En el cuarto aniversario de la invasión turca y posterior ocupación de la “carretera M4’, el Centro de Información de Rojava (RIC) entrevistó a Berzan Abdullah, uno de los miembros de la administración del campamento de refugiados de Washokani, cerca de la ciudad de Hesekê, y a Souria Mohamed Hussain, residente en este campamento, ubicado en el norte de Siria.
Desde 2019, muchas de las personas que fueron desplazadas de la ciudad de Serêkaniye y sus alrededores durante la invasión turca viven aquí. Según Berzan Abdullah, “al principio la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) estableció este campamento, y durante un tiempo las organizaciones humanitarias ni interfirieron ni ofrecieron ayuda. Fueron tiempos muy duros y con difíciles condiciones para la gente de aquí”. Aunque en este momento hay unas nueve o diez ONGs operando en el campo, Abdullah cuenta al RIC que la situación humanitaria en el campo no es la ideal, y cuando “la gente tiene necesidades y cuando pide algo, ellas (las ONG) dicen que no pueden permitírselo, o que no tienen dinero”.
Entre el 5 y el 10 de octubre de 2023, Turquía intensificó sus ataques contra el norte y el este de Siria, llevando a cabo una intensa campaña de bombardeos aéreos dirigidos principalmente contra infraestructuras civiles. Casi al comienzo de esta campaña, las inmediaciones del propio campamento de Washokani fueron objetivo de los ataques aéreos de Turquía. Cuando se le pregunta por estos ataques recientes, Berzan Abdullah responde que “cerca del campo de Washokani, (Turquía) atacó cuatro veces con drones y aviones de guerra. Como resultado, los residentes del campamento en el lado occidental no tuvieron más remedio que abandonar sus tiendas. Tenían miedo en el corazón. Para ser sinceros, no nos sorprendería que Turquía atacara dentro del campamento, porque ahora esperamos cualquier cosa de Turquía”. Durante los seis días de escalada de la agresión turca, 48 personas murieron y muchas más resultaron heridas. Berzan Abdullah subraya que Turquía está atacando lugares civiles, y pone como ejemplo los ataques cerca del campamento, diciendo al RIC que “los lugares que han atacado aquí son gallineros y pertenecen a civiles… cuando sales puedes verlos con tus propios ojos… aquí no hay ninguna posición militar”. Muchas de las familias que residen en el campo son desplazados internos de la invasión turca de 2019, y los recientes ataques despertaron viejos miedos y traumas, dice Abdullah, creando un impacto psicológico negativo en la gente. Explica que “ellos (los habitantes del campo) están muy ansiosos, cada vez que oyen un sonido, temen que sea el de un avión de guerra y que nos ataque. La situación es que Turquía no se atiene a ninguna norma ni tratado, no sabemos cuándo volverán a atacar, no sabemos cuándo lanzarán otro acto de agresión”.
La administración del campamento también saca a relucir que desde la ocupación turca de las regiones de Serêkaniye y Tel Abyad (la denominada “Franja M4”) y Afrin, se ha observado un notable cambio demográfico en esos territorios. “Turquía asentó en Serêkaniyê y Gire Spî (Tel Abyad) a familias procedentes de Homs, Deir Ezzor, Idlib, Daraa e incluso de Damasco. (…) Serêkaniyê y Gire Spî en particular se han convertido en un semillero para los líderes y emires de ISIS que huyeron de al-Baghoz cuando fue liberada”. Abdullah afirma que los lugareños de la “Franja M4”, sobre todo kurdos, que ahora viven en el campo, “fueron reemplazados, y familias de otras partes de Siria ocuparon su lugar. Incluso familias de Irak fueron asentadas y alojadas en Afrin, Serêkaniyê y Gire Spî. Hay un enorme esfuerzo concertado para crear un cambio demográfico en estos momentos. Las casas de las personas que viven aquí, en los campos (de desplazados internos), están ocupadas por personas procedentes de diferentes regiones de Siria e Irak. Los líderes de estos grupos que controlan la zona son emires de ISIS. Esto está bien documentado con fotos e informes, Estados Unidos y la Coalición Global conocen bien estos hechos”.
Con el desplazamiento de miles de personas a campamentos que están llenos muy por encima de su capacidad, el RIC pregunta a la administración del campamento sobre la organización del mismo. “Aquí residen 17.000 personas. Este campamento sigue el sistema de la AANES: hay comunas, comités, consejos y tribunales y todo está organizado aquí. Aquí hay cinco comunas -cada una consta de 400 a 500 familias- y ocho comités, como los de salud, seguridad, servicios, etc. Todos los habitantes participan en ellos. Toda la gente participa en ellos. Cuando la gente necesita algo, como documentos, se dirige a la comuna, ya que es el pilar esencial de la comunidad. El campamento sigue un sistema comunal, igual que las ciudades. No hay diferencia (administrativa) entre nosotros y las ciudades, pero la gente de aquí es desplazada, y vive en tiendas de campaña, y la gente de las ciudades vive en casas. En cuanto a la normativa, utilizamos el mismo sistema de la AANES, tenemos los mismos centros. Tenemos tres centros específicos para mujeres. También tenemos un centro para proteger a los niños”.
