El principal partido opositor en Turquía, el socialdemócrata CHP, anunció este miércoles que impugnará el recuento de miles de urnas de las pasadas elecciones presidenciales y parlamentarias, por supuestas irregularidades en el registro del resultado de los votos. En estos comicios, el actual presidente Recep Tayyip Erdogan consiguió el 49,5% de los votos -su principal contrincante 44,8%- y renovó mayoría en el Parlamento junto a una coalición de partidos de ultraderecha e islamistas.
Días después de las elecciones, la Comisión Electoral Suprema (YSK) aún no ha publicado los datos de la votación urna por urna, pero partidos opositores han tenido acceso a miles de recuentos de votos que presentan errores en su registro. Por ejemplo, en una escuela de Estambul, Kiliçdaroglu recibió 260 votos según el recuento a pie de mesa, pero se registraron en el sistema solo 76. El vicepresidente del CHP, Muharrem Erkek, anunció que la coalición opositora -formada por el CHP junto a partidos nacionalistas y liberales- impugnó irregularidades en 2.269 urnas en las elecciones presidenciales y 4.825 en las parlamentarias. “Estamos estudiando cada voto, aunque no cambie los resultados generales”, advirtió Erkek.
Por su parte, el partido de izquierda kurda (YSP) anunció la impugnación de 1.000 urnas. En estas elecciones se instalaron un total de 201.807 urnas en Turquía y en el extranjero, por lo que se impugnan un 1% de éstas. En las elecciones presidenciales no puede provocar grandes cambios, porque la diferencia entre los resultados de Erdogan y Kiliçdaroglu es de más de dos millones de votos, pero en el Parlamento podría provocar un baile de diputados. De hecho, el pasado martes el YSP impugnó un error en el registro de votos que, de aprobarse, le daría un diputado más en el Parlamento y otro al partido nacionalista IYI, en coalición con Kiliçdaroglu.
Mientras, el partido islamista kurdo Hüda Par, en coalición con Erdogan, perdería dos de los cuatro diputados que ha ganado en los comicios. “Es muy difícil poder objetar irregularidades sin un claro acceso a los datos”, señaló en una conferencia de prensa Roman Udot, codirector de Golos, una organización que realiza análisis forenses de procesos electorales. A la espera de que se publiquen los recuentos registrados en la web de la Comisión Electoral, Golos ha analizado los resultados de observadores, medios de comunicación y partidos. Han detectado indicios de irregularidades en unas 500 escuelas, con un registro mayor de votos que personas registradas en estos centros. También cifras dispares entre el número de votantes de los comicios presidenciales y parlamentarios, y un mayor número de votos inválidos en tradicionales feudos del partido de Erdogan, el islamista AKP.
La organización turca Oy ve Ötesi, que desplegó observadores en al menos uno de cada cuatro colegios electorales para denunciar posibles irregularidades, señaló pequeños incidentes el pasado domingo, como ciudadanos que intentaban votar más de una vez. La principal coalición opositora organizó su propio sistema de recuentos de votos, que falló durante la noche electoral. Además no consiguió desplegar observadores en al menos el 15% de los colegios electorales, trabajando con desventaja a la hora de denunciar anomalías. El Gobierno, por el momento, no se ha pronunciado sobre las impugnaciones, pero los partidos opositores ya han iniciado una campaña para movilizar de nuevo a miles de voluntarios para seguir el proceso electoral de la segunda ronda de presidenciales.
Este fin de semana se espera que los ciudadanos turcos en el extranjero voten de nuevo. Las autoridades han dado cuatro días para votar fuera de Turquía, excepto en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Australia, que redujo el período a dos días. La oposición interpretó la medida como un intento de limitar el voto en países donde el opositor de Erdogan, Kemal Kiliçdaroglu, obtuvo más votos que el actual presidente turco. Poco después, la Comisión Electoral amplió el período de votación en estos países tras las denuncias de la oposición.
La campaña electoral tampoco ha sido justa en términos de igualdad de cobertura en los medios de comunicación. Cerca del 90% de los medios están en manos de empresas cercanas al Gobierno, que han programado entrevistas con Erdogan y cubierto su campaña, sin apenas mencionar la propuesta de la oposición. Días antes de las elecciones, el Gobierno ordenó a Twitter bloquear decenas de cuentas de analistas y usuarios críticos con el Ejecutivo, una medida que provocó la ira de los usuarios contra el propietario de la red social, Elon Musk, por cumplir con la directiva de Ankara.
FUENTE: Lara Villalón / El Mundo
Be the first to comment