Con el decreto Nº 3718, anunciado en el Boletín Oficial el 20 de marzo pasado, Turquía dejó de formar parte oficialmente del convenio para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica del Consejo de Europa (CE).
El Convenio de Estambul, ratificado por el gobierno turco en 2012, tiene como objetivo proteger a las mujeres contra todas las formas de violencia y prevenir, perseguir y eliminar la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Es el primer y más completo tratado internacional que aborda específicamente estas cuestiones, y se basa en las normas consagradas en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
La ONU recordó que “Turquía fue el primer país en ratificar el Convenio, y ha dado pasos importantes para alinear su legislación nacional con él, incluyendo la adopción de la Ley Nº 6284 de Protección de la Familia y Prevención de la Violencia contra la Mujer”.
“Nos preocupa que la retirada de Turquía del Convenio de Estambul socave los importantes esfuerzos invertidos hasta ahora para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y pueda obstaculizar el progreso hacia un mayor fortalecimiento de los marcos legislativos, políticos e institucionales nacionales –remarcó la ONU-. Instamos al gobierno de la República de Turquía a que siga protegiendo y promoviendo la seguridad y los derechos de todas las mujeres y niñas, incluso manteniendo su compromiso con la plena aplicación del Convenio de Estambul”.
La delegación de la ONU en Turquía añadió que “seguirán apoyando los esfuerzos del gobierno, la sociedad civil y todos los socios nacionales para garantizar que las mujeres y las niñas vivan libres de violencia, en línea con el principio de igualdad de género y el compromiso de ‘no dejar a nadie atrás’ de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas en el mundo. Se calcula que, en todo el mundo, una de cada tres mujeres es víctima de violencia física o sexual por parte de su pareja, o de violencia sexual por parte de una persona que no es su pareja, a lo largo de su vida, una cifra que ha permanecido prácticamente invariable en la última década.
En Turquía, según la última Investigación Nacional sobre la Violencia contra las Mujeres de 2014, el 38% de las mujeres alguna vez casadas han sido objeto de violencia física y/o sexual en su vida. En su forma más extrema, y a menudo como acto final de un continuo de violencia, cientos de mujeres son asesinadas cada año. Además, la pandemia de la Covid-19 ha provocado una mayor escalada de la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo, debido a las restricciones de movimiento, el aislamiento social y a la inseguridad económica.
Para hacer frente a esta omnipresente violación de los derechos humanos, son necesarias acciones concertadas y globales a nivel político, legislativo e institucional, y la ratificación y aplicación del Convenio de Estambul por parte de los estados supone un compromiso crucial en esta dirección.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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