La violencia sexual contra las mujeres en tiempos de guerra es un crimen que se conoce muy bien en el norte y el este de Siria.
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, fue marcado por gobiernos e instituciones internacionales el 19 de junio. Pero para las mujeres en el norte y este de Siria, la lucha para eliminar estos crímenes atroces no se limita a un solo día.
Sabemos que la violencia sexual en los conflictos no existe como un fenómeno separado de otras formas de opresión patriarcal. En una sociedad donde las actitudes tradicionales ya relegan a las mujeres a un estado de segunda clase en tiempos de paz, y las someten a abusos y discriminación diarios, es muy fácil para los hombres cometer atrocidades sistemáticas contra las mujeres en tiempos de guerra.
El movimiento de mujeres en el norte y el este de Siria ha trabajado para combatir todas las formas de violencia que enfrentan las mujeres y las niñas: prohibimos el matrimonio infantil, creamos casas de mujeres para ayudar a las víctimas de violencia doméstica a buscar protección y justicia, judicializamos los llamados “asesinatos por honor” y tomamos otras medidas legales. También hemos asegurado la representación equitativa de las mujeres en todas las instituciones políticas, de modo que cada miembro de nuestra sociedad sepa que las mujeres son ciudadanas y líderes con igualdad de derechos.
En el campo de batalla, las integrantes de las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ) y de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) han luchado valientemente para liberar a sus hermanas del terror del Estado Islámico (ISIS). Gracias a sus esfuerzos, muchas mujeres y niñas yezidíes cautivas han sido liberadas, y ahora son libres de regresar con sus familias y reconstruir sus vidas. Las mujeres jóvenes de orígenes conservadores que se unen a las YPJ han dejado en claro que pueden defenderse y determinar su futuro, cambiando la cultura a medida que protegen a sus comunidades.
Estamos orgullosas del apoyo internacional que hemos recibido en nuestros esfuerzos por derrotar a ISIS. Desafortunadamente, esos mismos gobiernos ahora están haciendo la vista gorda ante los grupos que cometen atrocidades similares a ISIS contra las mujeres sirias, incluso ofreciendo a esos grupos un espacio y algo qué decir en el futuro de la posguerra de Siria.
En ninguna parte esto es más claro que en el caso de Afrin. Antes de que Turquía y el Ejército Nacional Sirio (ENS), respaldado por Ankara, invadieran la región, Afrin era uno de los lugares más seguros para vivir como mujeres en Medio Oriente. Hoy, los grupos armados que están allí regularmente secuestran a mujeres y niñas y las someten a violaciones, torturas, matrimonios forzados y cometen otros delitos.
Las Naciones Unidas (ONU) advirtieron que los grupos armados en Afrin han estado “atacando todos los aspectos de la vida de las mujeres kurdas”, en un esfuerzo por “desmantelar” los avances en los derechos de las mujeres realizados bajo la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES). Nadia Murad, que sobrevivió al cautiverio de ISIS, advirtió que las desapariciones de mujeres yezidíes constituyen una táctica de limpieza étnica.
A pesar de esto, ningún gobierno ha tomado medidas para poner fin a las atrocidades. Ni siquiera con la aparición de un video reciente que mostró a varias mujeres detenidas en una prisión ilegal operada por la División Hamza, una milicia del ENS, conocida por cometer violaciones contra civiles. El video proporciona evidencia incontrovertible de estos secuestros, pero la comunidad internacional apenas reconoció que estaban sucediendo.
Estos crímenes no son incidentes aislados. Turquía es miembro de la OTAN y candidato a la membresía en la Unión Europea (UE). El “gobierno interino sirio”, que supervisa el ENS, cuenta con el apoyo de muchas potencias occidentales y está representado en negociaciones internacionales sobre el futuro del país. Todos los gobiernos que ofrecen a cualquiera de las entidades apoyo o recursos, son cómplices de los horrores que infligen a las mujeres sirias todos los días.
Esta no es una situación que la gente del norte y este de Siria aceptará. No liberamos a nuestra región de ISIS solo para ser representados internacionalmente por hombres que usan su poder para abusar y asaltarnos como lo hizo ISIS. Si los estados desean poner fin a la violencia sexual relacionada con el conflicto, y las estructuras y actitudes que crean las condiciones para ello, deben poner fin a su apoyo a Turquía y al ENS, y apoyar a las mujeres que han luchado por vivir libres de todas las formas de violencia y opresión.
FUENTE: Sinam Sherkany Mohamad (Codirectora de la misión del Consejo Democrático Sirio en Estados Unidos) / Syrian Democratic Times / Traducción y edición: Kurdistán América Latina