Las mujeres de Shengal marcaron con una movilización el próximo aniversario de la masacre de yezidíes llevada a cabo por ISIS en Shengal, el 3 de agosto de 2014. Cubierto en una noticia con imágenes de video por la agencia de noticias Mesopotamia (MA), esa es, en realidad, una historia increíble digna de una película o guión.
Los detalles de la noticia muestran que esta no es solo una marcha ordinaria.
Las mujeres que marcharon fueron las rehenes reales de ISIS, obligadas a caminar encadenadas durante la masacre de Shengal.
Marcharon en la misma calle Suka Kevin, en las cuales se vieron obligadas a caminar como esclavas de ISIS.
Gritaron cuatro consignas en la marcha: “¡Abajo la traición!”, “Viva la Resistencia de Shengal”, “Arriba la resistencia y la lucha de las mujeres”, “Autonomía para Shengal”.
Cuando gritaron “Abajo la traición”, las mujeres que marchaban subrayaron que la masacre no fue espontánea, sino que se llevó a cabo con la ayuda y la traición de ciertas personas.
¿Quiénes son esas personas?
Los colaboradores del Partido Democrático de Kurdistán (PDK), que hoy respaldan al ejército turco, revelan las posiciones de la guerrilla, rodean a las fuerzas guerrilleras, se venden en el mercado.
Por “traición”, las mujeres que protestaban se referían a la mentalidad del PDK, que huyó hacia las montañas, con vehículos llenos de unidades y armas, antes de que ISIS llegara a Shengal.
¿Y a quién señalaron con el dedo las mujeres que protestaban cuando gritaron: “Viva la Resistencia de Shengal”?
A los miembros del PKK, de las guerrillas de las HPG y YJA Star, de los y las combatientes de las YPG y YPJ; de aquellos que bajaron de los picos de las montañas y defendieron a la gente con devoción, cuando las bandas asesinas de ISIS llegaron a Shengal, Kirkuk y Maxmûr.
Los y las combatientes de la resistencia recordados por las mujeres yezidí son los y las guerrilleras que hoy están rodeados en las montañas de Metina, Avasin, Zap y Zagros por el ejército turco con la ayuda de las fuerzas del PDK.
Miles de mujeres yezidíes fueron asesinadas en el genocidio de Shengal hace siete años ante los ojos de todo el mundo; miles fueron esclavizadas y vendidas en mercados sexuales; cuatro mil mujeres siguen desaparecidas.
Esas mujeres, habiendo canalizado su ira y venganza en una organización virtuosa, no piden ayuda en la calle Suka Kevin de Shengal. Gritan: “La resistencia y la lucha de las mujeres vencerán los intentos genocidas” con gran confianza en sí mismas.
Cuando dicen que quieren “Autonomía para Shengal”, nos recuerdan los 74 genocidios previos sufridos y la última masacre. “No creemos que ningún poder nos proteja; sólo podemos estar protegidas por nosotras mismas”, quieren decir.
La marcha de mujeres en la calle Suka Kevin no es solo un recordatorio de la traición del PDK. También nos recuerda la traición del gobierno iraquí y los soldados iraquíes que huyeron a Bagdad con sus armas, dejando Shengal a las bandas de ISIS durante el asalto de la región.
El lema “Autonomía para Shengal” está dirigido a las Naciones Unidas y a la administración de Estados Unidos.
La misma ONU y Estados Unidos que permanecieron en silencio, que actuaron como un fantasma, y no hicieron nada mientras ISIS realizaba una masacre, mataba a miles de kurdos yezidíes, y esclavizaba a miles de mujeres.
La misma ONU y Estados Unidos que también estuvieron ausentes mientras las guerrillas del PKK y los combatientes de Rojava impidieron un mayor derramamiento de sangre y lucharon hasta que ISIS fue expulsado de Shengal.
Cuando las mujeres que protestan dicen que “Quieren la libertad de Shengal”, quieren decir que el Acuerdo de Shengal organizado por la ONU y Estados Unidos el 9 de octubre de 2020, es un acuerdo que obstruye la libertad.
Porque este acuerdo pretende entregar Shengal a los traidores que quieren “liberarlo” de quienes realmente lo liberaron de la masacre.
El acuerdo pretende convertir al PDK y a la administración de Bagdad, una vez más, en los propietarios de Shengal; son las mismas personas que entregaron Shengal a manos de ISIS; aquellos que no protegieron, y ni siquiera tenían la intención de proteger a la gente y las mujeres de Shengal.
La ONU y Estados Unidos politizan una corrupción nunca antes vista en la historia de la humanidad en ningún país: al impedir la defensa autónoma y la seguridad personal de los kurdos yezidíes en Shengal, entregan a estas personas al PDK y al gobierno iraquí que los había traicionado.
No sabemos si la voz de las mujeres Shengal en la calle Suka Kevin llega a Washington DC, pero su determinación y confianza en sí mismas no permitirán que los traidores gobiernen Shengal, como lo hacían en los viejos tiempos.
FUENTE: Ferda Çetin / Yeni Özgür Politika / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
Be the first to comment