Las necesidades y dificultades de la vida en el campo son múltiples y, según Abdullah, “los que más sufren son los niños y las mujeres, que viven con escasez de medicinas”. Souria cuenta que “ellos (Turquía) nos cortaron el suministro de agua, aunque es nuestra agua. Hay algunas tiendas en las que viven unas 15 personas. AANES nos ha ayudado todo lo que ha podido y no les culpamos en absoluto. Están luchando mucho para mantener a ISIS en prisión y luchar contra ellos, al mismo tiempo que Turquía está atacando”. Abdullah subraya que las dificultades en el campo no siempre se superan con la ayuda de las ONG y otras organizaciones. “Sólo la Media Luna Roja kurda ayuda, pero no es suficiente. En el tema de la educación, nadie ayuda a la AANES; por ejemplo, UNICEF debería colaborar con la AANES en la educación de los niños del campo porque hay una necesidad masiva de material escolar, sobre todo porque esta gente es muy pobre y esta es una razón importante por la que los estudiantes abandonan la escuela y no reciben educación. Honestamente, la AANES se ha esforzado mucho y está haciendo lo que puede para ayudar a la gente de aquí. Por ejemplo, ha creado tres escuelas. Nosotros, como administración, haremos todo lo que podamos para ayudar a esta gente, especialmente a las mujeres y los niños, y para ellos no dudaremos en ofrecer ayuda”.
Las personas que viven en este campo siguen manteniendo una fuerte cultura muy vinculada a la tierra y la región de la que son desplazados, subraya Abdullah. “Somos de una clase de trabajadores: amamos nuestra tierra y nuestros hogares, y no abandonaremos esta tierra. Podríamos ir a Europa, pero no lo haremos. Los habitantes de Serêkaniyê no olvidaremos nuestras tierras y estaremos unidos a ellas para siempre. Sobre todo teniendo en cuenta que nuestro campamento está a sólo 40 kilómetros de Serêkaniyê. Este campamento es la prueba de que no renunciaremos a nuestras tierras. 40 o 50 mil personas viven ahora aquí en campamentos. Hay entre 250 y 300 mil desplazados de todas las ciudades, pueblos y de todas partes (de la Franja M-4 ocupada por Turquía) que no piensan en otra cosa que en regresar. Serêkaniyê no será olvidada; no olvidaremos Serêkaniyê. Queremos volver allí, eso es lo que queremos, esa es nuestra exigencia, y pedimos a todas las organizaciones humanitarias y a la ONU, y a todos los países interesados, que nos devuelvan nuestra ciudad”.
En cuanto a los recientes bombardeos desde Turquía, Souria dice al RIC: “Ese día los ataques aéreos estaban justo al lado de nosotros. Pedimos al tribunal internacional que diga algo sobre esta escalada. (…) ¿Qué quiere (Erdogan)? Todas estas personas no son terroristas. (…) Erdogan ataca a estas personas con aviones de guerra. ¿Qué quiere de la gente? Somos pobres, no hemos hecho daño a nadie. No queremos nada, sólo queremos nuestra tierra. Somos el pueblo kurdo; tenemos nuestra propia lengua y cultura; también tenemos derechos en esta tierra y por eso pedimos que se respeten. Hemos dado a nuestros hijos para esto. Hoy tengo 45 mártires de mi familia y mi tribu”.
Berzan Abdullah, comentando también los recientes atentados, añade: “Los atentados que se han llevado a cabo con el objetivo de acabar con la voluntad del pueblo y destruir nuestra región se han hecho basándose en el endeble pretexto de los sucesos de Ankara y Estambul (este último en referencia a la serie de ataques aéreos de Turquía de noviembre de 2022, que se parecen mucho a la oleada de atentados más reciente). ¿Qué quiere el Estado turco de nosotros? ¿De estos civiles? ¿Cuál sería nuestro problema con la seguridad nacional turca? ¿Qué tendríamos contra Turquía para atacarla? Estamos en nuestras tierras y no tenemos nada que ver con Turquía. No tenemos ningún problema con el pueblo turco, son nuestros hermanos, llevamos miles de años viviendo juntos. Pero Turquía como régimen nos ataca y nos ve como el enemigo. Pero el pueblo turco no es nuestro enemigo. Más de 30 millones de kurdos viven allí (en Turquía), se han casado entre ellos, trabajan juntos, comen juntos, no somos sus enemigos. Pero el Estado nos antagoniza, el Estado es el responsable de matar a los kurdos. Atacan los medios de vida de la gente, con el objetivo de quebrar la voluntad de la gente, desplazarla y vaciar Rojava”.
Abdullah termina la entrevista con un llamamiento para que cesen los atentados: “Somos personas que siempre queremos que nuestro país sea el mejor, y no queremos que nuestros vecinos tengan problemas y esperamos lo mejor para ellos también. Pero, por desgracia, estamos rodeados de países que ven a los kurdos como sus enemigos. Queremos que nuestra voz se oiga en la ONU y en las organizaciones humanitarias, y que no haya más matanzas de kurdos. ¿Por qué nos atacan, qué les hemos hecho? No hemos atacado el país de nadie. Todo está muy claro; todo el pueblo ve lo que está ocurriendo y debe actuar. No tenemos misiles [de guerra] ni aviones no tripulados, y cuando un Estado de la OTAN nos ataca, por desgracia, la OTAN les ayuda. Miles de civiles, incluidos ancianos, mujeres y niños, han sido martirizados debido a los ataques de los aviones de guerra y los drones que a diario realizan ataques aéreos en las regiones”.
FUENTE: Rojava Information Center / Traducción y edición: Rojava Azadi Madrid
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