en hojas de papel din A4, lo que sugiere tanto falta de recursos como el cambio constante de la situación.
Barricadas caseras, generalmente bidones de petróleo rellenos de cemento o tuberías soldadas en forma de estrellas puntiagudas, se encuentran junto a los edificios oficiales para prevenir las explosiones de suicidas. Se han requisado bloques de apartamentos para las oficinas administrativas. El centro de prensa, por ejemplo, se aloja en un bloque de pisos de un área residencial, en un cruce donde tres carreteras han sido bloqueadas a los vehículos mediante bidones a unas cien yardas del edificio. En la cuarta carretera hay una gran puerta baja de hierro, que se desliza lateralmente para dar acceso a los vehículos oficiales.
La emisora de la TV oficial de la administración, llamada QAM, que parece estar encendida en todas partes, es simplemente una serie de instantáneas subtituladas. Hay otro canal, Ronahi, que emite filmaciones que suelen ser discusiones estáticas sin fin de mujeres en uniforme militar.
En la frontera, cuando está abierta, un puente flotante soporta camiones con productos en ambas direcciones. Al abandonar Rojava, observé que había una mesa de hierro desvencijada sobre una playa pedregosa, donde miembros de los asayis (policía) controlaban someramente el equipaje de los sirios que entraban, en busca de bombas o armas, y que no se encontraba allí cuando crucé quince días antes.
El tiempo normal de entrenamiento militar de las fuerzas de autodefensa, tanto las YPG (Fuerzas de Protección del Pueblo) y de las YPJ (Fuerzas de Protección de las Mujeres) es de sólo un mes. A pesar de ello, se han anotado éxitos importantes contra el ISIS, lo que atribuyen a su compromiso con la revolución. Nesrin Abdullah, Comandante de las YPJ, declara: “Creemos firmemente que, si luchas sin ideología, sin desarrollar tus ideas y personalidad, tu lucha no será tan buena como podría ser, ni será realizada como corresponde”.
Todos los grandes edificios que he visitado eran propiedad del gobierno de Assad y han sido simplemente ocupados por la administración de Rojava. En mis primeras dos noches, me alojaron en el centro de prensa de la ciudad, un edificio bastante grande, que es un centro de acogida de los periodistas visitantes. Los hoteles en Rojava son propiedad del gobierno sirio. Puesto que me encontraba técnicamente ilegal en Siria, habiendo cruzado por la frontera del Kurdistán iraquí, me informaron que podría estar en peligro si era arrestada al registrarme en un hotel.
Weqfa Jina, la Fundación de la Mujer Libre en Rojava, también se ubica en una mansión que pertenecía a Assad, que ha sido facilitada al grupo por la auto administración y que han reequipado en muy buenas condiciones con donaciones del extranjero.
De igual manera, la tierra propiedad de Assad está siendo distribuida entre las cooperativas agrícolas. Las cooperativas exclusivamente femeninas juegan un papel relevante en el desarrollo económico y aportan alimentos a la población. Como he descrito en la Parte 2 de esta serie, en la Jineología, la sociología de las mujeres, una disciplina académica desarrollada por Ocalan, las mujeres son consideradas como los actores principales en el sistema económico, en oposición al capitalismo, en el que el papel preponderante lo ocupan los hombres. Me reuní con la responsable del Comité Económico de Mujeres, Delal Afrin, quien me resumió sus principales logros, alcanzados en un plazo muy corto. Puesto que su enfoque principal ha estado dirigido a la autodefensa y la guerra contra el ISIS, han llegado tarde a la economía. No fue hasta agosto de 2015 cuando se creó el Comité. Han creado 19 cooperativas, incluyendo 6 agrícolas, muchas de las cuales sólo llevan funcionando un par de meses. Esta era la situación en el mes de marzo, cuando se editó un documento, escrito en enero, por el Tev-Dem (Movimiento para una Sociedad Democrática), en el que se mencionaban sólo seis cooperativas independientes de mujeres; la información se vuelve obsoleta rápidamente en un lugar tan dinámico.
Según el Dr. Alan Semo, representante del PYD (partido político dominante en Rojava) en Gran Bretaña, el sistema de cooperativas contribuye aproximadamente al 80% de la economía de Rojava, mientras que el sector privado representa el 20%. Las cooperativas de Kongira Star, exclusivamente femeninas, son independientes de las de Tev-Dem, que tienen composición mixta. Lo que esto significa en la práctica es que las mujeres son propietarias y miembros de la cooperativa, y que pueden emplear a trabajadores, como en la cooperativa de costura de Warshin que visité personalmente. La coop consta de ocho mujeres propietarias y cuatro empleados masculinos.
Cuando pregunté por qué consideraban tan importante la creación de cooperativas exclusivas de mujeres, si la igualdad de género era tan apoyada en toda la sociedad, Delal Afrin respondió: “el desequilibrio histórico del poder no puede ser corregido simplemente introduciendo cuotas para las mujeres o por el principio de co-presidencia compartida por un hombre y una mujer. La confianza con la que hombres y mujeres van al trabajo será diferente a menos que se asiente la confianza de las mujeres por medio de la independencia, la adquisición de conocimiento y la práctica, que adquieren al crear sus propias cooperativas. Una sociedad capaz de organizar una economía en la que las mujeres tienen papeles productivos da señal de su madurez y brillantez. Cuando la economía no esté bajo control de los hombres, las mujeres serán capaces de expresarse libremente.”
Fuera de la sede de Kongira Star, hay un depósito lleno de petróleo que surte al vehículo oficial –un peligro para la salud y un regalo para los suicidas del ISIS-. Sin embargo, lo que yo consideraba como el más básico surtidor de combustible que había visto en mi viaje a Rojava desde la frontera, era un lujo. Se trata de un pequeño local renegrido, aceitoso y sucio, sin marcas exteriores. Sujeto a una tubería, hay un gancho del que cuelga una manguera de goma, de las de jardinería, con un surtidor, atado a él con una cuerda, por el que sale el petróleo. La manguera sale de un tanque improvisado con un tapón y, a la mitad de la manguera, hay un medidor básico que marca la cantidad servida. La gente de la zona utiliza pequeños calentadores manuales para extraer petróleo del crudo de manera primitiva, de forma que las gasolineras corrientes cerraron porque no tenían petróleo de calidad y no había diferencia de precio entre ellas y estos pequeños ingenios. Daham, el oficial de fronteras, enciende un cigarrillo justo al lado de la manguera surtidora. Trago saliva y, no obstante, tomo una foto.
Bajo Assad, el petróleo solía enviarse a Homs para ser refinado y luego volvía a Rojava. Los kurdos han cortado los oleoductos, por lo que pueden mantener sus recursos para sí mismos, pero sin refinerías en Rojava, la calidad del petróleo es baja. El Dr. Alan Sema indica que frenan la exportación de petróleo porque lo consideran un recurso nacional que debe beneficiar a todo el pueblo sirio cuando acabe la guerra. Assad ha infradesarrollado intencionadamente las áreas kurdas para que sean económicamente dependientes del gobierno central. Por ejemplo, podían cultivar trigo, pero no cocer pan. Están plantando árboles frutales, que estaban prohibidos por el gobierno de Assad, que quería mantenerlos dependientes de las frutas cultivadas en el sur del país. De hecho, toda plantación de árboles estaba prohibida por Assad, lo que explica el paisaje extrañamente deforestado de Rojava.
Esta es una revolución veloz, iniciada a partir de una base de desarrollo material muy limitada, y que se expande movida por las grandes aspiraciones de igualdad en un entorno hostil. Si es algo, es ambiciosa.
Fuente: opendemocracy / Traducido por Rojava Azadi